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2 - Gnostic Liberation Front

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Las piedras milagrosas eran las siguientes: licán, catancura, pimun-thue y chillanco (de donde viene el<br />

nombre Chillan). Esta última es una piedra cristalina que previene la enfermedad. Las piedras se tallaban sólo a<br />

medias, para así preservar intacto su poder. Se fumaba la pipa para el sahumerio, quitra, con hojas machacadas<br />

de un alucinógeno desconocido hoy. Las piedras, para el araucano, eran excrecencias del cielo y se tenían en<br />

gran consideración, sobre todo si procedían de meteoritos.<br />

Aún dándose tanta importancia a la mujer, por sus poderes mágicos, así como en Hiperbórea, la sociedad<br />

araucana no era matriarcal sino patriarcal. Nos sirve esta evidencia de contradicción al profesor Wirth. Muy<br />

posiblemente así lo fuera también en Frisia, donde las Madres, al igual que las Machis, tenían a su cargo la<br />

mantención de las Lámparas Sacras, sin querer significar por esto que la sociedad fuera matriarcal. Fue al<br />

iniciarse la guerra contra el conquistador español que el Machi debió entregar a la mujer la ceremonia del Culto<br />

mágico, para ir también a combatir.<br />

El signo del poder del Toki, al igual que en los Inkas y en los Ases germanos, era el Hacha, construida con "piedra<br />

caída del cielo". Se hallaba, así, impregnada de mana. Solamente el jefe supremo araucano, Lonco, podía<br />

usarla. Por identificación, éste pasaba a llamarse Toki, que significa hacha, como hemos visto. Nguentoki era el<br />

dueño del Hacha de Wotan, del "Martillo de Thor". Se engalanaba con el plumaje sagrado, Lipi, con las plumas<br />

del Gran Pájaro de los Andes, el Cóndor, vigilante y compañero del Dehuiñ-chem, hombre de las altas cimas.<br />

En el Bosque, dentro del Círculo Mágico, Chruhuerculén, rodeado de copihues —lapageria rosae—, de<br />

pehuenes —araucaria imbricata—, de coyanes —nothafagua oblicua—, robles araucanos de fuerza mágica y<br />

de voguis, canelos, el Lonco, o Toki, inicia sus invocaciones a sus ancestros más lejanos, seguramente a esos<br />

Dioses Blancos, de los que dice descender y que ahora se encuentran en la Ciudad Encantada, Trapalanda,<br />

dentro de los volcanes sacros, el Tronador y el Lanín. Primero escuchará al orador sagrado, al Nguenpin, que<br />

debe pronunciar un discurso y hacer vibrar los mantras con gran precisión. Los araucanos daban mucha<br />

importancia a la palabra, a los discursos, no siendo invención antojadiza de Ercilla, ni reminiscencia homérica, las<br />

alocuciones guerreras de los jefes araucanos dirigidas a sus tropas y a sus enemigos antes de iniciar el combate.<br />

Invocando a los Peñi-Epatún, a los primeros ancestros, el Nguenpin dice: "¡Pom, pum, pum, mari,<br />

epunamun, animalhue, Peni Epatan!"<br />

Luego, el Lonco puede dirigirse, pero sólo con el pensamiento, sin palabras, al Innominado, el Informe,<br />

Nguenechén, que habita en una Montaña sagrada en medio del Océano y que, a pesar de no tener forma, ni<br />

nada, también es blanco, según nos cuenta Fray Félix José de Ausburgo, o de Augusta, un investigador del siglo<br />

XIX.<br />

Toda la vida del hombre y de la mujer mapuche se hallaba envuelta en ceremonias ritualistas, para beber la<br />

chicha y el mudai, para comer el ulpo y el curantu, para bañarse en los ríos y para adorar a Antu, el Sol de<br />

Piremapu, de los Andes, del País de las nieves.<br />

Fue esto lo que conoció y vio Alonso de Ercilla. Y tal vez supiera aún más, gracias a esa india Glaura, que habrá<br />

sido una Norna, una Walkiria, descendiente de las mujeres frisonas 1 . No podía decirlo abiertamente, pues la<br />

Inquisición vigilaba de cerca en jía Gran Cruzada contra el Gral y los Dioses Blancos de América. Ya vimos que<br />

Don Pedro Sarmiento de Gamboa fue acusado de prácticas mágicas y de hechicerías, tal vez por haber hablado<br />

demasiado de la Atlántida, quizás de la Lemuria, continente que los indo-arios llamaron Zálmali, en los Puranas.<br />

Por esto, Don Alonso trobó clus en su poema épico de "La Araucana".<br />

Idéntica razón habrá para pensar que el cronista Francisco López de Gomara, al hablar de ese lago en el centro<br />

de Chile, rodeado de siete volcanes y con un templo de mil sacerdotes, de un cacique Leuchengorma y de una<br />

reina Gaibomilla, estuvo ocultando símbolos herméticos con esos nombres, que él mismo no sería capaz de<br />

penetrar. Gaibomilla puede ser Caimomilla. El "Diccionario Español-Mapuche", de E. Wilhelm de Moesbach, da<br />

las siguientes interpretaciones: Cai = serpiente; mo = de; milla = oro. Así, Caimomilla sería la Serpiente de Oro.<br />

Esto es, el Fuego Serpentino, Kundalini.<br />

Lejos estamos de pretender idealizar al mapuche aborigen. Ya hemos señalado su otro aspecto negativo. Pero el<br />

mapuche de hoy no es ni la sombra de lo que fuera en tiempos de los españoles, menos aún de antes. Nada<br />

queda de él, ni siquiera en la memoria de su sangre. Es un derrotado por el mestizaje, más que por el alcohol y la<br />

guerra, como los guayaquis de la selva paraguaya, antiguos vikingos atumarunas, blancos, arios<br />

involu-cionados en pigmeos, bastardeados con el mongol guaraní. También los paraguayos, con ancestro de<br />

vikingos antiguos, fueron grandes guerreros, como los araucanos.<br />

Ya nos hemos referido al drama sórdido del mestizaje y de la involución. El mapuche de los tiempos de la<br />

Conquista era un producto del "pecado racial", de un mestizaje en descomposición. Y el chileno viene a ser el<br />

resultado de un mestizaje de mestizajes.<br />

EL RÉ-CHÉ, EL ARIO PURO<br />

Con seguridad, Fray Reginaldo de Lizárraga nos está describiendo a los picunches, indios del norte, ya que el<br />

capitán del inga "no llegó más allá de doce leguas" hacia el sur de Santiago. Esos serían los purun auca; "los<br />

barbarísimos", o bien, los calcu, esa raza inferior de magos negros, que los machis araucanos combatían<br />

exotérica y esotéricamente. El término "araucano" es de origen desconocido y es más moderno. Tiene la runa<br />

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