2 - Gnostic Liberation Front
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El amarillo es esencialmente práctico, utilitario, según Gobineau. Cuando entra a dominar en la mezcla con el<br />
blanco, transforma la sociedad donde vive, convirtiéndola en un campo de vender y comprar. Y el comercio va de<br />
la mano del matriarcado. Todas las doctrinas y organizaciones de tipo socialista y economicista son matriarcales<br />
y semitas. Los apóstoles del socialismo son judíos, ya lo hemos visto. Lo extraordinario es que Palacios, a<br />
comienzos de este siglo, también lo descubriera. Plantea el problema judío, cosa que Gobineau no hiciera, como<br />
hemos dicho, siendo el punto débil de toda su concepción racista de la historia, su secreto talón de Aquiles.<br />
Palacios fue al fondo del asunto, siendo ésta la razón última del silencio del mundo académico e intelectual de<br />
este país y de cualquier otro. El más gran libro que se haya escrito aquí y en toda la lengua española, ha sido<br />
puesto en el Index desde el momento mismo de su publicación, por tratar el problema judío, punto neurálgico de<br />
toda concepción auténticamente racista de la Historia.<br />
Según Palacios, aquel que entienda la fundamental cuestión racial y aplique su conocimiento a la interpretación<br />
de la historia pasada y presente de los hombres, comprenderá con mayor facilidad dónde se encuentra el peligro,<br />
pudiendo evitarlo con sólo preguntarse por el nombre y la procedencia racial de tal o cual promotor de doctrinas y<br />
teorías sociales, económicas, políticas o filosóficas. Si su autor es judío, sólo males podrán esperarse para los no<br />
judíos, porque nunca esas doctrinas o teorías serán aplicadas al pueblo judío, estando destinadas al consumo por<br />
sus enemigos. ¡Cuántos males nos habríamos evitado en Chile si se hubiese escuchado a Palacios! Pero hablar<br />
de Palacios en Chile es algo inconveniente. Con sólo mencionar su nombre, aparecerá en la boca de los oyentes<br />
una sonrisa hipócrita de superioridad mestiza o mulata, y exclamarán: "Fue un buen nombre, un patriota, que<br />
careció de formación científica moderna, de información sobre la ciencia de las razas, de la etnología, de la<br />
antropología, un diletante, que amó al pueblo chileno, al roto, y por eso inventó todos esos absurdos de visigodos<br />
y araucanos, para poder exaltarlo y darle fe en sí mismo... Patriota, es cierto, y por ello se le ha erigido un<br />
monumento, que nadie conoce; porque nadie sabe quién es Palacios; pues, además, su libro es muy aburrido y<br />
está mal escrito"... Etcétera.<br />
Así es, Palacios no se lee y no se leerá; porque ya pasó su tiempo; porque ya no queda tiempo. Porque el ciclo<br />
racial chileno está por cerrarse. ¿A quién podría ya interesarle saber que descendemos de visigodos, que aún se<br />
podría remontar el mestizaje, derrotando la entropía, por medio de prácticas eugenésicas, salvándonos de la<br />
asiatización? La poderosa corriente de la historia contemporánea, controlada por el Príncipe de las Tinieblas, lleva<br />
en dirección opuesta. Y Chile es un pequeño conglomerado, al final del mundo. Sólo la fuerza de los gigantes,<br />
salidos de la roca de los Andes, podría ayudar... Y tal vez venciéramos.<br />
A medida que la guerra con el indio se hacía menos intensa, localizándose en la llamada "<strong>Front</strong>era" hacia Arauco,<br />
y cuando las principales ciudades del centro ya no ofrecían grandes peligros, comenzaron a llegar elementos que<br />
se contraponían al araucano-gótico, según Palacios. Son los "latinos", y el ibero autóctono. Para Palacios,<br />
únicamente el germano, el sajón, es un buen aporte a la "raza chilena", siempre que se aplique una política<br />
racional y científica, ubicando al inmigrante en la vecindad de tierra en manos de chilenos, para así favorecer la<br />
mezcla y evitar enclaves raciales. Es partidario de la mezcla, de la promoción de ün mestizaje favorable. Por<br />
suerte, el alemán que vino al sur y extendió la frontera de Arauco se casó con mujeres, también traídas de<br />
Alemania, salvo contadas excepciones. Gracias a esto, la inmigración ha podido mantener su energía creadora<br />
por más de un siglo, hasta que la influencia letal del paisaje de estas zonas del fin del mundo también la han<br />
aniquilado.<br />
Con la llegada de latinos se va descomponiendo todo el mecanismo del Estado en Forma, del espíritu visigodo y<br />
portaliano. El ejemplo que mejor ilustra a Palacios es la demagogia de Arturo Alessandri Palma, quien da el golpe<br />
de gracia al espíritu de ese Estado. Y no es casualidad que reciba un caluroso apoyo en sus campañas<br />
político-feministas del flamante Club de Señoras, fundado en esos tiempos y que luchaba por los "derechos de la<br />
mujer". Lo presidía una señora llamada Delia Matte. Se empieza a hacer visible el triunfo del matriarcado y la<br />
descomposición en Chile.<br />
El reino de la Madre se caracteriza en el mundo por la imposición de regímenes democráticos, con la votación<br />
universal, aun de los impedidos: porque para la madre todos los hijos son iguales, demostrando siempre preferencia<br />
por el más débil y por el enfermo. En las democracias, los presidentes aparecen siempre con su mujer en<br />
público, porque es ella la que los dirige, por lo general. Al otro lado de los Andes tenemos el caso de Evita Perón.<br />
El matriarcado se caracterizó en el siglo XIX por el llamado "espíritu de justicia", que se recomendaba a los países<br />
coloniales y, en el siglo XX, por el frenesí de la caridad y de los "derechos humanos", la compasión por el criminal<br />
y la abolición de la pena de muerte. Todo esto se ha centralizado en el evangelismo de las iglesias Católica y<br />
Protestante y en las logias masónicas, con su lema de libertad, igualdad y fraternidad. El reinado de la madre es el<br />
igualitarismo por antonomasia, inclinándose del lado de la "oveja negra", con preferencia por el retrasado mental,<br />
el imbécil. En las sociedades patriarcales es el guerrero superiormente dotado quien recibe auxilio para prosperar,<br />
porque, como decía Nietzsche, "las especies superiores son las más débiles, frente a un mundo enemigo y a una<br />
masa hostil". El mejor dotado debe alcanzar el máximo de sus posibilidades. La organización patriarcal es<br />
jerárquica, desigualitaria, aristocrática, despiadada. La madre contribuirá colaborando en la producción del héroe.<br />
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