Haciendo Justicia - Acceso al sistema

PROCURACIÓN DE JUSTICIA EINTERLEGALlDAD ' 397
El síndico procurador, mediante un oficio que envía al comisario, le
indica cuál es el procedimiento que debe seguir, pidiéndole inicialmente
que no haga caso a la queja porque "no hay testigos", y que en caso de
que el enfermo se ponga grave acuda a la "casa de salud" para que se
le atienda.
El síndico primero apela al orden legal positivo, sin dejar de reconocer
la posibilidad de que se haya practicado brujería, cuando señala
que en caso de comprobarse ésta, se encarcelará al acusado, y si el
presunto enfermo estuviera mintiendo, él será el encarcelado. Pero
para evitar cualquier problema, también indica que se debe tomar en
cuenta una instancia de salud, la clínica. El síndico intervino porque
el asunto le fue canalizado debido a que no se pudo resolver en la comunidad,
y posiblemente el acusado asistió a planteárselo personalmente.
La autoridad municipal se ve atrapada entre dos normatividades:
una reconoce la brujería y la otra la niega. De antemano el síndico sabe
que esta acusación no pasará del municipio, por lo que genera algunas
estrategias para atenderla, ya que no puede sustraerse al reconocimiento
de una acusación de brujería en la que sí cree. Las estrategias consisten
en reconocer y atender el caso, buscando lograr una conciliación a
partir de que el responsable del daño repare su mala acción. Otra puede
consistir en remitir de vuelta el asunto con la autoridad comunitaria
mediante un oficio, para que el comisario y los principales resuelvan el
caso.
La venganza
La idea de venganza que tienen los naa savi aparece como el cobro por
algún mal sufrido, alguna afrenta, la inconformidad por una actitud o
un hecho que afecta a una persona o a su familia. Si se suscita un enfrentamiento
cara a cara no se da la venganza, ésta surge cuando alguien
toma ventaja al atacar a traición, cuando "se venadea", y entonces
se piensa de inmediato que habrá venganza porque se merece. Pero
en caso contrario, si se procedió con alevosía sin que exista unajustificacióri,
se sanciona y condena comunitariamente, dejando entrever que
se puede proceder mediante un ajusticiamiento. En algunos casos, a sabiendas
de que vengar a un muerto es continuar con el derramamiento
de sangre, los deudos prefieren dejar el hecho "en manos de Dios", ya
no en manos de los hombres.