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2 - Gnostic Liberation Front

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Fácil es ahora entender la importancia que para nosotros tiene llegar a conocer cuál fue la iniciación del Hitlerismo<br />

Esotérico. En mi libro "El Cordón Dorado" intenté una explicación. Creo ahora poder avanzar más en este<br />

fundamental tema, sin pretender, por ello, hacer exotérico lo que necesariamente deberá permanecer por siempre<br />

esotérico; es decir, no totalmente revelado.<br />

En mi libro anterior me referí al Castillo de la Orden Negra de los SS, donde se habría dado la iniciación a unos<br />

pocos elegidos, intentándose una mutación que hiciera posible la aparición del Sonnenmensch, del Hombre-Sol,<br />

del Superhombre, gradualmente y por etapas. Primero, la transformación del alemán en hombre nórdico; luego,<br />

de éste en ario. Pudiendo alcanzar hasta el hiperbóreo de los orígenes, con la consiguiente restauración del<br />

"órgano perdido"; esa "glándula" atrofiada, el tercer ojo, el Vril, ER ("la Columna que atravesaba el Cielo"),<br />

condición de la Raza Blanca original. Al recuperarlos, el redescubrimiento del Vimana vendría a ser una consecuencia<br />

lógica, sincronística. El hecho de que los hitleristas hayan podido construir los Ovnis en los últimos años<br />

de la guerra, tal como nos lo afirma el "Militárisches Taschenlexikon" de la Bundeswehr, de la Alemania<br />

Federal de hoy, nos está indicando que en el Laboratorio Esotérico Alquí-mico del Ordensburg, del Castillo de la<br />

Orden Negra, de la Ahnenerbe o de algún otro sitio, se había tenido éxito en la mutación, producida por la<br />

Swastika Levógira, en el Camino del Retorno. Por medio de esa Alquimia iniciática, recreando al Hiperbóreo.<br />

No pretendemos haber logrado penetrar un secreto tan bien guardado, ni mucho menos entrar a revelarlo.<br />

Siempre aquí nos estaremos moviendo en un camino de suposiciones y de simbolismos, más que de realidades<br />

tangibles. Los directores secretos de las SS fueron desconocidos de las huestes uniformadas, manteniendo el<br />

contacto sólo con la cúspide visible, a menudo también anónima, de modo que nos asiste la duda de que el mismo<br />

Himmler les haya descubierto, debiendo obedecer órdenes, que la mayoría de las veces le llegaban directamente<br />

del Führer o de alguna otra autoridad ignorada. Sospecho que el mecanismo pueda haber sido aún más<br />

complicado. Himmler habría estado seguro de que era él quien entregaba las directivas y planeaba el sistema,<br />

siendo, en cambio, dirigido de una manera muy sutil, telepáticamente, por corrientes que le llegaban desde un<br />

centro realmente invisible. El hecho de elegir una tierra determinada y un centro magnético, cargado de<br />

fantasmas, como el Castillo de Wewelsburg, en Westfalia, facilitaba la transmisión de energías poderosas<br />

nórdico-germá-nicas.<br />

De haber podido seguir más años en el trabajo de ese Laboratorio de Magia Levógira, sólo los Divyas saben<br />

adonde habrían llevado a los SS. Por ello,, el Señor de las Tinieblas tembló en sus avernos descargando todas<br />

sus fuerzas antes de que también para El se hiciera demasiado, tarde y el Yuga de los Héroes pudiera tener éxito<br />

en remontar la corriente fatal de la entropía y reimplantar la Edad Dorada. Vencer el tiempo, creando.'una nueva<br />

velocidad que lo superara.<br />

Ni a Hitler,. ni a sus SS se les hizo el regalo de los años necesarios para alcanzar la mutación del número exacto<br />

de los elegidos. Puede también que las. cosas hayan sucedido de la forma como aquí las hemos; estado presentando,<br />

como una necesidad absoluta de ganar perdiendo, porque de otro m»do. no era posible ya lograrlo en<br />

una tierra exterior superpoblada, donde predomina el número de los bastardos y de las sangres mezcladas. Y así,<br />

el necesario número de las transmutaciones se habría alcanzado, a pesar de todo, debiendo pasar<br />

inmediatamente esos elegidos a la "tierra interior", a las Ciudades de los Dioses Blancos, a otro plano de la<br />

manifestación, o a aquellos refugios terrestres, inexpugnables, rodeados de poderosas fuerzas telepáticas, donde<br />

también el Führer podría estar esperando la catástrofe final, en el límite de la cuál retornará con Kalki, el Ultimo<br />

Avatdra.<br />

Cuando escribí "El Cordón Dorado", aun no había visitado el Ordensburg de Wewelsburg. Conocía sí la<br />

descripción que de él me hiciera Julius Evola, como de un lugar donde se trataba de reconstruir la Orden<br />

Templaria, dentro de la simbología del Gral. No me pareció que Evola tomara muy en serio ese intento,<br />

considerándolo más bien como algo romántico y sin importancia esencial. Aquí, como en muchas otras cosas<br />

referentes al Hitlerismo Esotérico, Evola se ha equivocado. Nada de lo que intentaran los hitleristas fue superficial,<br />

porque era dramáticamente serio, a vida y muerte... Y así también en Wewelsburg. Es la diferencia del alma<br />

nórdica con la meridional (no con la de Evola, a pesar de todo) y con la mayor parte del mundo, exceptuando los<br />

judíos, por supuesto.<br />

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