Haciendo Justicia - Acceso al sistema

RELACIONES DE GÉNERO, MUJERES NAIIUAS y USOS DE LA LEGALIDAD' 219
Por otra parte, demandas intragenéricas (entre mujeres), se dan generalmente
por la disputa de derechos a la provisión de recursos de parte
de un hombre (cónyuge o amasia), aunque lo que motiva la demanda
son acusaciones mutuas de mantener relaciones con una misma
persona que generalmente es el cónyuge de una de ellas. Este tipo de
demandas se presentan en primera instancia a nivel local, al reconocer la
legitimidad de la autoridad para intervenir en disputas de carácter doméstico
que afectan la convivencia social.
Cuando no se respeta a la autoridad y alguna de las partes se muestra
renuente a reconocer la falta y no se llega a un acuerdo, la autoridad
local refiere el caso al municipio. En otros casos, la misma demandante
decide llevar el caso a una instancia mayor. A nivel municipal se
resta valor a este tipo de demandas, no se las incluye en actas y terminan
en un llamado de atención a ambas partes condicionándoles a que
si continúan el conflicto podría derivar en agresiones de carácter mayor
frente a las cuales la autoridad actuaría con mayor rigor.
En términos generales las relaciones sexogenéricas influyen en el acceso
a la procuración de justicia por parte de las mujeres nahuas, en la
tipología de demandas y en la manera en que éstas son dirimidas, tanto
al nivel local de la jurisdicción indígena, como en las instancias siguientes
(municipio y distrito). No es que las mujeres no acudan a demandar,
sino que acuden menos que los hombres o abandonan las
demandas por temor a represalias, por dependencia económica y por
mantenerse cerca de sus hijos. Esto a pesar de la difusión de derechos de
las mujeres y a pesar de los procesos organizativos que se han dado en
Cuetzalan.
De lo que se observa, las demandas revelan conflictos en el modelo
de familia patrivirilocal que sustenta un control sobre la mujer, pero si
bien las mujeres demandantes hacen uso de diferentes niveles de legalidad,
lo hacen sin cuestionar explícitamente modelos sexogenéricos social
y culturalmente instituidos. Desde una posición de subordinación
genérica, manejan a su favor los códigos del modelo sexogenérico dominante
y con ello redefinen su identidad y estatus.
Demandan valiéndose de afirmar su propio cumplimiento de obligaciones
y roles de género, mientras revelan el incumplimiento de
obligaciones por parte del demandado (principalmente el cónyuge).
Los demandantes hombres, en cambio, recurren a la legalidad local para
afirmar jerarquías de poder, afirmando privilegios de protección de un estatus
como cónyuge, como padre y como autoridad del grupo doméstico.