Haciendo Justicia - Acceso al sistema

INTRODUCCIÓN' 23
sionalidad de la justicia no se manifiesta de la misma manera, prevalecen
aquí estilos judiciales distintos definidos por las costumbres y tradiciones
tzotziles. Las recientes reformas legales en Chiapas dirigidas a
reconocer derechos indígenas, han llevado a ampliar los márgenes de la
justicia indígena y con ello a definir ciertos parámetros formales; sin embargo,
el modelo de justicia que el Estado pretende legitimar no corresponde
al modelo tradicional que los zinacantecos han implementado. Esto
no impide que las autoridades zinacantecas se valgan de dicho reconocimiento
para seguir practicando la justicia a su manera tradicional
(Collier, 2002).
La profesionalización se acompaña de una mayor oficialidad en
los asuntos judiciales, lo que significa una exigencia de conocer la ley
y los reglamentos para los involucrados en los litigios. En algunas regiones
este proceso ha fomentado también la formación de agentes locales
de mediación que conocen las leyes para intervenir en el proceso
de defensa, como es el caso de gestores, defensores y abogados, generalmente
por parte de ONG de derechos humanos o de instituciones estatales
como el IN!. Muchos de estos agentes son indígenas que se han capacitado
en el campo de la defensa y la legalidad. La presencia de dichos
agentes es también diferencial de acuerdo con las regiones, como más
adelante veremos.
c) En los procedimientos destacan ciertas similitudes respecto a la justicia
en las regiones estudiadas. Observamos la recurrencia de lógicas de
negociación y conciliación en los juzgados de paz de las comunidades.
La negociación generalmente implica el compromiso de las partes, la
búsqueda de acuerdos mutuos, la reparación del daño y no necesariamente
un castigo unilateral, lo que en ocasiones significa sesiones largas
que pueden implicar diversos momentos e incluso varios días. Muchas
veces la conciliación involucra una serie de rituales y compromisos que
sólo tienen sentido con referencia a las creencias y presupuestos culturales
del grupo. De ahí que el perdón se convierta en el punto central
de los acuerdos lo cual resulta central para calmar el enojo y tranquilizar
los corazones previniendo así futuras rencillas o venganzas (Collier,
1995). La negociación no significa, sin embargo, acuerdos armoniosos
o sin ~conflicto; destacan en estos procesos jerarquías y posiciones de
poder legitimadas generalmente con base en costumbres que tienden a
reproducir roles de género y comportamientos sancionados por el discurso
del deber ser culturalmente marcado. No todos entonces se benefician
de la misma manera de los acuerdos, como lo saben bien las mu-