2 - Gnostic Liberation Front

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05.11.2012 Views

plomo. El "órgano" del Vril, perdido por la raza blanca hiperbórea, se ha recuperado. ER, la Columna de Thabronit, la que permite ver a distancia y que cruza el cielo. El Führer, Adolf Hitler, no ha necesitado la iniciación de la Thule-geselschaft. El era un Avatar y había llegado con todos los poderes. Recordemos el libro de Kubizek, donde éste nos describe a Hitler joven, partiendo de noche a la montaña, porque ha escuchado la Voz. Y lo que Jung nos dice de él. Y Rauschining, describiéndole cubierto de sudor, temblando y diciendo que " ¡lo ha visto, que está allí, en la esquina del cuarto y que es terrible!" Ha contemplado al Ser que Vendrá. Y esa visión es semejante, quizás, a la que John Dee tuviera en el Espejo de la Princesa Papan y que hizo enloquecer a Rodolfo II. El Ángel Hiperbóreo, el Siddha. Todo lo que Hitler hace, está de acuerdo sin embargo con la Wel-tanschauung de la Thulegesellschaft. Su Blitzkrieg, es el huracán de Wotan. Su total campaña guerrera se cumple dentro de un plan esotérico, interior y exterior, siguiendo la dirección y el girar alucinante de la Swastika Levógira. Hacia los hielos de la Hiperbórea del Polo Norte, para así poder enderezar el Eje de la Tierra. Pero Hitler se queda detenido en Stalingrado, en el Cáucaso, tras haber hecho escalar a sus soldados la cumbre sacra del Monte Elbruz. ¿Qué ha pasado? ¿Algo ha salido mal? El vuelo solitario de Rudolf Hess a Inglaterra no ha tenido el éxito esperado, en el contacto esotérico entre un Vira ario de la Thulegesellschaft y uno de de la Golden Dawn. Engeland no será incorporada a la empresa gigantesca de realismo mágico: la reconquista de Thule y de las entradas al mundo análogo. No habrá ya un Imperium de la raza aria, establecido sobre Dos Mundos. ¿Ha fracasado todo? ¿Que hará Hitler? ¿Se volverá atrás? ¡No! La solución esotérica se encuentra ahora en imprimir mayor velocidad al girar 384

El cuerpo del Divya, del Hombre-Divino, que deberá recuperar el Vira, el Héroe, en su combate del Hitlerismo Esotérico. Los dos Potos se hallan indicados a los extremos, por las dos Swastikas, la Dextrógira en el Polo Norte, indicando el Éxodo, la pérdida de Hiperbórea y de la Totalidad del Hombre Divino, del Divya, y al Sur por la Swastika Levógira, la del Retorno a Hiperbórea, la de ha Resurrección del Hombre Absoluto. Las corrientes que envuelven el cuerpo del Divya, al ser reactivadas, re-creadas, dan la forma redonda del Hombre-Estrella, del Hombre-Sol. El Séptimo Sol de los Mayas. del Círculo de la Swastika Levógira, suceda lo que suceda, aunque parezca perderse en la superficie de las cosas, aunque aquí estalle la catástrofe. El Führer conoce que no habrá triunfo material, que la victoria de la Runa SIEG se cumple en la derrota aparente. Y Hitler inicia su "Operación Barbarroja", la de la pérdida y muerte mística, para resucitar y retornar más adelante, en el límite del tiempo. El heroísmo sin par de Rudolf Hess no será perdido. Su viaje correspondió también a un plan esotérico. Aunque aparentemente fuera a pedir la devolución de colonias y a ofrecer el retiro de Alemania de todos los territorios conquistados al occidente, su proposición más esencial se relacionaba con el Mar del Norte, con Thule, con Hiperbórea y con las entradas y salidas a otra dimensión, a la Tierra Hueca. El podía aportar toda clase de informaciones sobre esto, con datos tomados de los archivos de la Thulegesellschaft y de la Ahnenerbe. Pero de nada servirán estos conocimientos si antes Engeland no seguía una política racial de purificación de la sangre aria, cosa que Alemania e Inglaterra podrían lograr siempre que se limpiaran de los judíos. El Espejo de la Princesa Papan, el Pilar de Thabronit, los bloques tallados del Externsteine y el Cromlech de Stonehenge, sin haber sido sincronizados al "pulso del río de la sangre aria (al "pulso del dragón") no servirían de gran cosa. Como tampoco servirían las informaciones que Rudolf Hess pueda haber entregado a sus captores judíos y masones, si es que éstos lograron substraérselas. La Iniciación SS era una yoga hiperbórea, nórdicó-occidental, desconocida. Estaba dirigida a despertar la Minne, la nostalgia de Hiperbórea en la sangre del Vira, que sería transmutado en Divya, en Sonnenmensch, en Hombre-Total, más allá de todo prejuicio y limitación moralizante, superando los pares de opuestos y el dualismo gnóstico. Las fórmulas para despertar la Memoria, la Nostalgia y la Voz, hasta recuperar ER, el Vril-Vraja, se encuentran en la Kabala Rúnica y Orfica de los mantras y sonidos, en la Hiranyagarbha-Cabda, en los Buchenstabe, en el Libro germano de las Tres Madres, o Tres Nornas. En esa bóveda subterránea, "musical", de la Torre Norte de Wewelsburg, donde con mis camaradas pronunciáramos mantras evocadores y sentencias consagradas, la resonancia acústica, sutil, se introducía por la piel, alcanzando la sangre y su vibración acerada, su música de más allá de las esferas, despertaban el Canto llamado Minnesang. Porque arriba, en el centro de la bóveda, los antiguos mantras nórdicos, de la lengua rúnica de Wotan, pronunciados por los guerreros SS, habían hecho que la Swastika comenzara a girar a tal velocidad que se abría allí un espacio, a través del cual, como pétalos caídos de un otoño del Sol de Oro, descendía un rayo de la Estrella de la Mañana, cruzando el Sol Negro de la Swastika, recién recreado. Venía de muy lejos, de la Patria Nupcial, con la nostalgia del Rayo Verde. De golpe se abría el Tercer Ojo, transformándose en una Voz, al comienzo muy lejana, casi perdida en un Universo sólo entrevisto o soñado, para irrumpir como una orden, con el chasquido de sentencias muy cortas. Era la Voz que escuchara el Führer desde su infancia y que Rudolf Hess despertara en la Thulegesellschaft. La Lengua del Árbol, del viento en la copa de los árboles, que Hitler escuchó en los bosques de Línz y Berchtesgaden. Luego, en el piso inmediatamente más arriba, en la gran sala circular de doce columnas de mármol, de doce ventanas, en donde colgaba sobre el dintel de una puerta la enorme^piedra, como un trozo de la Columna de Schastel Marveile, extraída de los montes sacros de Berchtesgaden o de un bloque del Externsteine, los doce guerreros SS., los Einherier, sentados a la Mesa Redonda y vestidos con túnicas de héroes nórdicos, muy antiguas, como lo hicieran también en Castel del Monte los guerreros iniciados de Federico II de Hohenstaufen, bebían en copas de piedra, con la doble Runa SIEG, hh , de la Victoria, de los Nacidos Dos Veces, de los Caballeros de las Dos Espadas, de los combatientes de Dos Mundos, el Licor de la Vida Eterna, de la Sangre Azul de Hiperbórea: Soma, hidromiel, ambrosía, ahorna, amrita, Káranavari —Agua Causal, Jnánámrita, Agua de la Sabiduría—. Era la ceremonia de la Minnetrinken, con el Licor de la Inmortalidad llenando hasta los bordes la Copa de Piedra Verde del Grial. La Sangre Real, el Sangreal. La existencia de esa gran Piedra allí sería otra razón por la que Hitler evita toda resistencia militar en Berchtesgaden y Himmler, en Wewelsburg. No se podía correr el riesgo de dañar físicamente esos lugares para no alterar un equilibrio en el "estado crítico" alcanzado por algunas de sus rocas y en esa Piedra. Arriba, en el más alto piso de la Torre Norte de Wewelsburg, aún no terminado, debería presidir un día el Rey del Gral, el Monarca-Guerrero-Sacerdote, en el Asiento Peligroso, el número 13, desde donde daría la orden de iniciar el ataque definitivo contra el Demiurgo extra terrestre, el Señor de las Tinieblas, Jehová y sus legiones galáxicas y planetarias. Mas, para hacer esto posible, desde allá arriba, desde el Asiento número 13, deberían descender sobre los guerreros de la Mesa Redonda las Runas SIEG, HAGAL y la ESTRELLA DE OCHO PUNTAS. Porque únicamente el Hombre-Total, el Sonnenmensch, podrá librar tan definitivo combate. 385

El cuerpo del Divya, del Hombre-Divino, que deberá recuperar el Vira, el Héroe, en su combate del Hitlerismo Esotérico. Los dos Potos se hallan<br />

indicados a los extremos, por las dos Swastikas, la Dextrógira en el Polo Norte, indicando el Éxodo, la pérdida de Hiperbórea y de la Totalidad del<br />

Hombre Divino, del Divya, y al Sur por la Swastika Levógira, la del Retorno a Hiperbórea, la de ha Resurrección del Hombre Absoluto. Las corrientes que<br />

envuelven el cuerpo del Divya, al ser reactivadas, re-creadas, dan la forma redonda del Hombre-Estrella, del Hombre-Sol. El Séptimo Sol de los Mayas.<br />

del Círculo de la Swastika Levógira, suceda lo que suceda, aunque parezca perderse en la superficie de las cosas,<br />

aunque aquí estalle la catástrofe. El Führer conoce que no habrá triunfo material, que la victoria de la Runa SIEG<br />

se cumple en la derrota aparente. Y Hitler inicia su "Operación Barbarroja", la de la pérdida y muerte mística, para<br />

resucitar y retornar más adelante, en el límite del tiempo.<br />

El heroísmo sin par de Rudolf Hess no será perdido. Su viaje correspondió también a un plan esotérico. Aunque<br />

aparentemente fuera a pedir la devolución de colonias y a ofrecer el retiro de Alemania de todos los territorios<br />

conquistados al occidente, su proposición más esencial se relacionaba con el Mar del Norte, con Thule, con<br />

Hiperbórea y con las entradas y salidas a otra dimensión, a la Tierra Hueca. El podía aportar toda clase de<br />

informaciones sobre esto, con datos tomados de los archivos de la Thulegesellschaft y de la Ahnenerbe. Pero de<br />

nada servirán estos conocimientos si antes Engeland no seguía una política racial de purificación de la sangre<br />

aria, cosa que Alemania e Inglaterra podrían lograr siempre que se limpiaran de los judíos. El Espejo de la Princesa<br />

Papan, el Pilar de Thabronit, los bloques tallados del Externsteine y el Cromlech de Stonehenge, sin haber sido<br />

sincronizados al "pulso del río de la sangre aria (al "pulso del dragón") no servirían de gran cosa. Como tampoco<br />

servirían las informaciones que Rudolf Hess pueda haber entregado a sus captores judíos y masones, si es que<br />

éstos lograron substraérselas.<br />

La Iniciación SS era una yoga hiperbórea, nórdicó-occidental, desconocida. Estaba dirigida a despertar la Minne,<br />

la nostalgia de Hiperbórea en la sangre del Vira, que sería transmutado en Divya, en Sonnenmensch, en<br />

Hombre-Total, más allá de todo prejuicio y limitación moralizante, superando los pares de opuestos y el dualismo<br />

gnóstico. Las fórmulas para despertar la Memoria, la Nostalgia y la Voz, hasta recuperar ER, el Vril-Vraja, se<br />

encuentran en la Kabala Rúnica y Orfica de los mantras y sonidos, en la Hiranyagarbha-Cabda, en los<br />

Buchenstabe, en el Libro germano de las Tres Madres, o Tres Nornas. En esa bóveda subterránea, "musical", de<br />

la Torre Norte de Wewelsburg, donde con mis camaradas pronunciáramos mantras evocadores y sentencias<br />

consagradas, la resonancia acústica, sutil, se introducía por la piel, alcanzando la sangre y su vibración acerada,<br />

su música de más allá de las esferas, despertaban el Canto llamado Minnesang. Porque arriba, en el centro de la<br />

bóveda, los antiguos mantras nórdicos, de la lengua rúnica de Wotan, pronunciados por los guerreros SS, habían<br />

hecho que la Swastika comenzara a girar a tal velocidad que se abría allí un espacio, a través del cual, como<br />

pétalos caídos de un otoño del Sol de Oro, descendía un rayo de la Estrella de la Mañana, cruzando el Sol Negro<br />

de la Swastika, recién recreado. Venía de muy lejos, de la Patria Nupcial, con la nostalgia del Rayo Verde. De<br />

golpe se abría el Tercer Ojo, transformándose en una Voz, al comienzo muy lejana, casi perdida en un Universo<br />

sólo entrevisto o soñado, para irrumpir como una orden, con el chasquido de sentencias muy cortas. Era la Voz que<br />

escuchara el Führer desde su infancia y que Rudolf Hess despertara en la Thulegesellschaft. La Lengua del<br />

Árbol, del viento en la copa de los árboles, que Hitler escuchó en los bosques de Línz y Berchtesgaden.<br />

Luego, en el piso inmediatamente más arriba, en la gran sala circular de doce columnas de mármol, de doce<br />

ventanas, en donde colgaba sobre el dintel de una puerta la enorme^piedra, como un trozo de la Columna de<br />

Schastel Marveile, extraída de los montes sacros de Berchtesgaden o de un bloque del Externsteine, los doce<br />

guerreros SS., los Einherier, sentados a la Mesa Redonda y vestidos con túnicas de héroes nórdicos, muy<br />

antiguas, como lo hicieran también en Castel del Monte los guerreros iniciados de Federico II de Hohenstaufen,<br />

bebían en copas de piedra, con la doble Runa SIEG, hh , de la Victoria, de los Nacidos Dos Veces, de los<br />

Caballeros de las Dos Espadas, de los combatientes de Dos Mundos, el Licor de la Vida Eterna, de la Sangre Azul<br />

de Hiperbórea: Soma, hidromiel, ambrosía, ahorna, amrita, Káranavari —Agua Causal, Jnánámrita, Agua de la<br />

Sabiduría—. Era la ceremonia de la Minnetrinken, con el Licor de la Inmortalidad llenando hasta los bordes la<br />

Copa de Piedra Verde del Grial. La Sangre Real, el Sangreal.<br />

La existencia de esa gran Piedra allí sería otra razón por la que Hitler evita toda resistencia militar en<br />

Berchtesgaden y Himmler, en Wewelsburg. No se podía correr el riesgo de dañar físicamente esos lugares para no<br />

alterar un equilibrio en el "estado crítico" alcanzado por algunas de sus rocas y en esa Piedra.<br />

Arriba, en el más alto piso de la Torre Norte de Wewelsburg, aún no terminado, debería presidir un día el Rey del<br />

Gral, el Monarca-Guerrero-Sacerdote, en el Asiento Peligroso, el número 13, desde donde daría la orden de iniciar<br />

el ataque definitivo contra el Demiurgo extra terrestre, el Señor de las Tinieblas, Jehová y sus legiones galáxicas y<br />

planetarias. Mas, para hacer esto posible, desde allá arriba, desde el Asiento número 13, deberían descender<br />

sobre los guerreros de la Mesa Redonda las Runas SIEG, HAGAL y la ESTRELLA DE OCHO PUNTAS. Porque<br />

únicamente el Hombre-Total, el Sonnenmensch, podrá librar tan definitivo combate.<br />

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