2 - Gnostic Liberation Front

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05.11.2012 Views

quiere decir sur, "la que viene del sur". La Reina del mediodía, que es de la Medianoche. La Reina del Polo Sur, de Athar, la Estrella Venus, la que viaja hacia Salem, que es Paz y es Salomón. Y que da a luz un hijo, que hasta en el nombre es rey. Y que también es un pájaro, o que conoce el lenguaje de los pájaros, como: su; padre y su madre. El lenguaje del Ave Fénix, de Hiberbortikon. En la Edad Medra también se pensó que el Reino del Preste Juan se encontraba en Etiopía, además de en India. " SÓLO LOS POETAS ME ENTENDERÁN " Después de haber leído mi historia de "Las Visitas de la Reina de Saba", en nuestra entrevista en su casa de Küsnacht, junto al lago de Zürich, el profesor Jung me dijo: "Si alguna vez usted tiene la suerte de encontrarse con esa Reina, no vaya a cometer el error de casarse con ella. Esa Reina es para el Amor, no es para el matrimonio...". Y agregó como para sí mismo: "Sólo los poetas me entenderán". He relatado esta entrevista con Jung en mi libro "El Círculo Hermético" y he continuado conversando con él sobre el mismo tema, en "NOS, Libro de la Resurrección". Aquella vez, se levantó de su asiento, detrás del cual había colgado del muro un gran tapiz representando a Shiva sobre el Monte Kailas, y fue a tomar un libro de su biblioteca. Lo abrió y comenzó a mostrarme sus ilustraciones, dibujos, mándalas, símbolos. Habían sido hechos por una mujer ya muerta, con la que Jung intentó un proceso de "individuación", para emplear su terminología. Al partir esa tarde e ir caminando por la ribera del lago de Zürich, tuve la impresión de que Jung había deseado revelarme un importante secreto de su vida y del esoterismo de su doctrina; porque él había captado el misterio de mi propia revelación en mi historia de "Las Visitas de la Reina de Saba". Por esto escribió un prólogo al libro, cosa que nunca hiciera antes para una obra literaria, en toda su larga vida. El sabía perfectamente quién era esa Reina, porque también le había visitado. Aquella vez me dijo que la autora de los bellos mándalas y símbolos fue una mujer de origen escandinavo-norteamericano. Pasados los años, cuando mi libro "El Círculo Hermético" se hallaba traducido y publicado en muchas lenguas, recibí en la Suiza italiana, donde entonces vivía, una carta de un joven danés que había leído el libro donde refiero esa conversación con el profesor Jung. Me contaba que la abuela de su esposa había colaborado con Jung. La familia heredó de ella pinturas y escritos. Me remitía un trabajo de esa dama: "El Amigo en el Inconsciente". Me autorizaba, además, a ver sus pinturas y leer sus papeles en los Estados Unidos, donde se guardaban. Nunca he podido hacer el viaje para ponerme en contacto con esa valiosa e íntima colección, con ese delicado secreto. Deberemos avanzar más -con el profesor Jung, haciendo uso de su terminología y de su Psicología de las Profundidades; pero yendo al revés, por así decir, retornando a las fuentes de donde él tomara su sentido: el esoterismo hiperbóreo, el hermetismo de los Minnesánger. Nos autoriza a intentarlo el hecho de que nos haya declarado que "sólo los poetas le entenderían" y porque así le vamos a liberar de un gran peso: haber psicologizado, arriesgando destruir la tela espiritual y mágica de la tradición del Cordón Dorado, por la necesidad de hacer concesiones al espíritu del Kali-Yuga y al judaismo psicoanalítico de esta Época Más Oscura. Así, Jung nos ayuda a proyectarnos a las mentes prejuiciadas y adormecidas por el cientificismo, pudiendo penetrar hasta la Memoria de la Sangre de los Viras, que aún no están muertos, pero que tampoco están vivos. ANIMA, ANIMUS La Reina de Saba no es para el matrimonio, porque únicamente lo es para el Amor Mágico. A la Reina de Saba no se la desposa afuera, sino adentro. Esta figura corresponde al Arquetipo jungeano del anima. Y si algún día ella aparece afuera, si se nos presenta en la realidad exterior, la realización de su amor deberá ser un proceso mágico y sacramental, capaz de rein-teriorizarla, para producir el matrimonio con la propia alma —con el anima— debiendo ella alejarse afuera, o morir afuera, en la realidad ilusoria de Maya, en el mundo del Samsara. Este es el nudo de un misterio, ya casi olvidado por los siglos del Kali-Yuga y que hemos ido descubriendo en la historia de Parzival y el Gral. Este era el esoterismo de los Minnesánger, de los trovadores del Lan-guedoc cátaro, de Dante y de los Fedele d'Amore de la Italia longobarda. Un Misterio que Jung trató de reactualizar en el proceso de la Individuación, integración o totalización, logrado por medio de la técnica que él aplicó en su Psicología de las Profundidades, tal como me lo estuviera señalando en los mándalas y símbolos realizados conjuntamente con aquella Domna escandinavo-americana. Este proceso se cumplirá tántricamente entre el "médico" y su "paciente"; es decir, entre el "iniciado" y la "iniciada", entre el sadhaka y su yogini. Toda mi obra escrita se halla centrada en este mismo Misterio de Amor Mágico con la propia anima, en esta Iniciación de A-Mor, de los Minnesánger. Y Jung lo supo, lo intuyó; por eso prologó mi libro. La Reina de Saba es el Arquetipo del anima. Como tal, ella puede visitarnos más de una vez en la vida, "constelándose", para usar la expresión jungeana, con la aparición de una mujer real. Al final de sus días, el profesor Jung acuñó el término "psicoide" para referirse a sus Arquetipos, queriendo dejar más en claro su inquietud profunda ante esas apariciones, que no eran humanas, ni un mero producto del Inconsciente, al parecer. Donde él manifestara más claramente esta duda fue en el prólogo a mi libro "Las Visitas de la Reina de Saba". Dice: "Conocidas figuras arquetípicas son claramente discernibles; pero lo menos semejantes a los productos espontáneos del inconsciente a que me encuentro acostumbrado...".

En todo caso, el arquetipo del anima es femenino y, dentro del hombre, equivale a su alma. El arquetipo del animus, es masculino; es el alma de la mujer. Esto es extrañamente coincidente con lo que el esoterismo viene diciendo desde siempre, que el "Cuerpo de Deseo", o cuerpo sutil, etéri-co, en el hombre es femenino y en la mujer masculino. Para Jung, una especie de acumulado trasfondo anímico, mental y genético, memoria del "inconsciente Colectivo" del Linaje, de la experiencia allí acumulada en ambos pares de opuestos, en su trato histórico y no histórico del uno con el otro. El hombre desea a la mujer y la mujer desea al hombre. Aquí nos vamos a separar del profesor Jung, para continuar por el camino ya trazado en este libro, dentro del esoterismo del Cordón Dorado, aun cuando fácilmente se verán las coincidencias. Nuestra concepción del Arquetipo tal vez sea la misma, aunque no declarada abiertamente por Jung, por razones obvias. La Reina de Saba es más que un Arquetipo, es la Ella de ELELLA. Y el Rey Salomón-Salem, es el El de ELLAEL, dentro del grandioso cuadro de la Poesía Orfica, Hiperbórea, trazado en esta obra 351

quiere decir sur, "la que viene del sur". La Reina del mediodía, que es de la Medianoche. La Reina del Polo Sur,<br />

de Athar, la Estrella Venus, la que viaja hacia Salem, que es Paz y es Salomón. Y que da a luz un hijo, que hasta<br />

en el nombre es rey. Y que también es un pájaro, o que conoce el lenguaje de los pájaros, como: su; padre y su<br />

madre. El lenguaje del Ave Fénix, de Hiberbortikon.<br />

En la Edad Medra también se pensó que el Reino del Preste Juan se encontraba en Etiopía, además de en India.<br />

" SÓLO LOS POETAS ME ENTENDERÁN "<br />

Después de haber leído mi historia de "Las Visitas de la Reina de Saba", en nuestra entrevista en su casa de<br />

Küsnacht, junto al lago de Zürich, el profesor Jung me dijo: "Si alguna vez usted tiene la suerte de encontrarse<br />

con esa Reina, no vaya a cometer el error de casarse con ella. Esa Reina es para el Amor, no es para el<br />

matrimonio...". Y agregó como para sí mismo: "Sólo los poetas me entenderán".<br />

He relatado esta entrevista con Jung en mi libro "El Círculo Hermético" y he continuado conversando con él sobre<br />

el mismo tema, en "NOS, Libro de la Resurrección".<br />

Aquella vez, se levantó de su asiento, detrás del cual había colgado del muro un gran tapiz representando a<br />

Shiva sobre el Monte Kailas, y fue a tomar un libro de su biblioteca. Lo abrió y comenzó a mostrarme sus ilustraciones,<br />

dibujos, mándalas, símbolos. Habían sido hechos por una mujer ya muerta, con la que Jung intentó un<br />

proceso de "individuación", para emplear su terminología.<br />

Al partir esa tarde e ir caminando por la ribera del lago de Zürich, tuve la impresión de que Jung había deseado<br />

revelarme un importante secreto de su vida y del esoterismo de su doctrina; porque él había captado el misterio<br />

de mi propia revelación en mi historia de "Las Visitas de la Reina de Saba". Por esto escribió un prólogo al libro,<br />

cosa que nunca hiciera antes para una obra literaria, en toda su larga vida. El sabía perfectamente quién era esa<br />

Reina, porque también le había visitado.<br />

Aquella vez me dijo que la autora de los bellos mándalas y símbolos fue una mujer de origen<br />

escandinavo-norteamericano. Pasados los años, cuando mi libro "El Círculo Hermético" se hallaba traducido y<br />

publicado en muchas lenguas, recibí en la Suiza italiana, donde entonces vivía, una carta de un joven danés que<br />

había leído el libro donde refiero esa conversación con el profesor Jung. Me contaba que la abuela de su esposa<br />

había colaborado con Jung. La familia heredó de ella pinturas y escritos. Me remitía un trabajo de esa dama: "El<br />

Amigo en el Inconsciente". Me autorizaba, además, a ver sus pinturas y leer sus papeles en los Estados Unidos,<br />

donde se guardaban. Nunca he podido hacer el viaje para ponerme en contacto con esa valiosa e íntima<br />

colección, con ese delicado secreto.<br />

Deberemos avanzar más -con el profesor Jung, haciendo uso de su terminología y de su Psicología de las<br />

Profundidades; pero yendo al revés, por así decir, retornando a las fuentes de donde él tomara su sentido: el esoterismo<br />

hiperbóreo, el hermetismo de los Minnesánger. Nos autoriza a intentarlo el hecho de que nos haya<br />

declarado que "sólo los poetas le entenderían" y porque así le vamos a liberar de un gran peso: haber<br />

psicologizado, arriesgando destruir la tela espiritual y mágica de la tradición del Cordón Dorado, por la necesidad<br />

de hacer concesiones al espíritu del Kali-Yuga y al judaismo psicoanalítico de esta Época Más Oscura. Así, Jung<br />

nos ayuda a proyectarnos a las mentes prejuiciadas y adormecidas por el cientificismo, pudiendo penetrar hasta<br />

la Memoria de la Sangre de los Viras, que aún no están muertos, pero que tampoco están vivos.<br />

ANIMA, ANIMUS<br />

La Reina de Saba no es para el matrimonio, porque únicamente lo es para el Amor Mágico. A la Reina de Saba<br />

no se la desposa afuera, sino adentro. Esta figura corresponde al Arquetipo jungeano del anima. Y si algún día<br />

ella aparece afuera, si se nos presenta en la realidad exterior, la realización de su amor deberá ser un proceso<br />

mágico y sacramental, capaz de rein-teriorizarla, para producir el matrimonio con la propia alma —con el<br />

anima— debiendo ella alejarse afuera, o morir afuera, en la realidad ilusoria de Maya, en el mundo del Samsara.<br />

Este es el nudo de un misterio, ya casi olvidado por los siglos del Kali-Yuga y que hemos ido descubriendo en la<br />

historia de Parzival y el Gral. Este era el esoterismo de los Minnesánger, de los trovadores del Lan-guedoc<br />

cátaro, de Dante y de los Fedele d'Amore de la Italia longobarda. Un Misterio que Jung trató de reactualizar en el<br />

proceso de la Individuación, integración o totalización, logrado por medio de la técnica que él aplicó en su<br />

Psicología de las Profundidades, tal como me lo estuviera señalando en los mándalas y símbolos realizados<br />

conjuntamente con aquella Domna escandinavo-americana. Este proceso se cumplirá tántricamente entre el<br />

"médico" y su "paciente"; es decir, entre el "iniciado" y la "iniciada", entre el sadhaka y su yogini.<br />

Toda mi obra escrita se halla centrada en este mismo Misterio de Amor Mágico con la propia anima, en esta<br />

Iniciación de A-Mor, de los Minnesánger. Y Jung lo supo, lo intuyó; por eso prologó mi libro.<br />

La Reina de Saba es el Arquetipo del anima. Como tal, ella puede visitarnos más de una vez en la vida,<br />

"constelándose", para usar la expresión jungeana, con la aparición de una mujer real.<br />

Al final de sus días, el profesor Jung acuñó el término "psicoide" para referirse a sus Arquetipos, queriendo dejar<br />

más en claro su inquietud profunda ante esas apariciones, que no eran humanas, ni un mero producto del<br />

Inconsciente, al parecer. Donde él manifestara más claramente esta duda fue en el prólogo a mi libro "Las Visitas<br />

de la Reina de Saba". Dice: "Conocidas figuras arquetípicas son claramente discernibles; pero lo menos<br />

semejantes a los productos espontáneos del inconsciente a que me encuentro acostumbrado...".

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