Haciendo Justicia - Acceso al sistema

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ciones de defensa y una mayor vigilancia en la aplicación de la ley. De
esta manera discursos de corte transnacional, como sucede con el discurso
de los derechos humanos, son localizados y apropiados de maneras
diferentes por las organizaciones indígenas, considerando sus
propias visiones del mundo y sus prácticas culturales. El discurso de
los derechos humanos, sin embargo, ha sido también un arma que ha
provocado una mayor injerencia del Estado en el control de los procesos
internos y la vigilancia a la autoridad indígena, al imponer el
discurso de la ley como margen para la aplicación de la justicia. Tal
hecho ha provocado reacciones diferentes de parte de los defensores de
derechos humanos, y en algunos casos una discusión sobre las implicaciones
de tales exigencias para la justicia indígena (cfr. Morales, ms.
y Sierra, 2002). Procesos similares encontramos en las demás regiones
estudiadas aunque con peso diferenciado. El análisis y seguimiento
de organizaciones de defensa de derechos humanos de indígenas y
mestizos, en la región de Cuetzalan, en la región de la Montaña de
Guerrero, y en espacios urbanos como la ciudad de México nos ha
permitido dar cuenta del papel central que juegan actualmente dichas
organizaciones en la confrontación con la justicia y su incidencia en
la cons trucción de un discurso étnico.
El estudio realizado con indígenas migrantes en la ciudad de México,
revela un proceso organizativo reciente que ha adquirido fuerza en los
últimos años, y ha significado para las organizaciones indígenas nuevas
alternativas para construir su diferencia y reivindicar sus derechos. Particularmente
en estos casos se revela la incidencia del Estado, a través de sus
funcionarios, y en especialel INI, en el fomento y mantenimiento de las organizaciones,
que sin embargo han adquirido su propio perfil y definido
de manera cada vez más autónoma sus demandas. La investigación de
Rebecca Igreja (2000) da cuenta de este proceso y del papel activo de las
mujeres en el proceso organizativo y en la apropiación de nuevos discursos
sobre derechos que están en la base de la construcción del discurso
étnico.
Otra situación de gran interés es la que se observa en la región de
la montaña de Guerrero, en donde organizaciones de derechos humanos
recién constituidas, como Tlachinollan, con sólo nueve años de
existencia, son ya referentes importantes para los indígenas de la región
ante la violencia, impunidad y discriminación que priva en la
impartición de la justicia. El caso de Guerrero, particularmente en zonas
indígenas como las estudiadas, revela con crudeza una realidad