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2 - Gnostic Liberation Front

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De este modo Parzival ha penetrado, sin saberlo, en el inexpugnable Castillo del Gral. Es un elegido del cielo.<br />

Como casi siempre sucede en estos casos, deberá perder la oportunidad que se le ofrece de un golpe, quizás si<br />

demasiado inesperadamente, demasiado temprano.<br />

En el camino hacia Munsalvaesche, cada vez más fantasmagórico, empinado y estrecho, Parzival ha encontrado<br />

a una joven que sostiene sobre su regazo el cuerpo de su amado guerrero muerto. Ella le dice: "El Castillo del<br />

Gral no se encuentra con facilidad, quien lo busca con ansia y desmesura puede pasar a su lado y no verlo. La<br />

tierra del Castillo se llama ierre de Salvaeche".<br />

También en mi "Flor Inexistente" sucede algo semejante con la búsqueda de la Ciudad de los Césares.<br />

Aquella noche se va a celebra - una cena quimérica en el Castillo, a la que el huésped es invitado de honor.<br />

Tratemos de describirla.<br />

Al centro de la gran sala del Castillo de Munsalvaesche, en el imponente hogar, se enciende el Fuego de Saturno.<br />

Cien mesas redondas, cada una con cuatro caballeros, cuatro templéis (se le ha dado, no sé si correctamente, la<br />

traducción de templarios) atendidos por un paje —cien pajes— y por un chamberlain. Las copas, cubiertos y<br />

vajilla son de oro. Al centro se halla la mesa del Rey del Gral, Anfortas. Allí es invitado Parzival. Anfortas le hace<br />

entrega de la Espada "Memoria de la Sangre".<br />

Luego aparece la Procesión del Gral. Ocho bellas jóvenes portan candelabros de metal precioso. Dieciocho<br />

vienen. Seis más entran luego. Y Repanse. de Schoye porta el Gral. Son veinticinco en total. La descripción de<br />

sus joyas, de sus mantos, de sus luces, de sus bellezas virginales, se hace alucinante. Repanse de Schoye<br />

semeja una Diosa de tiempos inmemoriales. En verdad es una sacerdotisa extraída de la tradición nórdica, de<br />

una página antiquísima de las Edda.<br />

"Ella portaba la consumación de los deseos del corazón, su raíz y su florecer, una cosa llamada El Gral,<br />

paradisíaca, trascendiendo toda perfección terrestre" —nos dice Wolfram von Eschenbach.<br />

Hay en este banquete y en el desfile de este Walhalla, donde el Fuego de SAT-UR-NO ilumina la escena, algo<br />

como la representación de un Drama que se cumple en otra estrella. Las cien mesas, con cuatrocientos ascetas<br />

guerreros, con cien pajes y chamberlaines, las veinticinco vírgenes; la mesa central, el Rey enfermo; más allá<br />

(aunque no aparece), el Gran Antepasado, Titurel, nos hace pensar en toda una constelación desconocida, tal<br />

vez regida por Saturno y sus múltiples anillos, con estrellas y planetas aún no descubiertos por la ciencia del<br />

Kali-Yuga. Cien anillos, negros soles invisibles, pozos negros, que son salida. Y el desfile de las castas estrella<br />

Novas, con su Virgen soberana, portando el Poder Central de ese Otro Universo, el Gral.<br />

Ella deposita el Gral en la mesa de marfil frente al Rey Anfortas. Las hermosas vírgenes se distribuyen doce a<br />

cada lado de la Princesa Repanse de Schoye. Su corona despide destellos que sólo se apagan ante el brillo<br />

sobrenatural del Gral.<br />

Ahora comienza el banquete. Cada caballero, para llenar su copa o su plato, sólo deberá pensar en el licor o el<br />

alimento que desee y ellos serán llenados sin agotarse jamás. Soma, ambrosía, amrita, licores de la vida eterna.<br />

Es la hospitalidad del Gral. Esto ya ha acontecido igual en el Walhalla de Wotan. Puede así verse que la Corte de<br />

Arturo es su transposición al siglo XIII.<br />

Pero esta fiesta de quimera está ensombrecida por el dolor insoportable de la herida del Rey. Todos sufren por él.<br />

Ni el mismo Gral puede curarle, únicamente le mantiene con vida, sin poder interrumpir su sufrimiento, hecho<br />

interminable. Es más, con el avivarse del Fuego de Saturno en la gran chimenea, el dolor aumenta para Anfortas.<br />

Traen entonces una lanza y la van pasando- en torno a los cuatro muros. La lanza comienza a sangrar. Es la<br />

misma Lanza con la que un "pagano" hiriera a Anfortas en sus órganos sexuales y que destilara un veneno que<br />

ha producido la incurable gangrena de su herida.<br />

Todo esto es visto con enorme desconcierto, emoción y sorpresa por Parzival. Sin embargo, él ha sido<br />

aconsejado por Gurnemanz, su primer instructor, de no hacer preguntas, de controlar sus palabras y sus<br />

emociones. ¡Oh desgracia!, porque habría bastado que hiciera una pregunta, cuando el Gral estuvo frente a él,<br />

para que todo hubiera cambiado; el Rey enfermo habría recuperado la salud, la tierra triste de Munsalvaesche, la<br />

Terre gaste, devastada, habría vuelto a florecer... Y retornaría el Reino de Saturno y Rea, la Edad Primera,<br />

los Siglos de la Edad Dorada... Resucitaría Apolo-Wotan...<br />

Y fue así como Parzival perdió la oportunidad. Porque no hizo la Pregunta. No dio el primer y único golpe con su<br />

Espada Memoria de la Sangre.<br />

¿Qué Pregunta? No lo sabremos. Es algo así como las misteriosas palabras que Wotan pronuncia en el oído de<br />

Baldur moribundo. Sólo al final de esta historia extraña, algo pareciera ser dicho, o querer decirse. Tendremos<br />

que esforzarnos por tratar de entender lo que Wolfram como que va a decir; pero no dice nunca. Porque lo que<br />

dice es como si no dijera nada. Lo veremos.<br />

En el momento en que la procesión del Gral se retira, llevándose el precioso Objeto, una puerta del fondo se<br />

entreabre y Parzival logra ver un bellísimo anciano, tendido sobre un lecho. Es Titurel, primer Rey del Gral,<br />

abuelo de Anfortas y bisabuelo de Parzival, aunque éste no lo sabe. Es ef Gran Antepasado, mantenido aún con<br />

vida gracias a la presencia continua del Gral.<br />

Desde ese momento todo cambia, en un instante la atmósfera de maravilla se disuelve, como una construcción<br />

en el aire, como una flor que nunca existiera, un puro producto de la imaginación. Es de este modo como siempre<br />

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