2 - Gnostic Liberation Front
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pronunció un discurso, aconsejando a los hindúes "jamás abandonar el ritual, el ceremonial, seguir practicándolos<br />
con el boato de los viejos tiempos..."<br />
El Ritual, la Magia,, eran precisamente lo que yo iba a buscar del Maestro: los medios, las fórmulas, los signos,<br />
que me permitieran pasar al "otro lado" y establecer así un diálogo con las fuerzas invisibles, cuyos símbolos<br />
únicamente son los fenómenos del mundo físico visibles a los ojos de nuestro cuerpo. Un diálogo con "los de allá",<br />
con los que se llevaron a Jasón, en las glorias de su noche antigua.<br />
Esto y no otra cosa es lo que en propiedad debe llamarse Iniciación. Para obtener el conocimiento, los bardos<br />
requerían más de veinte años de instrucción. La gnosis de los Rishis arios. Rishi quiere decir ver. Ver a "los de<br />
allá", precisamente.<br />
Como he dicho, mi primer encuentro con el Maestro no debía producirme una gran impresión, por lo menos en los<br />
primeros instantes. Así me ha sucedido siempre con los acontecimientos esenciales. Me encontré frente a un<br />
hombre de estatura mediana, de ojos azules muy claros y que habló de cosas que yo no entendía muy bien y a las<br />
que no puse demasiada atención. Más bien, escuchaba las preguntas de mi amigo, deseando conocer la razón<br />
que le había llevado a encontrarse ahí, abandonando la lucha activa. Algo así como una nube envolvía el cuarto y<br />
me era difícil poder concentrarme. Y fue dentro de esa nube que, sin saber cómo ni por qué, hice la pregunta<br />
sobre mi experiencia nocturna. Nunca he podido saber qué me llevó a ello, pues no había venido con este objeto;<br />
además, en ese momento, me había olvidado de todo eso. Fue como si otro en mí hiciera la pregunta. Y la<br />
respuesta debería sorprenderme:<br />
"El cuerpo astral... ¿Sabe usted algo del cuerpo astral? Es un nombre que Paracelso diera a esa energía<br />
agregada, unida al cuerpo físico, esa substancia también material, pero de una materia más sutil, de vibraciones<br />
más intensas y que recibe la influencia de los astros, según él. Por eso la llamó "cuerpo astral". Los filósofos<br />
Samkhya, de India, la llamaron Sushmasarira; los tántricos, Lingasarira; los egipcios, Sáhu; los tibetanos,<br />
Ja-lus; los chinos, Che-kai; los Siddha, Siddha-rupa, y los magos selcnam, los Jon de Tierra del Fuego,<br />
Huaiyuhuén. Agripa la llamó Eydelon y los gnósticos, Cuerpo Radiante. En fin, tantos nombres para una misma<br />
cosa que no se conoce bien y cuya substancia pareciera participar de algún modo de la energía que describimos<br />
como conciencia. Pero "eso", el "Cuerpo Astral" no llega a ser consciente del mismo modo a como nosotros lo<br />
somos aquí, en este mundo donde nos movemos con el vehículo físico. Por ello, deberíamos decir que el Cuerpo<br />
Astral, como lo seguiremos llamando, que el Eydelon, que el Huaiyuhuén, existe solamente en potencia,<br />
virtualmente, debiendo nosotros crearlo, "inventarlo", es decir, pasarle la conciencia de nuestro yo terrestre,<br />
hacerlo consciente, que es lo mismo, aunque con una conciencia integrada, diferente. Con una conciencia doble,<br />
la "de allá" y la "de acá". Es éste el trabajo de una vida, aquí en la tierra: Inventar el cuerpo astral, crearlo,<br />
pasándole nuestra conciencia, o, mejor dicho, pudiendo llegar a vivir conscientemente en él —con esa doble<br />
conciencia—. Así se sobrevivirá a la muerte. También se podrá morir cuando uno quiera... Y al morir, no perder la<br />
conciencia "de acá..."<br />
Hizo una pausa, me observó un momento, y continuó: "'Lo que a usted le sucede es una bendición, porque desde<br />
ahí puede comenzar su trabajo, sil gran obra, como dirían los alquimistas, Paracelso y Agripa; empezar a tejer, a<br />
crear, a formar su cuerpo astral. A darle una forma consciente a ese embrión. También a unir el cuerpo sutil, de<br />
materia más alta, con otro "cuerpo" aún más puro, de energía más espiritual que la del Huaiyuhuén, con el<br />
cuerpo de conciencia objetiva, con Budhi. Y este trabajo de construir puentes entre tres y más cuerpos, que están<br />
en usted, que son usted mismo de algún modo, sólo puede hacerse aquí en la tierra. Cuando lo haya logrado, será<br />
un Pontífice, es decir, un puente entre los mundos, sus mundos. Será un Rey-Sacerdote, como los faraones, los<br />
Rishi y como el Führer..."<br />
De improviso, supe que estaba entendiendo lo que ese ser me decía, de pie en el centro del cuarto, hablando<br />
como inspirado. La nube se desva-<br />
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