2 - Gnostic Liberation Front

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05.11.2012 Views

"corporización" dé los valores espirituales y anímicos (es decir, hacia una "encarnación") hacia una representación de estos valores en linajes humanos, terrestres. Sobre la base de estas reflexiones aparece como anti-espí-ritu mucho de lo que nos es ensalzado como Espíritu". He aquí la posición de Hans Günther frente a la teoría de "la raza del espíritu", de Evola, y de la "raza del alma", de Clauss. Es ésta la auténtica posición de un ario, que no hace diferencia entre cuerpo, espíritu y alma, una vez encarnados y como impulsores de la mutación. La actitud de un verdadero pagano, en el mejor sentido del término. De un hiperbóreo, un nórdico-polar. Es bueno recordar también que Hitler habló de crear nuevos linajes en el pueblo alemán, linajes raciales. El problema de cómo poder preservar la nueva capa de dirigentes de esa aristocracia sin que la creación cultural agote sus estamentos genéticos superiores, se resolvía con la política de "sangre y suelo", de Walter Darré, manteniendo siempre viva la reserva agraria, el campo, el suelo mágico y "solidario" de la "patria del alma", como diría Nietzsche, de la raza, de donde volverían a surgir las nuevas cepas, las ramas de la Encina sacra, del Irminsul, lejos de las ciudades, en las fronteras tensas, donde los guerreros SS defenderían los confines geográficos de la divina sangre aria. Para ellos no habría peor error, peor crimen, que la elección errada del cónyuge, así como para los Viras lo sería la traición a su Walkiria. En los laboratorios mágicos de la Iniciación del Hitlerismo Esotérico, en los Castillos de la Orden, en los Ordensburg, vibraba una eterna Energía indestructible, porque ahí se guardaba el Gral, el Vril. Allí se estaba intentando la mutación de la raza y la creación del Superhombre, del Hombre-Dios. Más aún que la Aristogenesia, la Teogenesia; más allá de todo lo hasta ahora imaginado e intentado, la vuelta a la Primera Hiperbórea, detrás de las estrellas. Si esto se alcanzó, no lo sabemos, aunque lo podemos imaginar. Al igual que la raza nórdica superior, a la que Günther y Darré tendieron, los Lebenborn y los Sonnenmenschen no murieron, ni fueron encontrados nunca. Ya eran inmortales. Y juntos con el Führer han desaparecido, llevándose, como Parzival, el Gral en dirección a un lejano país de Occidente, más allá del Gran Océano, donde nunca se pone el Sol Negro de la Medianoche Polar, en los Oasis antarticos, en la Tierra Interna, en la Ciudad de los Césares. Y su Medianoche es ya su Mediodía. Para la Weltanschauung del Hitlerismo Esotérico se hará necesaria una dilucidación, en referencia a lo dicho. El cuerpo del hombre ario es algo que ha existido en otro lugar fuera de aquí. Ha sido prefigurado por la Runa MAN, como forma luminosa, hecha de la Luz del Sol Negro. Es decir, el hiperbóreo ha entrado a la tierra del Demiurgo con su cuerpo, pasando a través de la Ventana de Venus. En la imitación corrompida y fracasada del Universo demiúrgico, su creación no alcanza más allá del simio y del Hombre de Neanderthal. Al penetrar en esta creación, el cuerpo del ario ha sufrido una involución por causa de la influencia del medio letal y de la mezcla en que cayera, quedando prisionero del Demiurgo y de sus ordas infernales. El Vira ha olvidado su origen divino. Por esto se ha hecho imprescindible la venida de los Avatara y de nuevos refuerzos hiperbóreos, para liberar al prisionero y hacerle posible continuar en la Gran Guerra. A lo largo de estas páginas y en "El Cordón Dorado", hemos estado haciendo uso de los términos tántricos de Divya y Vira, significando el primero el ser divino, hiperbóreo en este caso, el Siddha oSiddhi, regido por el Guna Sativa. Divya viene de Deva, Dios en sánscrito. El Vira es el héroe tántrico, regido por el Guna Raja de la virilidad. Es ya un Divya mezclado con el Pasu, o Pacu, con el Sudra, la tercera categoría, el hombre-animal, regido por el tercer Guna, Tamas, el más material. Según el Hitlerismo Esotérico, el Demiurgo Jehová sólo hace uso del Guna Tamas en su creación. Los Guna son los elementos últimos constitutivos del Universo, según la filosofía Samkhya, de India. Para la Tantra, son los Sativas. Los Vira son los gigantes de los tiempos clásicos, productos mezclados, que han caído en el "pecado racial", pero que pueden retornar al Universo del Divya, del que proceden, valiéndose de la alquimia de la transmutación. Con su penetración en los planos más bajos del Demiurgo, han hecho posible un triunfo no soñado: la redención del mundo pervertido del Demiurgo, arrastrando consigo a algunos Pasu, arrebatándoselos al Demiurgo, al insuflarles un principio de alma y de divinidad por medio de la ciencia de las transmutaciones y del poder divinizante del Vril. Sólo el judío, el Elementaraesen es irre-constituible, por ser un Golem de Jehová. Sin embargo, hay algunos que han logrado romper el Pacto Oscuro, derramando toda su antisangre sobre la tumba de sus ancestros, conío en la novela "El Golem", de Gustav Meyrink. Y han podido participar de una centella del Ser Hiperbóreo, a causa también de una mayor mezcla de sangre aria. El Vira que retorna al mundo de los Divyas no mezclados, es más que ellos, porque en su combate, en su drama, lo ha arriesgado todo, hasta su inmortalidad. Y se ha hecho consciente, se ha personalizado, individuado, dándole un Rostro al alma —un Doble Rostro— como el de la Estrella Doble de la Mañana. El Rostro de la A-Mada. El Vira dispone, así, de una fuerza viril, heroica, que actúa a contracorriente. Es la fuerza que posee el Saddhaka, o iniciado tántrico. Sinónimo del héroe, combate por reinvertir el proceso de la entropía, de la involución, que es un resultado de su entrada en el Universo del Demiurgo-Jehová. Y se sale del Círculo del Eterno Retorno, para siempre. Únicamente retorna a voluntad, como Avatar, como Tulku. Su combate a contracorriente se llama Udhavaretas y está simbolizado en la Swastika Levógira del Hitlerismo Esotérico. 298

El Führer habló de la creación de linajes. En el estado actual de la involución del Vira, dentro del Kali-Yuga, encontrándose prisionero y habiendo perdido el poder creador directo, fulgurante, plasmador de Vril, ha llegado a hacer uso del mecanismo reproductor del Pasu, impuesto por el Demiurgo, valiéndose del sexo como un medio de procrear el cuerpo físico. Como si el prisionero hubiese sido obligado a valerse de los únicos medios y costumbres a disposición en este "universo concentracionario". La multiplicación se hacía imprescindible en estas etapas de la Gran Guerra, dentro del Kali-Yuga, para que subsistieran los materiales de relevo que hacen posible la continuación de la lucha contra el Demiurgo. Y así también la viabilidad de la Resurrección continuaría abierta para algunos. Porque dentro de un Linaje Hiperbóreo, de una Casa/de Familia, con uno que llegue, que ejecute la Melodía hasta su consumación, que dé a luz el Hijo del Hombre, que construya su Eidelón, su Cuerpo Astral y con él se salga, bastará para que todo el Linaje participe de la Resurrección y del retorno a Hiperbórea. El predestinado a quedar incincta del Hijo Interior, de la Muerte Mística, no debería participar en la procreación de los hijos de la carne por medio del sexo. Si alguien pudiera ver en esto cierta similitud con las doctrinas cataras, es sólo en apariencia. Tal como se han divulgado por sus enemigos, las creencias del catarismo considerarían la encarnación en la tierra del Demiurgo-Jehová como una caída, un conjuro, una violencia ejercida sobre los espíritus puros por medio del sexo, que los obliga a esta encarnación. Sólo ven el Mal, siendo por consiguiente contrarios a toda procreación y aceptando hasta el suicidio en la Endura, como un medio de poder escapar de las garras del Demiurgo. Mas, para el héroe del Hitlerismo Esotérico, para el Vira, para el guerrero de Wotan, el entrar aquí a combatir es una obligación de honor y lealtad (el lema de los SS). Únicamente así podrá luchar contra la creación demoníaca del Señor de las Tinieblas, llegando a transmutarla, a transfigurarla. Y hasta el sexo le habrá servido, como medio de arrebatarle algunos Pasu al Demiurgo, transmutándolos en Viras, por medio de este sacrificio tántrico, por así decir. Es,ta es la Gran Guerra. Si vence, saldrá resucitado, inmortal, como Hombre-Absoluto. Con un Rostro, individuado. Y esto sólo se logra en el combate glorioso "del quinto cielo hacia abajo", como guerreros de la Orden de Wotan y del Führer. Algo que se debe volver a insinuar, aunque sin revelarlo totalmente, es que ya no sería más necesaria la procreación del hijo de la carne por medio de la fórmula demiúrgica del sexo. Los Viras del Hitlerismo Esotérico han redescubierto la creación e inmortalización de los cuerpos valiéndose de otros procedimientos, recuperando el Vril, de modo que ya existen aquí también ejércitos inmortales, de Divyas con cuerpos rúnicos, de Vraja, rojos,-duros como el diamante, de Fuego Verde-Rojo. Son indestructibles, invulnerables aún al arma atómica y al láser. Ya están fuera y adentro de la tierra, entrando y saliendo en sus Vimanas, de modo que no les afectará la gran destrucción que se avecina al cierre del Ciclo. Esto lo adelanté en el Epílogo de "El Cordón Dorado". Es la Wildes Heer del Führer, con la que retornará en el momento preciso a rescatar a los Viras, sus camaradas. La desesperación del Demiurgo-Jehová, que también lo sabe, se refleja en su pretensión de imitar. Nada más puede hacer el Demiurgo y su "desdoblamiento psíquico", el judío. Sólo copiar malamente. Así, produce monstruos de laboratorio, inseminaciones artificiales, intentos de "hombres biónicos". Es decir, la ciencia tecnológica, la mecánica grosera del Kali-Yuga. REGRESO AL PAÍS DE OIYEHUE Fue muy corta mi permanencia en Chile, después de esa entrevista con los gobernantes de la Junta Militar. Toda ilusión se había perdido sobre un posible entendimiento del tema fundamental. Mi Maestro había dicho: "Chile descenderá al fondo de la miseria y de ahí se levantará hasta llegar a ser un poder en América". Pensemos que el descenso sea el momento actual y que aún quede una esperanza. Además, comprendo que vine a Chile guiado, no para ver a los jefes de la Junta, ni para colaborar con ellos. Se me trajo-aquí, aun cuando yo no lo supiera conscientemente, porque mi Maestro iba a partir. Para siempre y a regiones lejanísimas, siguiendo el Devayana, el Camino sin Retorno de los Dioses. Así pude estar con él hasta el final. Antes de dejar nuevamente Chile, hice declaraciones en un periódico de Santiago ("Las Ultimas Noticias") criticando la política económica que entonces se comenzaba a implantar en este país. Varias personas enviaron cartas al diario apoyando mi posición. Y ya no volví a Chile hasta que la Universidad me invitara para dar una charla sobre Nietzsche, en unos cursos de verano sobre "Wagner y Nietzsche", que debí repetir en la Universidad de Concepción. Aproveché para editar mi libro "El Cordón Dorado, Hitlerismo Esotérico", que tantos ataques arteros me valiera, poniéndome en el ostracismo literario y en una suerte de interdicción. Pero la edición del libro se agotó. Volví a partir a Europa, residiendo en el Ticino, como he dicho, en el viejo palazzo Camuzzi que también fuera la casa de Hermann Hesse en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial. Por diez años había vivido en India, después en los Balcanes y en Austria; ahora, por diez años debí permanecer en Suiza. En India busqué las entradas al Ashram de los Siddhas en los Himalaya; en los Pirineos busqué a los agotes, la tumba de Pirena y el Gral de los Cataros, en las cavernas de Montsegur, del Sabarthé, donde también incursionara Otto Rahn. En los Alpes, en largas y agotadoras expediciones por las cimas del Grisone, en la alta 299

"corporización" dé los valores espirituales y anímicos (es decir, hacia una "encarnación") hacia una<br />

representación de estos valores en linajes humanos, terrestres. Sobre la base de estas reflexiones aparece<br />

como anti-espí-ritu mucho de lo que nos es ensalzado como Espíritu".<br />

He aquí la posición de Hans Günther frente a la teoría de "la raza del espíritu", de Evola, y de la "raza del alma", de<br />

Clauss. Es ésta la auténtica posición de un ario, que no hace diferencia entre cuerpo, espíritu y alma, una vez<br />

encarnados y como impulsores de la mutación. La actitud de un verdadero pagano, en el mejor sentido del<br />

término. De un hiperbóreo, un nórdico-polar.<br />

Es bueno recordar también que Hitler habló de crear nuevos linajes en el pueblo alemán, linajes raciales. El<br />

problema de cómo poder preservar la nueva capa de dirigentes de esa aristocracia sin que la creación cultural<br />

agote sus estamentos genéticos superiores, se resolvía con la política de "sangre y suelo", de Walter Darré,<br />

manteniendo siempre viva la reserva agraria, el campo, el suelo mágico y "solidario" de la "patria del alma", como<br />

diría Nietzsche, de la raza, de donde volverían a surgir las nuevas cepas, las ramas de la Encina sacra, del<br />

Irminsul, lejos de las ciudades, en las fronteras tensas, donde los guerreros SS defenderían los confines<br />

geográficos de la divina sangre aria.<br />

Para ellos no habría peor error, peor crimen, que la elección errada del cónyuge, así como para los Viras lo sería<br />

la traición a su Walkiria.<br />

En los laboratorios mágicos de la Iniciación del Hitlerismo Esotérico, en los Castillos de la Orden, en los<br />

Ordensburg, vibraba una eterna Energía indestructible, porque ahí se guardaba el Gral, el Vril. Allí se estaba<br />

intentando la mutación de la raza y la creación del Superhombre, del Hombre-Dios. Más aún que la Aristogenesia,<br />

la Teogenesia; más allá de todo lo hasta ahora imaginado e intentado, la vuelta a la Primera Hiperbórea, detrás<br />

de las estrellas. Si esto se alcanzó, no lo sabemos, aunque lo podemos imaginar. Al igual que la raza nórdica<br />

superior, a la que Günther y Darré tendieron, los Lebenborn y los Sonnenmenschen no murieron, ni fueron<br />

encontrados nunca. Ya eran inmortales. Y juntos con el Führer han desaparecido, llevándose, como Parzival, el<br />

Gral en dirección a un lejano país de Occidente, más allá del Gran Océano, donde nunca se pone el Sol Negro de<br />

la Medianoche Polar, en los Oasis antarticos, en la Tierra Interna, en la Ciudad de los Césares.<br />

Y su Medianoche es ya su Mediodía.<br />

Para la Weltanschauung del Hitlerismo Esotérico se hará necesaria una dilucidación, en referencia a lo dicho.<br />

El cuerpo del hombre ario es algo que ha existido en otro lugar fuera de aquí. Ha sido prefigurado por la Runa<br />

MAN, como forma luminosa, hecha de la Luz del Sol Negro. Es decir, el hiperbóreo ha entrado a la tierra del<br />

Demiurgo con su cuerpo, pasando a través de la Ventana de Venus.<br />

En la imitación corrompida y fracasada del Universo demiúrgico, su creación no alcanza más allá del simio y del<br />

Hombre de Neanderthal. Al penetrar en esta creación, el cuerpo del ario ha sufrido una involución por causa de la<br />

influencia del medio letal y de la mezcla en que cayera, quedando prisionero del Demiurgo y de sus ordas<br />

infernales. El Vira ha olvidado su origen divino. Por esto se ha hecho imprescindible la venida de los Avatara y de<br />

nuevos refuerzos hiperbóreos, para liberar al prisionero y hacerle posible continuar en la Gran Guerra.<br />

A lo largo de estas páginas y en "El Cordón Dorado", hemos estado haciendo uso de los términos tántricos de<br />

Divya y Vira, significando el primero el ser divino, hiperbóreo en este caso, el Siddha oSiddhi, regido por el<br />

Guna Sativa. Divya viene de Deva, Dios en sánscrito. El Vira es el héroe tántrico, regido por el Guna Raja de la<br />

virilidad. Es ya un Divya mezclado con el Pasu, o Pacu, con el Sudra, la tercera categoría, el hombre-animal,<br />

regido por el tercer Guna, Tamas, el más material. Según el Hitlerismo Esotérico, el Demiurgo Jehová sólo hace<br />

uso del Guna Tamas en su creación. Los Guna son los elementos últimos constitutivos del Universo, según la<br />

filosofía Samkhya, de India. Para la Tantra, son los Sativas. Los Vira son los gigantes de los tiempos clásicos,<br />

productos mezclados, que han caído en el "pecado racial", pero que pueden retornar al Universo del Divya, del<br />

que proceden, valiéndose de la alquimia de la transmutación. Con su penetración en los planos más bajos del<br />

Demiurgo, han hecho posible un triunfo no soñado: la redención del mundo pervertido del Demiurgo, arrastrando<br />

consigo a algunos Pasu, arrebatándoselos al Demiurgo, al insuflarles un principio de alma y de divinidad por<br />

medio de la ciencia de las transmutaciones y del poder divinizante del Vril. Sólo el judío, el Elementaraesen es<br />

irre-constituible, por ser un Golem de Jehová. Sin embargo, hay algunos que han logrado romper el Pacto<br />

Oscuro, derramando toda su antisangre sobre la tumba de sus ancestros, conío en la novela "El Golem", de<br />

Gustav Meyrink. Y han podido participar de una centella del Ser Hiperbóreo, a causa también de una mayor<br />

mezcla de sangre aria.<br />

El Vira que retorna al mundo de los Divyas no mezclados, es más que ellos, porque en su combate, en su drama,<br />

lo ha arriesgado todo, hasta su inmortalidad. Y se ha hecho consciente, se ha personalizado, individuado, dándole<br />

un Rostro al alma —un Doble Rostro— como el de la Estrella Doble de la Mañana. El Rostro de la A-Mada.<br />

El Vira dispone, así, de una fuerza viril, heroica, que actúa a contracorriente. Es la fuerza que posee el Saddhaka,<br />

o iniciado tántrico. Sinónimo del héroe, combate por reinvertir el proceso de la entropía, de la involución, que es un<br />

resultado de su entrada en el Universo del Demiurgo-Jehová. Y se sale del Círculo del Eterno Retorno, para<br />

siempre. Únicamente retorna a voluntad, como Avatar, como Tulku. Su combate a contracorriente se llama<br />

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