Haciendo Justicia - Acceso al sistema

160 • MARÍA TERESA SIERRA
año 2000, casos de este tipo atendidos por la Takachihualis, y por el
agente subalterno de San Miguel Tzinacapan. Muchas de estas disputas
no pasan a otro nivel y se consigue que el hombre acepte reconocer al
hijo. Pero si las partes no están conformes o alguna de ellas está decidida
a llevar el pleito fuera de la comunidad, se acude a la agencia municipal
ya las oficinas del DIF en Cuetzalan para continuar con eljuicio. Estos casos
efectivamente han aumentado en los últimos tiempos, aunque son
pocos los que siguen el camino del proceso judicial.
4. Llama la atención el alto índice de violencia y maltrato en las relaciones
domésticas así como los casos que terminan en la separación o el
abandono, lo que es notorio en comparación con lo que pude observar
en comunidades de Huauchinango, donde registré mucho menos casos
de maltrato y separación, pero también una menor posibilidad para las
mujeres de rehacer una familia con otra pareja. Es de notar efectivamente
un número importante de mujeres solas que deben hacerse cargo
de sus hijos, sin el apoyo del padre. La separación no es algo bien
visto por los nahuas, por lo mismo las autoridades a través de sermones
y largas argumentaciones presionan a la mujer a no separarse y
aguantar ya que "se ve mal que la gente se separe", según palabras de
un agente de San Miguel Tzinacapan." Lo cierto es que detrás de la separación
suele estar una lista de agravios y maltratos que sufre la mujer,
vinculados generalmente al alcoholismo del esposo.
5. Las lesiones son uno de los delitos más recurrentes en los distintos
niveles de la justicia y también en las comunidades, se acompañan de la
ingesta de alcohol, lo que suele ser esgrimido como un argumento para
atenuar la gravedad del caso. Si las lesiones son mayores, generalmente
con violencia y armas peligrosas, se traslada el caso al municipio.
6. Las disputas entre vecinos también se deben a quejas por daños
en propiedad ajena, cuando se maltrata a un animal ajeno, se destrozan
cultivos, o algunos bienes. Para resolverlas se busca la reparación
del daño."
"El hecho es constatado también por Corona y Mejía (1996), quienes señalan que entre los nahuas
de Cuetzalan en los casos de conflicto entre cónyuges se protege la unión conyugal a toda costa, lo que
hace que tos agravios de las mujeres pasen a un segundo plano.
3 9 Es el caso de dos vecinos nahuas de San Miguel Tzinacapan involucrados en un delito de lesiones,
quienes firman un acta de conformidad ante la autoridad. El acusado se compromete a cubrir los gastos
por los daños causados, aunque argumenta que agredió en defensa propia, además de que estaba borracho.
Se resuelve que no se volverán a molestar y que deben seguir respetándose, corno lo hadan antes.
La autoridad les dice que tengan más cuidado en su forma de beber para evitar problemas (cfr. Morales,
2004).