2 - Gnostic Liberation Front

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05.11.2012 Views

deberá cumplirse en el mundo externo, porque aquí también existen una Ciudad Secreta, una "entrada" a la Tierra Hueca, una Montaña Sagrada y chakras mágicos y magnéticos del planeta. Existe una Caverna de la Resurrección y un retorno para el Führer, que solamente duerme, a la espera del momento supremo del regreso. Afuera, como adentro, hay una Gran Guerra, hay un Enemigo; además, hay una Amada Eterna, una Walkiria. El instante supremo de esta Iniciación viril y guerrera se cumple en el sincronismo, cuando el proceso interior (la mutación) coincide mágicamente con el milagro externo, 1 encontrándose en ambos mundos, la entrada, el paso a la Tierra Hueca, al Oasis de los hielos, al refugio del Führer, al Paraíso de Hiperbórea, al Sí-Mismo, al Selbst, conjuntamente con la Tamkappe de Siegfried, con la Ciencia de la levitación de los vimanas que tienen forma circular, y del Cuerpo Astral (el Sáhu egipcio, Cuerpo de la Resurrección de Osiris) que también se ha hecho redondo, como un astro, como un planeta, como Venus-Oiyehue, como el huaiyuhuen de los magos selcnam, los Jon. De cierto, todo es arquetípico aquí abajo, sólo que los hombres no se dan plenamente cuenta de ello, por el hecho de existir algo así como un amplio margen permitido para "lo humano, demasiado humano", que pasa a ser lo más importante en los tiempos modernos, por esto mismo llamados "humanistas". Desde el iluminismo en adelante, el hombre no pone ninguna atención al Eterno Retorno del Arquetipo, a su ley cíclica, a su símbolo, que lo traspasa todo, haciendo religiosa la existencia del que conscientemente lo vive. Para los antiguos, hechos tan corrientes como el matrimonio, no eran más que la repetición en la tierra de acontecimientos que primero se cumplían en algún otro Cosmos, porque también los Dioses Hiperbóreos se desposaban. El hombre repetía el suceso, llenándolo así de sacralidad. La unión física de la pareja, hierogamia, la unión del cielo y la tierra en este Universo, regenerando el Año, la Luz del Año, confiriéndole fecundidad y felicidad. El amor humano tenía así la posibilidad de repercutir en todo el Universo, porque, como decía Jung, el Arquetipo es uno e indivisible y, cuando se "constela aquí", también alcanza "allá". Únicamente es necesario que el hombre sea consciente de ello, oficiando su rito, haciendo de los actos de su vida un culto, de la unión con su mujer un acto ritual, repetitivo, calcado de un símbolo que alguna vez se cumpliera en Hiperbórea. Participando así de la inmortalidad. Es decir, la hierogamia, el misterium conjunctionis, el Maithuna, el Coito Mágico. El término alemán Hochzeit viene de Hogezit, fiesta del año, del Año Nuevo. Se celebra en la unión mágica, con el Maithuna tántrico, con el "orgasmo extático". Y el Año será fecundo, será feliz. La Creación estaría polarizada entre Yang y Yin, al decir de los chinos taoístas, positivo y negativo, hombre y mujer. Copia, plagio, falsificación por el Demiurgo de algo que aconteciera en distancias inconmensurables, donde el principio positivo, masculino, se mantiene inmóvil. Es Parama-Shiva. La activa, la que se mueve, la que danza, dando comienzo a la creación de los mundos, es Shakti, la Esposa, el principio femenino. En el amor arquetípico, tántrico, esto se reproduce, pasando a serla mujer la activa y el hombre el pasivo. Es el Maithuna, o coitó\mágico, donde la mujer iniciada, la yogini, se mueve, se agita. El hombre iniciado, el sadaka, el héroe, permanece inmóvil, lejano, extático, sin eyacular el semen afuera (Bundi), solamente adentro, para impregnarse a sí mismo y quedar incincta del Hijo de la Muerte, del Hijo de la Eternidad, del Hijo del Hombre, del Cuerpo Astral, como se ha dicho. Es éste también el A-Mor de los Minnesánger germanos y de los trovadores iniciados. A-Mor significa Sin-Muerte, porque se compone de a = sin, y mor- = muerte. También Amor se escribe al revés de Roma, para indicar una iniciación secreta opuesta a la enseñanza del catolicismo romano. Volveremos sobre este tema en la Parte IV de este libro, repitiendo estos conceptos. Bástenos decir que, hasta el cristianismo, los Dioses de la Antigüedad se hallaban desposados, todos tenían una Esposa Divina con la que vivían en permanente gozo, en estado orgásmico. La Esposa de Shiva acompañándolo en la cima del Monte Kailás (Meru), es Urna. La Esposa de Ruda (Shiva) es Runa. El Dios-Diosa Runa. La Esposa de Vishnu es Lakshmi, la de Wotan, Frigga (la Fresia de Erciíla) y Berchta, la brillante, la luminosa. La Esposa de Baldur es Induna. Y así. El origen se hallará en Hiperbórea, ese mundo desaparecido; porque allí estos Dioses fueron sus habitantes, fueron sus reyes. Hiperbórea, lo hemos dicho, es el nombre que los griegos dieron a esa región del extremo norte, donde Apolo viajaba cada cierto número de años para retornar rejuvenecido. Hiperbórea quiere decir "más allá del Dios Bóreas, del Frío y la Tormenta", indicándonos que aún en tiempos de los primeros griegos ese mundo se encontraba más allá de los hielos, rodeado como de un "vidrio transparente", quizás más allá de la condensación material de la energía. Sin embargo, el nombre que los védicos de la India y de Persia le dieran fue Aryanabaiji, lugar de hermandad de los aryos. Es importante esto, pues nos está señalando que Hiperbórea no era un país en el sentido histórico del término, sino una comunidad iniciática, una hermandad de Dioses o de semi-Dioses, de los aryos, los nacidos dos veces, donde los héroes, los viras semidivinos de todos los otros mundos desaparecidos, de la Atlántida, de Mu, de Gondwana, iban a iniciarse a re-nacer y a confirmar la Ley, que guardaba precisamente Apolo (a-Polo, sin Polo). Poseidón y Atlas (de su nombre deriva Atlántida) sostenían la "Columna" que, entrando en la Estrella Polar fija, soportaba el cielo, pasando más allá del cielo. En verdad, la Columna era el Vril, el Rayo, la Potencia de ER, proyectándose desde el entrecejo de los Magos y Magas hiperbóreos, pudiendo así sostener el cielo, de otro Universo distinto a este del Demiurgo. Thule, la Ultima Thule, era la capital de Hiperbórea. Dentro de esta Ciudad se hallaba el recinto sagrado, secreto, de Poseidón. Ahora bien, este nombre viene del griego posis, queriendo significar desposado. Porque era allí, en Hiperbórea, en Thule, en el Templo de Poseidón, donde se

ealizaba la Boda Mágica entre El y su Esposa Clito. Y allí iban a desposarse los héroes, los Dioses y los semi-Dioses de todos los continentes hoy desaparecidos. El A-Mor, las Bodas Mágicas, eran enseñadas por las Magas Hiperbóreas por las Walkirias, por Allouine, por Opis y Arge. La realizaban con Avris, que viaja a Grecia cabalgando una flecha. El Dios Heros. Hoy sólo restan de la reproducción terrestre de la Primera Hiperbórea extracósmica ínfimos islotes dispersos. Hitler creyó que las Islas Británicas eran uno de esos restos de Hiperbórea, donde los sobrevivientes enterraron a sus muertos. Por eso no quiso invadirlas en su Guerra Esotérica. Piteas de Marsiglia (Marsella) buscó la Ultima Thule cuatrocientos años antes de nuestra Era. Sus escritos se perdieron o fueron hechos desaparecer; de su viaje sólo tenemos noticia por citas en otros autores de la época que lo mencionan. Helgoland, o Heil-Land, Tierra-Salvada, Tierra Sacra, una pequeña isla en el Mar del Norte, hasta la Edad Media fue un peñón donde se celebraban bodas mágicas. Allí Forsite se desposaba. Esos Dioses frisones daban la bendición y presidían la Boda Tántrica, hiperbórea. Por esto, aún después de terminada la guerra, los aviones ingleses siguieron bombardeando por años ese peñón sacro, lleno de cráteres y de heridas en la actualidad. El odio del judaismo a lo hiperbóreo, a la Saga y al recuerdo nórdicos no perdonaba. Quería neutralizar el magnetismo de ese punto del planeta, antigua "ventana", o "puerta de salida" y "entrada" de Lucifer, de Apolo, del Dios Irmin. Ese bombardeo insensato tenía caracteres de acto de magia negra, o exorcismo contra una acción esotérica de Hitler, que casi tuvo éxito: el vuelo de Rudolf Hess. Como queriendo destruir hasta el último vínculo hiperbóreo de Engeland (Angeland, tierra de los Angeln germanos) con los Tiusken, con Téuschland, Deuschland. También he visitado ese peñón, ese resto sobreviviente de Hiperbórea y, ahí, he celebrado la Boda Mágica con mi Walkiria Divina, la que desde el Walhalla me acompaña, desde la Estrella de la Mañana. Sobre todo esto, tan sacro, tan olvidado por los de acá, he escrito en mis libros "El Cordón Dorado" y "NOS. Libro de la Resurrección". Groenlandia, Greenland, una gran isla ahora cubierta de hielos, que una vez fuera Tierra Verde, como lo indica su nombre, vela con un manto helado y blanco ese misterio. ¿Qué pasó con los hiperbóreos que todavía la habitaban en tiempos históricos? Han desaparecido sin dejar rastros. ¿Habrán encontrado las entradas al mundo interior, a la Tierra Hueca, residiendo hoy en las Ciudades Secretas, como el Führer? ¿Se hallarán bajo el hielo patagónico, tal vez antartico, protegidos por los Dioses Blancos, sus baiji, sus kame-radenl La diferencia fundamental entre la mentalidad moderna y la antigua se encuentra en la creencia de los modernos "humanistas" en la evolución. Los antiguos conocían sólo la involución. La Edad Dorada ya pasó, quedó atrás, se perdió. La religión judeo-cristiana pervierte aún más esta verdad transformándola en su Paraíso Terrenal. Algo sobrevive en el Génesis, ese documento antediluviano, que pareciera estar refiriéndose al hundimiento de la Atlántida más que al de Hiperbórea; una catástrofe muy posterior, con anterioridad a la cual existió algo así como un Paraíso en la Tierra (¿en qué Tierra?), una Edad Dorada. Ya hemos visto cómo el Génesis ha sido adulterado, al apropiarse de ese documento un pueblo primitivo de ignorantes y esclavos. Son los indoarios los que nos entregan una detallada relación del fenómeno cósmico y planetario de la Involución. No se enseña en el Período Védico propiamente tal. Se lo hace entre esta época y la de las Epopeyas. Es en el período épico donde el Dios-Mono, Hanuman, lo describe. Al parecer, el Kali-Yuga comienza tres mil años antes de la Era de Piscis, muy posiblemente con la guerra del Mahabharata, que sólo muy tardíamente viene a relatarse en textos escritos. Volvemos a entrar así en una concepción arquetípica, cósmica, que se repite arriba como abajo. La Creación sería una enorme respiración, concepción luego adoptada por los gnósticos. Mientras más vecina se encuentra la Creación al Ser que "expira", más radiante será todo, más sutil. A medida que se aleja en los espacios y los tiempos, la energía disminuye, hasta casi desaparecer, poco antes de la "inspiración" que vuelve a reabsorber lo creado, con un período de retención intermedio, para comenzar de nuevo con la expiración. La analogía deja de ser banal cuando se comprende que la misma respiración humana no sería más que una repetición en lo pequeño de ese "Diafragma o Pulmón Cósmico". Eterna reproducción del Arquetipo en lo más bajo, como en lo más arriba, todo igual a sí mismo, todo eterno. Un juego infinito de espejos, un Mándala, como en esas antiguas cajas de té chino, donde se pintaba otra caja igual y dentro de ésta otra y otra. Para los hindúes, quien "respira" el mundo es Brahma. La expiración y la inspiración corresponden a un Día de Brahma. Puede así comprenderse cómo el día terrestre, el año planetario y solar son también una reproducción en lo pequeño de lo más grande. El año, los meses, las semanas, los días y hasta las horas, los minutos y los segundos, son arquetípicos, teniendo sus equivalentes siderales, que pasaremos a detallar. Corresponden al Eterno Retorno de lo idéntico, al eco sobrehumano, a la danza de las sombras en la Caverna de la Creación. El Día de la Respiración de Brahma es un Kalpa. Se compone de 2.000 Manvantaras, o sea, 4.320.000.000 de años. Un Manvantara se divide en 4 Yugas. Así, el Manvantara viene a ser un Maha-Yuga, es decir, un Gran Yuga. Manvantara, o Manu-Antara, período de la vida de un Ma-nu, de un Hombre-Simiente, de un Antropos arquetípico, 97

ealizaba la Boda Mágica entre El y su Esposa Clito. Y allí iban a desposarse los héroes, los Dioses y los<br />

semi-Dioses de todos los continentes hoy desaparecidos. El A-Mor, las Bodas Mágicas, eran enseñadas por las<br />

Magas Hiperbóreas por las Walkirias, por Allouine, por Opis y Arge. La realizaban con Avris, que viaja a Grecia<br />

cabalgando una flecha. El Dios Heros.<br />

Hoy sólo restan de la reproducción terrestre de la Primera Hiperbórea extracósmica ínfimos islotes dispersos.<br />

Hitler creyó que las Islas Británicas eran uno de esos restos de Hiperbórea, donde los sobrevivientes enterraron a<br />

sus muertos. Por eso no quiso invadirlas en su Guerra Esotérica. Piteas de Marsiglia (Marsella) buscó la Ultima<br />

Thule cuatrocientos años antes de nuestra Era. Sus escritos se perdieron o fueron hechos desaparecer; de su<br />

viaje sólo tenemos noticia por citas en otros autores de la época que lo mencionan. Helgoland, o Heil-Land,<br />

Tierra-Salvada, Tierra Sacra, una pequeña isla en el Mar del Norte, hasta la Edad Media fue un peñón donde se<br />

celebraban bodas mágicas. Allí Forsite se desposaba. Esos Dioses frisones daban la bendición y presidían la<br />

Boda Tántrica, hiperbórea. Por esto, aún después de terminada la guerra, los aviones ingleses siguieron<br />

bombardeando por años ese peñón sacro, lleno de cráteres y de heridas en la actualidad. El odio del judaismo a lo<br />

hiperbóreo, a la Saga y al recuerdo nórdicos no perdonaba. Quería neutralizar el magnetismo de ese punto del<br />

planeta, antigua<br />

"ventana", o "puerta de salida" y "entrada" de Lucifer, de Apolo, del Dios Irmin. Ese bombardeo insensato tenía<br />

caracteres de acto de magia negra, o exorcismo contra una acción esotérica de Hitler, que casi tuvo éxito: el vuelo<br />

de Rudolf Hess. Como queriendo destruir hasta el último vínculo hiperbóreo de Engeland (Angeland, tierra de los<br />

Angeln germanos) con los Tiusken, con Téuschland, Deuschland.<br />

También he visitado ese peñón, ese resto sobreviviente de Hiperbórea y, ahí, he celebrado la Boda Mágica con mi<br />

Walkiria Divina, la que desde el Walhalla me acompaña, desde la Estrella de la Mañana.<br />

Sobre todo esto, tan sacro, tan olvidado por los de acá, he escrito en mis libros "El Cordón Dorado" y "NOS. Libro<br />

de la Resurrección". Groenlandia, Greenland, una gran isla ahora cubierta de hielos, que una vez fuera Tierra<br />

Verde, como lo indica su nombre, vela con un manto helado y blanco ese misterio. ¿Qué pasó con los hiperbóreos<br />

que todavía la habitaban en tiempos históricos? Han desaparecido sin dejar rastros. ¿Habrán encontrado las<br />

entradas al mundo interior, a la Tierra Hueca, residiendo hoy en las Ciudades Secretas, como el Führer? ¿Se<br />

hallarán bajo el hielo patagónico, tal vez antartico, protegidos por los Dioses Blancos, sus baiji, sus kame-radenl<br />

La diferencia fundamental entre la mentalidad moderna y la antigua se encuentra en la creencia de los modernos<br />

"humanistas" en la evolución. Los antiguos conocían sólo la involución. La Edad Dorada ya pasó, quedó atrás, se<br />

perdió. La religión judeo-cristiana pervierte aún más esta verdad transformándola en su Paraíso Terrenal. Algo<br />

sobrevive en el Génesis, ese documento antediluviano, que pareciera estar refiriéndose al hundimiento de la<br />

Atlántida más que al de Hiperbórea; una catástrofe muy posterior, con anterioridad a la cual existió algo así como<br />

un Paraíso en la Tierra (¿en qué Tierra?), una Edad Dorada. Ya hemos visto cómo el Génesis ha sido adulterado,<br />

al apropiarse de ese documento un pueblo primitivo de ignorantes y esclavos.<br />

Son los indoarios los que nos entregan una detallada relación del fenómeno cósmico y planetario de la Involución.<br />

No se enseña en el Período Védico propiamente tal. Se lo hace entre esta época y la de las Epopeyas. Es en el<br />

período épico donde el Dios-Mono, Hanuman, lo describe.<br />

Al parecer, el Kali-Yuga comienza tres mil años antes de la Era de Piscis, muy posiblemente con la guerra del<br />

Mahabharata, que sólo muy tardíamente viene a relatarse en textos escritos.<br />

Volvemos a entrar así en una concepción arquetípica, cósmica, que se repite arriba como abajo. La Creación sería<br />

una enorme respiración, concepción luego adoptada por los gnósticos. Mientras más vecina se encuentra la<br />

Creación al Ser que "expira", más radiante será todo, más sutil. A medida que se aleja en los espacios y los<br />

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creado, con un período de retención intermedio, para comenzar de nuevo con la expiración. La analogía deja de<br />

ser banal cuando se comprende que la misma respiración humana no sería más que una repetición en lo pequeño<br />

de ese "Diafragma o Pulmón Cósmico". Eterna reproducción del Arquetipo en lo más bajo, como en lo más arriba,<br />

todo igual a sí mismo, todo eterno.<br />

Un juego infinito de espejos, un Mándala, como en esas antiguas cajas de té chino, donde se pintaba otra caja<br />

igual y dentro de ésta otra y otra.<br />

Para los hindúes, quien "respira" el mundo es Brahma. La expiración y la inspiración corresponden a un Día de<br />

Brahma. Puede así comprenderse cómo el día terrestre, el año planetario y solar son también una reproducción en<br />

lo pequeño de lo más grande. El año, los meses, las semanas, los días y hasta las horas, los minutos y los<br />

segundos, son arquetípicos, teniendo sus equivalentes siderales, que pasaremos a detallar. Corresponden al<br />

Eterno Retorno de lo idéntico, al eco sobrehumano, a la danza de las sombras en la Caverna de la Creación.<br />

El Día de la Respiración de Brahma es un Kalpa. Se compone de 2.000 Manvantaras, o sea, 4.320.000.000 de<br />

años. Un Manvantara se divide en 4 Yugas. Así, el Manvantara viene a ser un Maha-Yuga, es decir, un Gran Yuga.<br />

Manvantara, o Manu-Antara, período de la vida de un Ma-nu, de un Hombre-Simiente, de un Antropos arquetípico,<br />

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