2 - Gnostic Liberation Front
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Jacques de Mahieu nos cuenta las peripecias de Ullman, el Hombre de Ull. (Posiblemente UR-MAN, Urmensch,<br />
El Hombre Rúnico.) Un vikingo que él afirma habrá sido Quetzalcóatl. Perdido en el mar, su drakkar, con placas<br />
de metal brillante, es tomado por una Serpiente con Plumas. Es el año 967 de nuestra Era. Ullman llega a lo que<br />
hoy es México y crea una civilización para los toltecas. Permanece con ellos sólo veinte años, para seguir luego a<br />
la tierra de los mayas, donde funda Chichén-Itzá, en el Yucatán. Aquí será Kukulkan. Todos estos nombres<br />
pueden ser fácilmente relacionados con el danés, o el alemán, como también el del libro sacro de los Mayas, el<br />
"Popol-Vuh. (Buch, libro en alemán.) Los vikingos continuarán hasta lo que hoy llamamos Bolivia, Perú y Chile,<br />
donde por ciento cincuenta años mantienen un poderoso Imperio, con su centro en Tiahuanacu: el Imperio de los<br />
Atumarunas. Aquí, los Dioses Blancos son Viracocha, Kontiki, Mama Occl, Mama Runtu. Hasta 1290 se mantiene<br />
el poderoso Imperio de Tiahuanacu, estableciendo contactos con los templarios de Europa, quienes, una vez<br />
destruida su Orden por la Roma Papal y el Rey de Francia, buscarán refugio en América, transportando aquí sus<br />
archivos, sus tesoros y sus secretos. El profesor De Mahieu lo ha descrito en su libro "Los Templarios en<br />
América".<br />
Destruido el Imperio de Tiahuanacu por un misierioso poder venido del sur, de lo que hoy es Chile (el profesor De<br />
Mahieu habla de un extraño cacique Cari o Kari, con un reino en lo que hoy es Coquimbo), sus jefes escapan por<br />
mar y tierra. Van a la Isla de Pascua, donde se encuentran sus huellas y un sorprendente parecido en los<br />
megalitos y algunos Mohai con esculturas de Tiahuanacu. Los que han partido por tierra serán tragados por la<br />
selva paraguaya y por el Amazonas. Los indios blancos guayakis, mezclados hoy con los guaraníes, degenerados<br />
y convertidos en casi enanos, los caiguas, los guarayos de Santa Cruz en Bolivia, los chachapoyas del Brasil.<br />
Me he referido a todo esto y a las palabras de origen indo-germano, danés, frisón y hasta sánscrito en el<br />
quiché-maya y en el quechua-peruano. El lenguaje de los Inkas era el danés, o el germano antiguo, que sólo<br />
hablaban entre ellos, llamándolo Runa-simi. . En mis libros "El Cordón Dorado" y "NOS, Libro de la Resurrección"<br />
he tratado el tema, incluyendo apéndices con el sentido de algunos términos. No es el objeto de esta obra hacer<br />
una exposición de temas que pertenecen a las llamadas ciencias históricas, antropológicas, arqueológicas,<br />
etcétera, aunque la evidencia haya sido ocultada por las logias académicas y oficiales. Por ello, remitimos a quien<br />
desee ampliar estos estudios a los importantes libros del profesor Jacques de Mahieu, además de a las obras que<br />
se publicaron en Alemania, en otro tiempo, como "La Corte de Lucifer", de Otto Rahn. El Hitlerismo Esotérico<br />
conocía a fondo el tema y envió delegaciones especiales y secretas a recorrer América del Sur, coleccionando<br />
información exotérica y esotérica. En Colombia, recogieron importantes documentos arqueológicos y piezas de<br />
arte de un valor incalculable, más que por su belleza por su significación oculta. Los hitleristas ya tenían los<br />
contactos con los antiguos Dioses Blancos.<br />
El Imperio de los Inkas se establece en el Cuzco, o Kusku, por una casta de antiguos nórdicos, escapados a las<br />
montañas cuando el desastre de Tiahuanacu y del Titicaca, junto con los sabios Amautas. Estos lejanos<br />
descendientes del Rey-Marino frisón recuperan lo perdido, pero ya son incapaces de reconstruir su antigua<br />
grandeza. No son más que un puñado de blancos. Para mantener la pureza de la sangre, los Emperadores inkas<br />
se casan con sus hermanas, como los Faraones de Egipto. El drama es el mismo, la agonía de la mezcla, el<br />
"pecado racial". Lo terrible que esto sea, está a nuestro alcance verificarlo en este infierno racial americano,<br />
modelo para lo que llegaría a ser la Europa de la postguerra.<br />
Contemplemos a esos alemanes llegados a Chile, hace un poco más de cien años, a colonizar el sur, en la<br />
frontera con los indios mapuches. Aún sin mezclarse con los aborígenes, su raza se ha desintegrado. Porque la<br />
sangre, ese fluido misterioso, absorbe la clorofila de las plantas en una determinada región del ser vivo que es la<br />
tierra, la radiación de sus minerales, la energía animal. Esa potencia poderosa y demoníaca que actúa en la Tierra<br />
del Demiurgo, termina por vencer hasta la sangre más pura delario, si este no ha "nacido dos veces", pasando por<br />
la muerte mística, llegando a ser un verdadero aryo, un Dios Blanco, en Paititi. Así, el vira va siendo devorado<br />
por "el clima del alma" del mundo de color americano. El hígado, — "Leber", en alemán (vida = Leben; amor =<br />
Lieben)—, transforma las energías de los alimentos en sangre: Blut, en alemán. Aquí se^origina el "tipo" y la<br />
"raza". Se hace posible su continuidad, imprimiendo su sello, su "yo". Pero Blumen también es flor. La sangre es<br />
la Flor de la Raza. Una Flor Inexistente, delicada, fácil de destruir. De su follaje, de sus hojas, de sus pétalos, se<br />
alimenta el alma, la "memoria" de la Raza Iniciática Hiperbórea. Ahí se encarna el "yo", ese "extremo de un<br />
Cordón Dorado", que "desenrrollándolo nos lleva a las Puertas de la Ciudad" —como diría Blake—, y que<br />
acompaña al hombre semidivino en su exilio terrestre. El misterio de la voluntad también se origina en la sangre<br />
aria, hiperbórea. Los hitleristas edificaron un nuevo mundo sobre "Suelo y Sangre". Si se cambia el suelo, poco a<br />
poco también cambiará la sangre, la "memoria de la sangre". Los divinos hiperbóreos, emigrados al Otro Polo,<br />
únicamente en las Ciudades Secretas de los Inmortales, dentro de los Andes sagrados, o en los Oasis antarticos,<br />
pudieron preservar la Flor de su Sangre divina, su herencia del Rayo Verde. Sólo ahí también Hitler y los suyos<br />
guardarán el Sang-real (la Sangre Real); preservarán el Gral hasta el retorno de la Wildes Heer.<br />
LA SOMBRA NEGRA DE LOS DIOSES BLANCOS<br />
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