2 - Gnostic Liberation Front

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05.11.2012 Views

Hitlerismo Esotérico. El Sol Negro yendo hacia atrás, hacia el origen, hacia el Rayo Verde. El Sol Negro de la medianoche polar. Todo esto no es imaginación de los humanos. Ellos no pueden inventar estas cosas. Ese gran poeta chileno Ornar Cáceres, decía: "Ni un pensamiento, ¡oh poetas!, los poemas existen, nos aguardan". Los poemas hiperbóreos. Si en todo esto hay imaginación de alguien, "es imaginación cósmica", escribía Otto Rahn. El Arquetipo Hiperbóreo es un poema extra-cósmico que se escribe en esta tierra a través de los héroes de ambos sexos, que les entregan sus vidas, como una página en blanco para que El escriba en ellas sus poemas redentores, inmortales. Yo no inventé la afirmación de que Hitler estaba vivo, que no había muerto en el Bunker, que había partido en submarino a los oasis que existen en los hielos de la Antartica. Esto lo dijeron otros, sus mismos enemigos. Y era lógico que así fuera, porque pertenece a una verdad eterna, a una Minne, a una Nostalgia, que se repite y llega desde un más allá del Universo. Como hemos visto: Federico Barbarroja, el Rey Arturo, todos los Führer arios han muerto y no muerto, sólo duermen en una montaña, caverna, hielo, isla, oasis entre los hielos, punto de calor en medio del frío, hielo ardiente, fuego helado. Oasis o caverna, da lo mismo. La "Tierra Hueca", interior, las Ciudades Encantadas de los Himalaya o de los Andes. Mi Maestro vio a Hitler en el interior de la tierra, en un mundo oscuro, a la espera tal vez del retorno de la Luz del Sol Negro, de un Nuevo Amanecer. Es el Mito Hiperbóreo que trabaja por sí mismo y para sí mismo. La más clara seguridad del nuevo triunfo, del retorno de Kalki, sobre un caballo blanco. Tampoco nosotros hemos inventado el símbolo de los Discos Volantes, de los OVNI, de los Vimanas. Ahí está, "escribiéndose solo" en el "Militárisches Taschenlexikon" de la Alemania democrática y antihitlerista de hoy. El OVNI, el Vimana de la Runa Hagal, es la Swastika que gira en dirección a la Estrella de la Mañana. La Estrella Doble del Hitlerismo Esotérico, la de Wotan. La Estrella de la Iniciación Hiperbórea. Es el vehículo en que retornará el Führer, al cumplirse su tiempo. El Templo de nuestra orden se encontraba también dentro de una Montaña. Allí, en celdas iluminadas por otra luz, se hallaban en permanente concentración los Brahmanes. Hasta ahí llegaban en astral los miembros de la Orden, desde todas partes del mundo. Se les convocaba para entrar en el combate, para cumplir misiones, o para resistir difíciles pruebas. Era arduo alcanzar hasta esa Montaña, debiendo cruzar valles y selvas oscuras, habitadas por tribus enemigas y seres elementales, contra los cuales se libraban combates a muerte. Una vez al año había una gran reunión. Los Brahmanes sometían a duras pruebas a los iniciados de la Orden, algo así como torneos caballerescos. También se salía en conjunto a librar combates en los otros planos, en astros distantes, o en la atmósfera astral de la misma tierra, en la psicoesfera. Pienso que quien puso frente a mí esa jofaina con agua lustral, para apagar el fuego de las vibraciones, habrá sido un Brahmán que vigilaba invisible mi trabajo y progreso en las experiencias esotéricas. El Maestro creía que el Templo se encontraba en una gran caverna existente en el Monte Kailas, en los Trans-Himalaya. Por eso partí a la India, en busca de esta sede de la Orden. A lo mejor el Führer también había alcanzado allí, antes o después de la Antartica. He hablado de esta búsqueda en "La Serpiente del Paraíso". Al igual que en "Quién Llama en los Hielos", he dicho poco, he hablado apenas. Al Kailas no me fue posible alcanzar, pues ya estaba esa región controlada por la China comunista. Lo intenté, sin embargo, consiguiendo ser invitado por el Gobierno chino. El Embajador de ese país, Pan-tzu-li, me visitó oficialmente para averiguar lo que deseaba ver en mi viaje. Le dije que el Tibet y el Kailas. No obtuve respuesta. Por ello nunca formalicé mi visita. Giré en las fronteras del Tibet, ascendí hasta Amarnath, en Cachemira, donde, en una gran caverna, se yergue el Lingam de hielo de Shiva. También fui a Badrinath, santuario de Vishnu. Consulté a muchos yogas, a swamis y hombres santos, viajé con sadhus y peregrinos y ninguno de ellos conocía de una caverna en el Kailas, frente al lago Manasarovar y a la aldea de Dira-pukh. Hablé con el Swami Shivananda, en Rishikhesh y también con el Da-lai Lama, en su exilio en India. Consulté igualmente a mi amigo, el Maharajá de Sikkim y al Príncipe Rashkumar. Nadie la había visto jamás. Pienso que el Templo se encontrará en el Monte Meru, en el doble espiritual del Kailas físico, allí donde se construyeron los cuerpos de los gigantes Merovingios (Meru-weg) y de donde partiera Wotan, con sus divinos Ases. Por diez años busqué en los Himalaya y por otros diez en los Alpes, tratando de encontrar la entrada secreta al país de los gnomos, de Siegfried y del Rey Laurin. 92

Un día decidí retornar a los Andes de mi juventud, en busca ahora de la Ciudad de los Césares, de Paititi, de Elellin. Himalaya quiere decir Morada de las Nieves. Andes viene de Antu, sol y también de Anda, hombre. El Hombre Total. An-Tropos. Pensando en esto, creo poder interpretar mi visión de los gigantes dentro de la montaña que enmarca la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo. ¿Qué es la Montaña en un sentido hermético, esotérico? En verdad, simboliza al hombre, así como la caverna simboliza el Templo. Ya lo hemos dicho, los primeros templos fueron las cavernas de las montañas. Montaña y caverna, Lingam y Yoni, hombre y mujer, en un sentido cósmico; el Andrógino, el Hombre-Total. El Hombre y la Mujer Absolutos. Por esto mismo, el verdadero Templo es el Hombre, se encuentra dentro del hombre. Es ahí donde hay que ir a oficiar, a adorar, a encontrar el Monte y la Caverna, la Ciudad Encantada, el Oasis de los Hielos. Es ahí donde resucitará el Führer, el Hombre que Vendrá, el Hijo del Hombre. Ahí y afuera, en un combate sincronístico. Porque no encontrará el refugio afuera, la Caverna, la Ciudad, la entrada a la "Tierra Hueca", interior, el Templo de la Orden, quien no lo haya encontrado primero adentro de sí mismo. Este es el Hitlerismo Esotérico. La Montaña es el cuerpo del hombre; mas, del Hombre Astral, del Hombre Hiperbóreo, del Siddha, del Divya, del Urmensch. Es el Sahú egipcio, el "Cuerpo de Resurrección" de Osiris. Así, su fisiología es la hermética, la astral, la aria. Por ejemplo, mis gigantes serían los dos nádi, o nervios (astrales) de la fisiología tántrica. Ida, al lado izquierdo de Meru-danda, es decir de la Columna Vertebral etérica, y Píngala, al lado derecho. Su contrapartida en la fisiología física son los cordones de ganglios, a lo largo de la espina dorsal. Nacen en el Chakra Muládhára, o sea en el plexo pélvico y se cruzan, yendo el primero a terminar en la ventana derecha de la nariz y, el segundo, en la izquierda. Por el centro de Meru-danda asciende Sushumáná, hasta el cráneo, juntándose en el cerebro con el Chakra Sahasrará. Por aquí sube la Serpiente de Fuego, Kundalini. Ella es la Bella Durmiente del Monte Meru, en la Caverna de Kyffháuserberg, es la Amada Inmóvil, helada, hibernada, que hay que despertar en la base de la Montaña Mágica, en el Chakra Muladhara, precisamente. Mi gigante del lado Izquierdo, con los brazos levantados, la Runa Man, es Ida, el otro es Píngala, la Runa Yr.La Montaña es el Templo y es el Cuerpo del Hombre-Dios, de Wotan, del Urmensch. Sushumná, que nace en el sacrum, el tercer nádi, el del medio; es el más importante, el gigante aún invisible, el "devorador del tiempo" (Saturno), el que entrega la inmortalidad; es la Runa Hagal, que nos conecta con la cima del Monte Meru, donde se realiza la Boda Mágica de los otros dos, de Ida y Píngala (Shiva y Parvati). En fin, todo esto es altamente simbólico. En la vivencia de mi juventud se me presentó a los ojos (al tercer ojo, al Vril, en la "memoria de mi sangre") repentinamente abiertos, en un "amanecer de caminos sonoros que se cruzan", como la visión de un mándala o de un yantra. Toda una vida me lo he pasado tratando de interpretarlos, de comprenderlos. Prueba de ello son las explicaciones distintas que he dado a esa visión en varios de mis libros, en "La Serpiente del Paraíso", en "El Cordón Dorado", en "NOS. Libro de la Resurrección", y ahora. La dificultad que se nos presenta a quienes no somos modernos, sino antiguos, es la imposibilidad de comunicarnos con las mentes racionalistas de este tiempo del Kali-Yuga, que lo han desacralizado todo. Para los seres lejanos, su entorno estaba lleno de vida, pleno de divinidad. Platón y Aristóteles decían: Panta plere Theón. Todo está lleno de Dioses. Los araucanos, entre nosotros, adoraban el árbol, los montes, los ríos, el bosque, como los antiguos germanos, como los pieles rojas, como los hindúes. En India, cada río, cada accidente de la naturaleza es habitado 93

Hitlerismo Esotérico. El Sol Negro yendo hacia atrás, hacia el origen, hacia el Rayo Verde. El Sol Negro de la<br />

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Todo esto no es imaginación de los humanos. Ellos no pueden inventar estas cosas. Ese gran poeta chileno Ornar<br />

Cáceres, decía: "Ni un pensamiento, ¡oh poetas!, los poemas existen, nos aguardan". Los poemas hiperbóreos. Si<br />

en todo esto hay imaginación de alguien, "es imaginación cósmica", escribía Otto Rahn. El Arquetipo Hiperbóreo<br />

es un poema extra-cósmico que se escribe en esta tierra a través de los héroes de ambos sexos, que les entregan<br />

sus vidas, como una página en blanco para que El escriba en ellas sus poemas redentores, inmortales.<br />

Yo no inventé la afirmación de que Hitler estaba vivo, que no había muerto en el Bunker, que había partido en<br />

submarino a los oasis que existen en los hielos de la Antartica. Esto lo dijeron otros, sus mismos enemigos.<br />

Y era lógico que así fuera, porque pertenece a una verdad eterna, a una Minne, a una Nostalgia,<br />

que se repite y llega desde un más allá del Universo. Como hemos visto: Federico Barbarroja, el Rey Arturo, todos<br />

los Führer arios han muerto y no muerto, sólo duermen en una montaña, caverna, hielo, isla, oasis entre los hielos,<br />

punto de calor en medio del frío, hielo ardiente, fuego helado. Oasis o caverna, da lo mismo. La "Tierra Hueca",<br />

interior, las Ciudades Encantadas de los Himalaya o de los Andes. Mi Maestro vio a Hitler en el interior de la tierra,<br />

en un mundo oscuro, a la espera tal vez del retorno de la Luz del Sol Negro, de un Nuevo Amanecer. Es el Mito<br />

Hiperbóreo que trabaja por sí mismo y para sí mismo. La más clara seguridad del nuevo triunfo, del retorno de<br />

Kalki, sobre un caballo blanco.<br />

Tampoco nosotros hemos inventado el símbolo de los Discos Volantes, de los OVNI, de los Vimanas. Ahí está,<br />

"escribiéndose solo" en el "Militárisches Taschenlexikon" de la Alemania democrática y antihitlerista de hoy. El<br />

OVNI, el Vimana de la Runa Hagal, es la Swastika que gira en dirección a la Estrella de la Mañana. La<br />

Estrella Doble del Hitlerismo Esotérico, la de Wotan. La Estrella de la Iniciación Hiperbórea. Es el vehículo en que<br />

retornará el Führer, al cumplirse su tiempo.<br />

El Templo de nuestra orden se encontraba también dentro de una Montaña. Allí, en celdas iluminadas por otra luz,<br />

se hallaban en permanente<br />

concentración los Brahmanes. Hasta ahí llegaban en astral los miembros de la Orden, desde todas partes del<br />

mundo. Se les convocaba para entrar en el combate, para cumplir misiones, o para resistir difíciles pruebas. Era<br />

arduo alcanzar hasta esa Montaña, debiendo cruzar valles y selvas oscuras, habitadas por tribus enemigas y<br />

seres elementales, contra los cuales se libraban combates a muerte. Una vez al año había una gran reunión. Los<br />

Brahmanes sometían a duras pruebas a los iniciados de la Orden, algo así como torneos caballerescos. También<br />

se salía en conjunto a librar combates en los otros planos, en astros distantes, o en la atmósfera astral de la misma<br />

tierra, en la psicoesfera. Pienso que quien puso frente a mí esa jofaina con agua lustral, para apagar el fuego de<br />

las vibraciones, habrá sido un Brahmán que vigilaba invisible mi trabajo y progreso en las experiencias esotéricas.<br />

El Maestro creía que el Templo se encontraba en una gran caverna existente en el Monte Kailas, en los<br />

Trans-Himalaya. Por eso partí a la India, en busca de esta sede de la Orden. A lo mejor el Führer también había<br />

alcanzado allí, antes o después de la Antartica.<br />

He hablado de esta búsqueda en "La Serpiente del Paraíso". Al igual que en "Quién Llama en los Hielos", he dicho<br />

poco, he hablado apenas. Al Kailas no me fue posible alcanzar, pues ya estaba esa región controlada por la China<br />

comunista. Lo intenté, sin embargo, consiguiendo ser invitado por el Gobierno chino. El Embajador de ese país,<br />

Pan-tzu-li, me visitó oficialmente para averiguar lo que deseaba ver en mi viaje. Le dije que el Tibet y el Kailas. No<br />

obtuve respuesta. Por ello nunca formalicé mi visita. Giré en las fronteras del Tibet, ascendí hasta Amarnath, en<br />

Cachemira, donde, en una gran caverna, se yergue el Lingam de hielo de Shiva. También fui a Badrinath,<br />

santuario de Vishnu. Consulté a muchos yogas, a swamis y hombres santos, viajé con sadhus y peregrinos y<br />

ninguno de ellos conocía de una caverna en el Kailas, frente al lago Manasarovar y a la aldea de Dira-pukh. Hablé<br />

con el Swami Shivananda, en Rishikhesh y también con el Da-lai Lama, en su exilio en India. Consulté igualmente<br />

a mi amigo, el Maharajá de Sikkim y al Príncipe Rashkumar. Nadie la había visto jamás.<br />

Pienso que el Templo se encontrará en el Monte Meru, en el doble espiritual del Kailas físico, allí donde se<br />

construyeron los cuerpos de los gigantes Merovingios (Meru-weg) y de donde partiera Wotan, con sus divinos<br />

Ases.<br />

Por diez años busqué en los Himalaya y por otros diez en los Alpes, tratando de encontrar la entrada secreta al<br />

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