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2 - Gnostic Liberation Front

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judío es sólo un elemento más, aunque importante. Y retorna a su concepción "tradicionalista" de las eras del<br />

hinduismo y del camino inevitable, fatal, hacia el nadir del Kali-Yuga. De este modo, la subversión estaría dirigida<br />

desde fuera de este mundo por un Príncipe de las Sombras. La concepción, por su fatalismo, pasaría a constituir<br />

algo así como un "spenglerianismo espiritualista".<br />

Me parece que la cosa va por otro lado. Claudio Mutti reproduce en su ensayo de introducción a los "Protocolos",<br />

que titula "Ebraicita ed Ebraismo", unas reflexiones del escritor judío Otto Weininger, en su libro "Sexo y Carácter":<br />

"El judaismo no es una nación ni una raza, es una tendencia del espíritu, una constitución psíquica, que<br />

representa para cada hombre una posibilidad y que el judaismo histórico ha llevado a su realización más<br />

grandiosa". Weininger vendría a considerar, así, al judaismo como una suerte de idea platónica que, en cuanto tal,<br />

ha precedido a la misma historia del pueblo judío.<br />

Estas declaraciones son de suma importancia, pues nos sitúan en el punto preciso que hemos querido dar a esta<br />

Primera Parte de nuestra obra y que trata de los Arquetipos Hiperbóreos del Héroe, del Führer, del Maestro, de la<br />

Gran Guerra, y del Arquetipo no Hiperbóreo del Señor de las Tinieblas. Evola fue muy antijungeano, por ser<br />

contrario al psicoanálisis, al que consideraba como de factura judía. (Posición con la que concuerdo plenamente).<br />

Como carta de presentación, le envié desde Viena mi libro traducido al alemán, "Meine Begegnungen mit C. G.<br />

Jung und Hermann Hesse", título que la editorial suiza diera a "El Círculo Hermético". En él me refiero, como se<br />

sabe, a mis conversaciones con el profesor Jung y con Hermann Hesse. Evola me recibió diciéndome: "Leí su<br />

libro. En verdad yo desconocía esos aspectos de Jung que usted revela". Y pasó a recomendarme su magnífica<br />

obra tan trica "La Metafísica del Sexo".<br />

Es Jung quien nos entrega, con su extraordinaria teoría de los Inconscientes Colectivos Ario y Semita, las<br />

herramientas que nos permiten explicarles a las mentes trabajadas por el cientificismo contemporáneo,<br />

traduciéndoles, por así decir, esas concepciones más antiguas a que hace referencia Weininger. Nos hemos<br />

valido de Jung para tratar de penetjar el Hitlerismo Esotérico. Ahora lo haremos para el problemajudío.<br />

El libro que me dio a conocer a Jung fue "El Yo y lo Inconsciente",<br />

editado en Santiago por la Editorial Cultura, de Francisco Fuentes, en<br />

1936. Con este libro -viajé a la Antartica. Por ser una edición antigua, no ex-<br />

purgada, en la página 75 y su nota al pie se encuentran las siguientes afir-<br />

maciones de Jung: \<br />

"Huelga decir que una orientación colectiva supone siempre en los demás la existencia de la misma psique<br />

colectiva (Inconsciente Colectivo) y esto ya significa un desconsiderado menosprecio de las diferencias individuales<br />

como de otras diferencias de índole más general, que existen incluso dentro de la psique colectiva, como,<br />

por ejemplo, las diferencias de raza. (El paréntesis y el subrayado son nuestros).<br />

"Así, es un error totalmente imperdonable que tengamos por generalmente válidos los resultados de una<br />

psicología judía. A nadie se le ocurriría considerar como válida para nosotros la psicología china. El reproche de<br />

antisemitismo, que se me ha hecho por esta crítica, resulta tan estulto como si se me hubiese acusado de un<br />

prejuicio antichino. Ciertamente, en otro estadio anterior e inferior del desarrollo psíquico, cuando todavía es<br />

imposible hallar una diferencia entre las mentalidades aria, semítica, hamita y mongólica, todas las razas<br />

humanas tienen una psique colectiva común; pero, al iniciarse una diferenciación racial, sobrevienen también<br />

esenciales diferencias en la psique colectiva. Por esta razón no nos es posible traducir globalmente el espíritu de<br />

otras razas a nuestra mentalidad (aria), sin perjudicarla sensiblemente, ni evitar que tantos tipos de instintos<br />

débiles afecten la filosofía hindú, por ejemplo, u otra parecida".<br />

A pesar de la Weltanschauung evolucionista del profesor Jung, que cree en "otro estadio anterior e inferior"<br />

(posiblemente existió este estadio, pero fue intermedio, una involución producto de la gran catástrofe que destruyó<br />

Paradesha, Hiperbórea) sus declaraciones revisten una importancia enorme.<br />

Si existe un Arquetipo (presuposición platónica de Weininger) trabajando desde "afuera" para expresarse en este<br />

mundo terrestre, deberá conformar aquí sus instrumentos, sus "sondas", sus "robots", al igual como hoy lo hacen<br />

quienes envían artefactos a la Luna, a Marte y otros astros. Son instrumentos de expresión, a la vez que de<br />

conocimiento. La analogía deberá ser necesariamente imperfecta.<br />

Hemos visto cómo el Arquetipo no se expresa a través de uno sino de varios, siendo más de un "yo": Nos. Sin<br />

embargo, como en el caso de Hitler, en uno sólo encuentra su centro radiante más poderoso. El pueblo, la raza,<br />

viene preparando esa individualidad, ese "centro", a través de los siglos. En el caso del judío, sería el Mesías<br />

esperado. Aunque bien pudiera acontecer, como se ha pensado, que en el Inconsciente Colectivo Judío no se<br />

haga necesaria una individualidad visible, pudiendo bastar con esa "hidra de mil cabezas", sin un centro, o con<br />

una central ubicua.<br />

Cuando hablamos de Arquetipos, aunque sean jungeanos, estamos alcanzando un misterio impenetrable. En<br />

verdad, es una guerra, la Gran Guerra Cósmica de los Mundos, la única que puede explicar que esas sociedades<br />

perfectas "tradicionales", que Hiperbórea, la Edad Dorada, hayan podido decaer y llegar a un fin. Alguien las<br />

derrotó desde afuera; mejor dicho, desde el espacio galáctico; un Arquetipo, que luego buscaría sus instrumentos<br />

más apropiados de expresión en la tierra, construyéndolos también aquí. Y es por esto que el proceso<br />

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