2 - Gnostic Liberation Front
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Gahmuret desposa a Herzeloyde y parte de nuevo a combatir, muriendo en defensa de los infieles, que<br />
guardarán el recuerdo de su nombre como el de un héroe.<br />
Y es aquí donde debe darse comienzo a la historia de Parzival, único hijo de Herzeloyde. El Hijo de la Viuda.<br />
Herzeloyde se retira a vivir con sus servidores en el bosque y hace crecer a su hijo ignorante de las cosas del<br />
mundo y de la guerra, educado únicamente por los animales de la selva y por su madre, "como un loco puro", o<br />
"puro como un loco". A todo trance Herzeloyde desea que Parzival no conozca de la guerra, de las justas y juegos<br />
de las armas, porque no quiere perder a su hijo, como perdiera a su esposo.<br />
De nada sirven los cuidados de Herzeloyde y de sus fieles servidores. Parzival caza en el bosque con un arco que<br />
ha hecho él mismo. Un día se encuentra con tres caballeros, que han extraviado su camino, montados en<br />
corceles briosos, con armaduras resplandecientes y enjoyadas. El muchacho cree hallarse frente a Dioses. Ellos<br />
detienen sus cabalgaduras y le preguntan por el lugar donde se encuentran. Las respuestas son las de "un loco<br />
puro". Pero esos guerreros se prendan de la belleza deslumbrante del muchacho y son gentiles con él,<br />
respondiendo a todas sus consultas infantiles. Así, Parzival se entera de lo que es la Caballería Errante.<br />
Destaquemos aquí un aspecto de interés. ¡Qué diferencia entre la gloria, la riqueza y el esplendor de la saga<br />
nórdica para representarnos a los señores, a los Dioses, a los divinos! Nada de esa falsa humildad<br />
judeo-cris-tiana y su exaltación de la pobreza, de la deformidad, de "los pobres de espíritu". Los seres superiores<br />
son bellos y disfrutan de la grandeza de las alturas y de las riquezas merecidas (como Goering). En todo el<br />
poema de Parzival jamás aparecen plebeyos; el pueblo, los villanos, ni siquiera los servidores se mezclan en el<br />
relato. A lo más, se menciona a los bellos pajes envueltos en sedas y terciopelos. Los anacoretas son reyes que<br />
han renunciado al esplendor de la guerra y de la corte por los dones aún más brillantes de la vida del Espíritu, por<br />
el trato más directo con la Divinidad.<br />
Poco trabajo se nos da para descubrir el esoterismo de esta primera parte del relato, sobre todo después de<br />
haber avanzado bastante a través de las páginas de nuestra propia obra como para referirnos a cosas ya dichas,<br />
relacionándolas con la juventud de Parzival. Un Hijo de la Viuda, que vive en el "bosque materno", "puro como un<br />
loco", pero que está "partido por la mitad", incompleto, dividido, como lo estará todo elegido después del primer<br />
nacimiento en esta tierra del Kali-Yuga, de la pérdida de Hiperbórea. La Madre terrestre trata de retenerle. Su<br />
viudez, en este caso, no representa un aspecto positivo, aun cuando ella es una descendiente del linaje divino de<br />
los Reyes del Gral, que ha dado a luz a un elegido de la estirpe polar. Para alcanzar la totalidad del Gral, la<br />
Iniciación guerrera y viril, Parzival deberá luchar con la Madre, contra su fuerza lunar y terrestre, detentora de una<br />
iniciación matriarcal. Deberá salir del seno del Bosque materno, romper su cerco, su dominio.<br />
Los tres Caballeros son como los tres anunciadores de la Gracia Hiperbórea, los Tres Reyes Magos, los<br />
enviados, que vienen a rescatar al Héroe para restituirle a su destino glorioso. Su aparición produce tal<br />
conmoción interna en el joven Parzival, que abandona a la Madre y va al mundo en busca también de aventuras,<br />
de su integración, del florecer. Herzeloyde no lo puede resistir y deberá morir de pesar, poco después, sin que su<br />
hijo se entere de ello hasta muy avanzado el relato.<br />
Aquí conviene decir que, antes de desposar a Gahmuret, Herzeloyde tuvo otra boda, no consumada, con el rey<br />
de Gales y Norgals, de nombre Castis —El Casto—. Wolfram inventa nombres alusivos, dentro de un simbolismo<br />
de los nombres, a veces claro, otras oscuro! Este rey no toca a su mujer, buscando la muerte en el combate,<br />
como a propósito, para poder mantener su castidad. De este episodio, Otto Rahn sacará conclusiones para<br />
confirmar el catarismo del poema "Parzival". La castidad era requisito fundamental de los Puros cataros, de los<br />
señores del Gral, de los "locos puros". Se les permitiría abandonar su castidad únicamente cuando iban a tierras<br />
lejanas, libres de poseedores, para así poblarlas con su estirpe. (Con su raza, diremos). El mismo Otto Rahn,<br />
poco antes de desposarse en Alemania, viajó a Kufstein, dejó su equipaje en una hospedería y escaló una<br />
cumbre alpina, donde se dejó morir por congelamiento, cumpliendo con la Endura de los cataros. Como el rey<br />
Castis.<br />
Ahora tenemos a Parzival salido de la caverna, del bosque materno, solo en el mundo, sin experiencia de ninguna<br />
clase, haciendo preguntas de niño, de loco puro. Cometiendo desproporciones. Como guiado, llega hasta las<br />
cercanías de la Corte del Rey Arturo, del que hemos explicado su simbolismo nórdico-polar.<br />
Es también interesante conocer que todas estas leyendas del Gral y de la Corte del Rey Arturo, que son contadas<br />
en el siglo XIII, se refieren a acontecimientos más antiguos, de los siglos IV y V. Como es corriente en esos<br />
tiempos, mezclan años, presente y pasado, haciendo aparecer a Alejandro desposado con una reina de la época,<br />
a Virgilio, a los troyanos, emparentados con la Dinastía del Gral, lo que nos está demostrando que se trata<br />
principalmente de una ascendencia divina, de tipo iniciático y polar.<br />
Aunque casi todo tiene importancia en el relato, pasamos por alto aquello que nos extendería demasiado,<br />
fijándonos en los acontecimientos claves, que son los nudos de la historia sacra, de esta "Biblia Aria".<br />
A las puertas de la Corte de Arturo, en Normandía, Parzival se encuentra con un Caballero todo vestido de Rojo.<br />
Y lo mata, haciendo uso de una jabalina construida con leño del bosque de su infancia. El no sabe que ha muerto<br />
a un pariente, a un Caballero del Gral, muy amado en la Corte del Rey Arturo. Pero lo ha hecho en una justa.<br />
Parzival se apodera de la Armadura Roja, que lo ha deslumhrado y de la Espada del Caballero de Rojo muerto.<br />
De ahora en adelante, él será el Caballero de Rojo.<br />
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