Haciendo Justicia - Acceso al sistema

340 • ELlSA CRUZ RUEDA
Una vez obtenido el "centro de molienda", se realizó un taller
patrocinado por el INI con sede en Ayutla. En este taller se invitó a
los hombres y mujeres de toda la comunidad, así como a otras personas
de comunidades vecinas. Derivado de esto y de su propio proceso,
las mujeres exigieron que se les diera derecho a ser comuneras
(sin estar casadas o viudas) ya que en el conflicto agrario habían
apoyado cuando la mayoría de los hombres fueron encarcelados,
y también, porque habían demostrado tener capacidad de gestión
al obtener el "centro de molienda" (el molino y el edificio que
lo resguarda) y los talleres de capacitación para la comunidad. Se
sabe que algunos que han sido autoridades van a seminarios y talleres
(organizados ya sea por Servicios del Pueblo Mixe
(SER)/Asamblea de Autoridades Mixes, o por otras instancias con
recursos federales o estatales) pero nunca se había hecho algo así
para la comunidad.
El domingo 19 de julio de 1998, convocadas por las autoridades de
la población, las mujeres de Móctum recibieron la siguiente noticia de
boca del encargado del Consejo de Vigilancia del Comisariado de Bienes
Comunales: "Viendo que las mujeres tienen los mismos derechos como
lo marca la ley, y después de mucho tiempo sin tomarlas en cuenta, a
partir de ahora serán comuneras con derechos y obligaciones... derechos
para trabajar la tierra y construir sus casas en terrenos de Móctum,
sin importar si se casan con hombres de fuera o de esta comunidad
... " Luego se definieron las obligaciones entre las cuales se resaltó
que las mujeres jóvenes (incluidas las viudas) darán el servicio voluntario
que se les encargue, como lo hicieron sus mayores, "de ver por el
pueblo y mantenerlo vivo". Al final de los acuerdos se dijo que quienes
estuvieran interesadas en ser reconocidas comuneras, "se les tramitaría
su certificado agrario para incluirlas en la Resolución Presidencial" (Gómez
Bravo: 1999: 97).
Vale decir que el mecanismo para ser comunero excluye a las
mujeres y expresa una desigualdad de género al estar fundado en razones
de división del trabajo. Se dice que el hombre y la mujer pueden
ser comuneros, si tienen los recursos suficientes para pagar tequios,
multas, cuotas, cooperaciones y además mantener la casa, los
hijos, hacer la comida y trabajar la tierra para subsistir. Sin embargo,
cuando las mujeres del grupo Mujeres Olvidadas del Rincón Mixe
dieron sus razones para gestionar el centro de molienda, se enfrentaron
a la cerrazón de hombres y mujeres que no aceptaban la