2 - Gnostic Liberation Front
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cantones fue trasladada a otras comarcas. No puedo entender cómo los alemanes rinden homenaje de<br />
admiración a Carlomagno, monarca impuesto por el poder semítico instaurado en Roma para masacrar la etnia y<br />
el culto hiperbóreos, después que ambos —él y Roma— traicionaron a la Monarquía Merovingia (o Merowingia,<br />
de Meru-Weg = camino del Monte Meru) a la que habían jurado respeto y lealtad eternos. La madre de<br />
Carlomagno era merovingia y se llamaba Bertha. Al igual que su padre, para acallar su propia conciencia de<br />
traidor y tratar de aplacar el sentimiento contrario de sus subditos, que en ellos no reconocían un origen divino,<br />
Carlomagno también desposa a una merovingia. Pero sus crímenes contra su raza son tan grandes como los del<br />
obispo Bonifacio, de verdadero nombre Winfried. Este último es el que destruye el bosque de las Encinas Sacras<br />
en Fritzlar, y también convierte a la fuerza a la isla de Helgoland.<br />
Los sajones eran ya descendientes muy involucionados de los divinos hiperbóreos. Sus sagas y leyendas<br />
recordaban esos tiempos áureos. En su descenso de las regiones polares, sus antepasados se habían<br />
encontrado con el signo tremendo del Externsteine. Sólo una raza de gigantes pudo erigirlo en esa planicie y en<br />
medio de un bosque sacro. Los mismos hiperbóreos lo levantaron allí, como imperecedero monumento de una<br />
religiosidad extrahumana, en oposición a la de los pueblos pertenecientes a la evolución del animal-hombre, los<br />
meramente terrestres, que enterraban a sus muertos, para que la tierra del Kali-Yuga usara sus cuerpos como<br />
abono en una alquimia de transformaciones y metamorfosis maternas, agrícolas. Los devorados por la luna, los<br />
lunares, los robots.<br />
Los indo-europeos, los arios descendientes de los hiperbóreos, referían su origen a un "más allá de las estrellas".<br />
Afirmaban que sus antepasados habían sostenido el Cielo con Cinco Pilares; la Columna a la que nos hemos<br />
venido refiriendo, una Fuerza, un Poder Invisible, el Vril, más otras cuatro: Nordri, el Norte, Sudri, el Sur, Westri,<br />
el Oeste y Austri, el Este (de aquí el nombre de Austria, la "Marca del Este", Oesterreich y también la derivada<br />
terminología de los cuatro puntos cardinales. El Quinto será ER). Vimos cómo los Re-ché araucanos conservaban<br />
los Cinco Puntos Cardinales hiperbóreos en la construcción de sus rucas, o tiendas.<br />
Las ceremonias paganas de los sajones se inspiraban en la concepción de sus antepasados sabios. Su principal<br />
culto era solar en recuerdo del Antiguo Sol, del Sol Negro de la Medianoche Polar, celebrando sus fiestas de la<br />
Luz en primavera y otoño, con gran solemnidad en los equinoccios, cuando el Huevo del Mundo se abrirá. Las<br />
Pascuas germánicas aún lo recuerdan con sus regalos de huevos pintados de bellos colores, en homenaje a la<br />
Diosa Ostara, que en alemán es Ostern y en inglés Easter, de donde viene el nombre de la fiesta pascual inglesa.<br />
También Eastern Island, es Isla de Pascua. Lo que no deja de ser un curioso sincronismo, ya que la iniciación antiquísima<br />
de esa Isla, la del Manutara, se refiere precisamente al Huevo de este Pájaro mítico. La misma iniciación<br />
del Mito Orfico, que yo describiera en "NOS", como correspondiendo al Chakra Swadistana. Ya hemos visto que<br />
los vikingos de Tiahuanacu se refugiaron en Matakiterani (la Isla de Pascua) dejando no sólo el grupo sanguíneo<br />
A como recuerdo, sino también el Manu-Tara.<br />
Con danzas y fiestas religiosas, con invocaciones al Sol Negro, los antiguos germanos, en sus bosques sacros,<br />
señalaban el comenzar de los trabajos agrícolas de recolección y las aventuras guerreras en montes y mares.<br />
Eran guerreros, cazadores, sacerdotes.<br />
Con grandes potros blancos tiraban en otoño el Carro del Sol, el mismo que despeñara a Phaeton y el mismo que<br />
yo viera esculpido en Puri, en India, el Carro de Surya. Dentro iba un Disco de Oro, que ahora descendería hacia<br />
la noche, Nott. En las regiones marinas de los normandos y los vikingos, el Disco del Sol sería transportado por<br />
una Nave, por xinDrak-kar.<br />
A las fiestas diurnas de la luz solar seguían otras dos fiestas celebradas en los solsticios. La primera, de gran<br />
importancia, se celebraba el 21 de junio, el día más largo. Los hombres se reunían en los montes para esperar la<br />
aparición de los rayos solares. Dos sacerdotes-magos se situaban en la cima para saludar al Otro Sol, más allá de<br />
este sol, con el sonido de sus Lures, esas largas trompas que eñ sus extremos llevaban grabadas una Runa de<br />
oro, parecidas a la Trutruca araucana. En la noche que precedía a estos fastos sacros se habían quemado hojas<br />
de encina en la copa del Irminsul, el Árbol que simbolizaba él origen divino de la vida aria. El crepúsculo, la muerte<br />
del Sol se solemnizaba haciendo rodar desde una colina sagrada grandes ruedas con ramas de encinas<br />
trenzadas eñ sus rayos, a las que también se había prendido fuego. He visto en Himmelsbreite una de estas<br />
colinas, conservando aún dos grandes surcos profundos por donde esas Ruedas del Sol emprendían, hace siglos,<br />
su carrera vertiginosa para ir a sumergirse en las aguas del Eder, o Ader, que significa vena, arteria de la tierra<br />
alemana, también ida, su arteria psíquica, espiritual, como el río Swarasati, en India.<br />
El solsticio invernal se consideraba como el punto equidistante entre las doce noches consagradas al Padre de los<br />
Ases. Se construían pirámides en cuyas cúspides se habían enclavado las ruedas de las Swastikas. En el interior,<br />
ardía siempre una Lámpara Sagrada, para significar la permanencia de la vida aria aun; en la oscuridad de la<br />
noche del Kali-Yuga, cuando reina Mani, la Luna. A medianoche se apagaba la Lámpara en el interior de la<br />
Pirámide —que simboliza la caída del Hombre Hiperbóreo— y se encendía otra en su cúspide. Era el renacimiento<br />
ario. Las mujeres adornaban el Irminsul con estrellas trenzadas con juncos y hojas de fresno. Aun hoy se engalana<br />
así el Árbol de las Pascuas nórdicas. El signo de la Runa propicia del año, de la familia, de la tribu, del pueblo<br />
de los arios era grabada sobre el frontis de roca, en las viviendas, en los Buchenstábe y en las armas, además de<br />
en los Luren.<br />
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