Haciendo Justicia - Acceso al sistema

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tensión, que a mi parecer está siendo cuestionada por las mujeres indígenas
coyutecas.
En cambio, en las argumentaciones masculinas, se utiliza el recurso
de atentar contra el honor y la reputación de las mujeres, haciendo
alusión a su supuesta infidelidad; por otro lado, los hombres tienden a
minimizar el conflicto al interior de la familia, argumentando que ellas
se fueron de la casa sin haber tenido motivos para ello. Los hombres
son renuentes a mencionar los conflictos que tienen sus mujeres en la
convivencia con la familia política, por lo que aparecen reacios a aceptar
los argumentos que cuestionan el modelo de familia indígena tradicional.
Al producirse la separación de los cónyuges, suele ocurrir que las
mujeres que abandonan el hogar dejen uno o varios de los hijos al cuidado
de la familia paterna, siendo la suegra quien se hace cargo de su
crianza. Muchas veces es la familia del padre la que presiona para que
esto suceda, porque es la manera de garantizar la continuidad de la casa
y el nombre. En general, se aprecia que la capacidad de la madre para
quedarse con sus hijos tiene relación con la disponibilidad de recursos
económicos para mantenerlos, así como de la existencia de redes familiares
que puedan cooperar con ella en el cuidado de los hijos. En la actualidad,
hay mujeres indígenas que trabajan en Poza Rica o la ciudad
de México, dejando a los hijos al cuidado de miembros de su familia. Pero
si alguno de los hijos tiene edad suficiente, migrará a la ciudad de México
o a Estados Unidos, y enviará dinero a su madre para la atención de
los hermanos menores de edad.
En los acuerdos tomados por los cónyuges en las actas de conciliación
se aprecian dos tipos de soluciones. Por un lado, hubo hombres que
se negaron a colaborar con el sustento económico de la mujer y los hijos
argumentando que ella se fue del hogar por su voluntad, ya que no
la corrieron; esta actitud masculina implica la negativa a llegar a un
acuerdo negociado con la mujer, y suele ser común. Por el otro, hubo
casos en que el hombre aceptó ante las autoridades otorgar un monto
de dinero mensual para el sostén de la mujer y los hijos. En estos conveníos
por lo general se establecen negociaciones acerca de los roles de
género, acordándose de que él puede visitar a los hijos, pero que respetará
y no golpeará a la mujer, se ocupará de los hijos, etcétera. Cuando
la pareja decide continuar la vida en común, los hombres se comprometen
a no maltratar a las mujeres, y prestar la debida atención a los
hijos. Ellas establecen que cumplirán con sus obligaciones domésticas.