2 - Gnostic Liberation Front
2 - Gnostic Liberation Front
2 - Gnostic Liberation Front
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
de cuatro hombres cada uno, que sólo los del mar eran 800.000 hombres. Y bien lo habían menester, pues tenían<br />
tantas naciones sujetas, a quien habían siempre de gobernar y serles superiores. Pues en la tierra que no era<br />
continente con la suya, como África y Europa y Asia, procuraban poner sus banderas, trofeos y colunas..."<br />
Puede verse cómo se deleita Don Pedro describiendo la grandeza, belleza y primores paradisíacos de la Atlántida,<br />
como si él mismo hubiera deseado vivir en ese mundo. Nos da así a conocer su corazón, su alma soñadora.<br />
Además, habla de una "isla sacra"...<br />
Y luego:<br />
"Mas, en fin de muchos siglos, por permisión divina, quizá por sus pecados, aconteció que con un grande y<br />
continuo terremoto y con un turbión y deluvio perpetuo de un dia y una noche, abriéndose la tierra, absorbió a<br />
aquellos belicosos y infestadores Atlánticos hombres. (El adjetivo "infestadores" en Platón significaría, de haberlo<br />
usado alguna vez, bastardismo, mestizaje, "pecado racial".) Y la isla Atlántica quedó anegada y sorbida debajo de<br />
aquel piélago, el cual por esta causa quedó innavegable, por el cieno que en él quedó de la isla absorbida y<br />
deshecha en cieno, cosa admirable".<br />
"Y este diluvio particular se puede añadir a los cinco diluvios que cuentan los antiguos: el general de Moysén, el<br />
segundo en Egipto, de que hace mención Xenofonte, el tercero en Acaya de Grecia en tiempo de Ogigio Antico, de<br />
que cuenta Isidoro, que fue en tiempo de Jacob, el cuarto en Tesalia en tiempos de Deucalión y Pirra, en tiempo de<br />
Moysén según Isidoro, 782 años como dice Juan Annio; el quinto diluvio, como nos manifiesta Xenofonte, fue en<br />
Egipto en tiempo de Proteo, y el sexto fue este que asoló tanta parte de la isla Atlántica que bastase a apartalla<br />
tanto de la parte que quedó sin anegarse, que todos los mortales de Asia, África y Europa creyeron que toda era<br />
anegada. Y asi se perdió el comercio y contrato de las gentes destas partes con las de Europa y África, y otras<br />
partes, de tal manera que totalmente se perdiera la memoria della si no por los egipcios, conservadores de<br />
antiquísimas azañas de hombres y naturaleza".<br />
Luego Sarmiento llega a la conclusión de que el hundimiento debe haberse producido por el año de 1320 antes de<br />
nuestra era y "a 2.162 años de la creación, según los hebreos". Para llegar a estas cifras, Don Pedro aplica el<br />
mismo criterio del investigador contemporáneo, Jurgen Spanuth, convirtiendo los años lunares de Platón en años<br />
solares. "Saco esta computación", dice, "por lo que afirma Platón que fue la plática de Solón y el sacerdote egipcio.<br />
Porque según todas las crónicas Solón fue en el tiempo del rey Tarquino Prisco de Roma, siendo Josías rey de<br />
Israel, o Jerusalem, antes de Cristo 610 años. Y desde esta plática hasta que los Atlánticos ¡habían puesto cerco<br />
a sobre los atenienses, habían pasado 9.000 años luna-ises, que referidos a los solares suman 869 años. Y todos<br />
juntos es la suma dicha arriba. Y poco después debió suceder este diluvio, a los 748 después del diluvio general de<br />
Noe. Es de notar que, como esto sea así, las islas de Cáliz, Canarias, Salvajes y la Trenidad fueron pedazos desta<br />
absorbida tierra".<br />
Las fechas -de Pedro Sarmiento de Gamboa coinciden pon las de itugen Spanuth y dejan margen con su "diluvio<br />
general" y todos los otros "'particulares", para el hundimiento de Hiperbórea y de la Atlántida, en<br />
3m<br />
sucesión. Con la única observación de tener que aumentar las cuantidades, o cantidades, para la creación del<br />
mundo y otras cosas más.<br />
Hombre de la cultura del Renacimiento, que redescubría a Grecia y se iba aún más lejos, hasta Egipto y la<br />
Atlántida, desgraciadamente también Don Pedro comenzaba a ignorar ya todo lo correspondiente al ancestro<br />
gótico, nórdico hiperbóreo. Y si ascendía en sueños imposibles, debíase sólo a su alma de aventurero, de<br />
navegante de mares ignotos, en la proximidad de los hielos extremos y espantables del Polo Sur. ¡Grande Don<br />
Pedro Sarmiento de Gamboa! Un ser de estas extremas latitudes, por las. que tú también pasaste, después de<br />
tantos siglos, aún se estremece con tu desventura y con tu gloria.<br />
Los CONFINES<br />
En el año de 1584 Don Pedro Sarmiento de Gamboa deberá emprender su última expedición, siempre al mando<br />
de otro, de un "cortesano cobarde", Flores de Valdés. Don Pedro ha sido nombrado "Gobernador del Estrecho de<br />
Magallanes", donde se instalará a fortificarlo para impedir el paso y las incursiones de Drake. Estas son<br />
intenciones que nunca podrán cumplirse. Más de 300 hombres perecen en una tormenta y en ataques de<br />
corsarios. Al llegar a Río de Janeiro, Alonso de Sotomayor, que había sido nombrado Gobernador de Chile,<br />
prefiere viajar por tierra y deja la expedición naval. Poco después, al zarpar de Río, naufraga la nave que portaba<br />
las provisiones. Al fin se llega a la embocadura del Estrello de Magallanes. La marea le impide entrar. Flores de<br />
Valdés ordena el retorno. Sarmiento levanta su protesta. En su Diario escribe: "Con tormentas, trabajos, pérdidas,<br />
muertes y perseverancias, se han acabado los descubrimientos, y cosas que espantan al mundo aquí".<br />
Don Pedro no desea el retorno. El quiere emular a los grandes conquistadores de mejor suerte, de reconocida<br />
gloria. "Porque una bella muerte, toda una vida honra". Y Flores de Valdés parte de regreso a España, llevándose<br />
227