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2 - Gnostic Liberation Front

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"Señor, ¿qué va a pasar con la nieve? Creo que no retornará más, pues los "gringos" han venido a patearla (se<br />

refería a los esquiadores); la han ofendido gravemente". Otra gente antigua, que vive en las vecindades de la<br />

montaña "El Plomo", piensa lo mismo. Porque han retirado la momia de una niña indígena de su cima, que había<br />

sido dejada allí por los Inkas, en un sacrificio ritual a los Dioses de esas alturas, con algún fin bien preciso, los<br />

lugareños creen que ahora el clima va a cambiar y piden su restitución a la Montaña sagrada.<br />

Los niños de Alemania y de los países escandinavos, hasta la última guerra, seguían viendo a los duendes y a las<br />

hadas. Yo también conversaba con ellos en el jardín de mi niñez. Apenas sí lo recuerdo ya, porque perdí su visión,<br />

junto con ese jardín lejano.<br />

Hemos desacralizado el mundo, colaborando con el Demiurgo, con el Señor de las Tinieblas, transformándolo en<br />

una esfera muerta y pesada, un compuesto de átomos agregados, de roca, metales y limo, a lo más de petróleo,<br />

sin saber siquiera lo que esta substancia sea verdaderamente. Lo extraemos, lo explotamos; ensuciamos la tierra,<br />

lo destruimos todo, con un criterio materialista y judaico, sin entender ya que la tierra es un ser vivo, con cuerpo,<br />

alma y espíritu, como un vira, que también ansia la transfiguración.<br />

En Chile, desde la Conquista, el paisaje no nos pertenece. Le hemos impuesto un culto y un Dios extraño, con el<br />

resultado de que los habitantes actuales se encuentran en desequilibrio con el mundo que les rodea. Nada tienen<br />

que ver con las cumbres sublimes, con la belleza de su tierra, ni con su mar; se hallan en total desequilibrio con el<br />

paisaje. Se haría necesario extraer a la luz de un nuevo Sol a los Dioses, a los Gigantes antiguos que duermen<br />

dentro de la roca andina, reconocerlos, rendirles un culto, establecer un diálogo. Sólo así se lograría un equilibrio<br />

entre el hombre y el paisaje. Hoy el hombre se encuentra destruido, aniquilado, erosionado, como la tierra; es<br />

ajeno a la belleza del paisaje sublime. Únicamente extrayendo de la Montaña a los Gigantes se hará posible la<br />

transfiguración del paisaje de la patria mística. Se habrá desenvainado la Espada de Chile. Y entonces, de las<br />

profundas aguas del Pacífico, emergerá el antiguo Continente del Espíritu, allí sumergido. Emergerá, como de<br />

dentro del cerebro arcaico del Antropos, del Urmensch, más allá de su corteza cerebral, del sol actual. Y la tierra<br />

volverá a ser habitada per gigantes, por los Dioses Blancos. Desaparecerán los pueblos disminuidos, los esclavos<br />

de la Atlánti-da y esta franja precaria de la patria, resto sobreviviente de un Continente sumergido, se transfigurará<br />

y será redimida.<br />

Desde que fui muy joven, sentí que mi misión era ayudar a los Gigantes prisioneros de la Montaña, liberarlos,<br />

como a Lucifer encadenado en los hielos del Polo Norte, del Polo Sur, vindicarlos, libertar a Prometeo. Hoy<br />

también siento que debo ayudar al retorno del Führer, dentro del gran cuerpo de la Montana, contribuyendo al<br />

cumplimiento de su Mito de Resurrección.<br />

Por eso estoy aquí nuevamente, otra vez junto a los Andes mágicos de mi juventud y de mi iniciación. Los Montes<br />

de los Dioses Blancos.<br />

La Montaña Sagrada de los Himalaya es el Kailas. La de los Andes es el Melimoyu.<br />

LA WALKIRIA<br />

No ha sido tarea sencilla para mí tener que reconocer que no es fácil comprender mis libros. Estoy tan inmerso en<br />

los símbolos y en las leyendas que circulan por mi sangre. Por ello, se me ha hecho arduo llegar a entender que<br />

otros no los viven de este modo. Pero ya voy aprendiendo, con la consecuencia penosa de que debo aceptarme<br />

como un ser distinto, de otro mundo.<br />

A estas alturas, ya sólo busco a mis semejantes. Para ellos escribo.<br />

¿Cómo pudiera explicar con palabras sencillas, transparentes, la forma en que el Arquetipo se "imprime" en este<br />

mundo, como en un "plasma cósmico", en una arcilla maleable?<br />

Hay un tiempo sagrado y un tiempo profano. El primero pertenece a las vidas arquetípicas, eternas, el segundo es<br />

para las biografías personales, para lo histórico. No sobrevive a la muerte nada de lo personal, únicamente lo<br />

arquetípico; pero sólo cuando el Arquetipo es un Arquetipo Hiperbóreo y el héroe que se lo incorpora ha sido<br />

capaz de realizar conscientemente su Sentido, superándolo. He aquí la diferencia. Además, existen los<br />

Arquetipos diabólicos del Demiurgo. Y e'stos son los más numerosos, siendo un Arquetipo demoníaco el mismo<br />

Demiurgo, o Señor de las Tinieblas. Contra éstos debe luchar el héroe, destruyéndolos.<br />

Ahora bien, la materialización del Arquetipo en este mundo de vibración más lenta, se efectúa como la impresión<br />

de un sello en el "plasma cósmico". Por ejemplo, en el caso del Urmensch, del Antropos, su "fisiología hiperbórea"<br />

se reproduce de la siguiente manera en el cuerpo del hombre terrestre: los animales emblemáticos de las<br />

constelaciones, que son los cha-kras del cuerpo del Hombre Cósmico, se repiten como plexos en el hombre. Y así<br />

con todo lo ya explicado anteriormente, con los nádis, Kundalini, etcétera. Swedenborg decía, por esto: "El cielo<br />

tiene la forma del cuerpo de un hombre". Lo que es arriba es abajo y viceversa.<br />

De aquí se deriva esa ley del sincronismo, tan importante para nuestra Orden Guerrera y para el Hitlerismo<br />

Esotérico; porque en nuestra iniciación no basta con la búsqueda en el mundo interior. Del mismo modo, la lucha<br />

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