Haciendo Justicia - Acceso al sistema

RELACIONES DE GÉNERO, MUJERES NAHUAS y USOS DE LA LEGALIDAD' 233
En Puebla, donde la presencia del Estado se observa en la estructura
política y económica, la legitimación de las mediaciones locales está
sujeta al arbitrio interno, pero también al externo donde el peso de la
legalidad formal, tanto para los agentes como para los usuarios, está
presente. Las instancias de procuración de justicia consuetudinaria indígena
se muestra en Puebla, semiautónoma y subalterna, evaluada
inclusive por aquellas instancias alternativas que ofrecen a nivel regional
servicios legales e incluso por organizaciones indígenas locales.
Constituye no obstante un espacio dinámico de creación, reproducción
y actualización de significados culturales.
En los tópicos de las demandas que involucran a mujeres y en las
que ellas intervienen como demandantes, se observa que hacen uso de
la legalidad en sus distintos moldes normativos basándose en modelos
sexogenéricos reconocibles culturalmente. Los demandantes en
cambio recurren para afirmar jerarquías de género.
Las demandas se formulan en un vaivén entre los etnomodelos que
conforman el imaginario social que orienta las acciones de hombres y
mujeres, los habitus de género y las situaciones específicas. Los referentes
y representaciones a los que se apela al demandar son aquellos
que dan regularidad a los comportamientos genéricos, por ello no se
los cuestiona abiertamente. Sin embargo, en los usos de la legalidad,
en las escenificaciones de litigios que se dan en la junta auxiliar donde
funciona el Juzgado de Paz y la agencia subalterna del ministerio público,
la doxa (el orden establecido) se convierte en discurso posibilitando
transformaciones.
En las audiencias, en la intervención de litigantes e intermediarios
de la comunidad, se encuentran modelos sexogenéricos escenificados,
siendo los careos y las conciliaciones ámbitos de reproducción de
normas y roles, por lo tanto de actualización de contenidos. En las
intervenciones de los agentes se enfatiza que la mujer cumpla con el
trabajo doméstico, atienda a hijos y esposo, cumpla con preparar el nixtamal,
hacer tortillas, preparar café, etcétera... , con esto, se observa
que lo que está en juego son ideales genéricos, etnomodelos para el
comportamiento femenino. El ideal genérico masculino que se exalta,
en cambio, es el relativo al rol de proveedor del grupo doméstico.
Tanto agentes, como litigantes en sus ejercicios discursivos parten
del mismo referente, de un campo común de significados, de un tipo
ideal genérico, es decir, desde un modelo de identidad asignado culturalmente.