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2 - Gnostic Liberation Front

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penetrar y ver a fondo en esa "otra mitad de nuestros sentidos". Si pudiéramos hacerlo, también descubriríamos<br />

que dentro de ese "Disco" hay un hombre y una mujer. El y Ella, con parecida forma a la del vira. En verdad,<br />

Wotan y Frigga, Baldur e Induna, Avris y Allouine son los "Discos de Luz" extraterrestres. Lo son también Quetzalcdatl,<br />

Bochica y Virakocha.<br />

Repitamos, en la expiración, el "aliento" del Demiurgo-Jehová va descendiendo ampíanos de menor intensidad de<br />

la energía, donde ya ni siquiera sus Jerarquías de Servidores vienen, sino que crean sus medios de trabajo, de<br />

investigación, sus "máquinas", sus "robots", aunque siempre las compongan a su propia imagen. Cuando aquí<br />

llegaron los divyas hiperbóreos, habrán pensado hacerlo por muy poco tiempo, el que pudieran resistir, aunque<br />

esto fuera en la Edad Dorada. Pero algunos de ellos se prendaron de las "hijas de los hombres", de los<br />

"animales-hombres", debiendo quedarse como prisioneros. Los hijos de este primer "pecado racial" fueron los<br />

héroes de los tiempos idos, los semidivinos, los aryos, los viras, que aún podrían retornar al mundo divino,<br />

transmutándose a la inversa, por medio de la Iniciación de A-Mor. Por haber vivido directamente la experiencia en<br />

este plano de la impregnación demiúrgica, deberían alcanzar más alto que los mismos Dioses, ser más que ellos,<br />

salirse, en un sueño no soñado ni por los más grandes Peregrinos del Ansia.<br />

He aquí la diferencia entre las dos humanidades terrestres, la semi-divina y la únicamente animal, la de los<br />

"robots", la de los "esclavos de la Atlántida". Es posible también que la elección de habitar<br />

con el hombre, en la<br />

dura tierra, sea un acto de heroísmo, además de una derrota. Las grandes guerras de los Koravas y Pandavas en<br />

el Mahabharata, la de los Vanes y los Ases, serían guerras punitivas en contra de los que se mezclaron,<br />

enturbiando su divina sangre. Y es en estas guerras cuando aparecen con más frecuencia los Vimanas, los Discos<br />

de Luz, al igual que hoy, en las grandes crisis de los tiempos, en el final de un Ciclo.<br />

Todo lo dicho no excluye que el hombre-animal aquí en la Tierra pueda también alcanzar con su ciencia mecánica<br />

una imitación de esos Discos de Luz, de esos Vimanas y con ellos salir a explorar el cosmos,<br />

el lado externo de los<br />

astros. ^Irá hasta ellos y los encontrará vacíos. Porque será como estar viajando por los distintos órganos del<br />

cuerpo de un gigante, del gran cuerpo de Melothesia, del Manu demiúrgico. Careciendo del Vril, del "Ojo del<br />

Dragón", del Tercer Ojo, no verá nada. No percibirá a los que se encuentran dentro, en los Castillos, en el Árbol del<br />

Mundo, en las Manzanas del Árbol, en Asgard, en Avallon. Porque con estos pequeños hombres, con estos<br />

cuerpos hechos de esta materia, únicamente Gerda, la tierra, está habitada. Ellos están solos en el Universo.<br />

Para poder alcanzar donde se fue el Führer, con su Vimana, con su Astra, tendremos que recuperar antes el Vril,<br />

y, así, penetrar donde El se encuentra, adentro, en la "tierra interior". Primero deberemos ser capaces de ir allá;<br />

para que El retorne.<br />

Fue en el Tercer Reich de Hitler donde los Sonnenmenschen, los hombres del Sol Negro, pudieron recuperar el<br />

órgano perdido, el Vril,<br />

el conocimiento directo en la memoria de la sangre. Los viras, convertidos de nuevo en<br />

divyas, construyeron su cuerpo astral, su Sáhu, su propio Vi-mana, y con él partieron hacia el paraíso recuperado<br />

e inexpugnable de Asgard.<br />

Cuando los Dioses Ases se mezclan con los hombres, con esas creaciones del Samsara, de la Voluntad de Poder<br />

del Demiurgo, esa Maya, que<br />

aquí abajo se mueve como un río de miríadas de pequeños fuegos fatuos, de<br />

imágenes cada vez más opacas, sin duración, destinadas a la muerte, a la nada —animales, plantas, metales—,<br />

se hace imprescindible la recuperación de la pureza de la sangre del héroe, porque es allí donde se preserva la<br />

memoria del origen divino, de Asgard, del Walhalla de los Dioses, del Jardín de las Manzanas de Oro, del dulce<br />

Baldur, del Padre Wotan, de la Madre Frigga. Sobre todo, de la Amada Eterna, de la Walkiria. Y de Aquel que se<br />

quedara esperando como al borde de una Fuente.<br />

Por ello, el Vigilante del Alba, será también un Peregrino de la Nostalgia, de la Gran Ansia; porque en su sangre,<br />

como en la luz de la Estrella de la Mañana, escucha<br />

esa música lejana que le envuelve y le hace soñar con el<br />

mundo de Hiperbórea, perdido no se sabe dónde.<br />

No existe un ario, un vira, que no sea un nostálgico, un incansable peregrino.<br />

Cuando los SS hitlerianos, en la ofensiva última de las Ardennes, heridos de muerte en los hospitales del<br />

enemigo, se negaban a aceptar transfusiones de sangre, prefiriendo morir, lo hacían convencidos de que si en-<br />

turbiaban la memoria de su sangre, habrían perdido la vida eterna.<br />

La sangre de los arios, aquí en la tierra, es la substancia de la luz del Sol Negro, que circula en las venas de los<br />

Dioses Hiperbóreos. Es la premonición del Rayo Verde, el Dragón de Fuego,<br />

el Camino de Iring. Wotan sólo<br />

puede comunicarse con sus guerreros, que hacen guardia en tan apartadas regiones, por medio de la Minne,<br />

preservada en la pureza de la sangre aria. Ellos son los prisioneros de un Mito, como Rudolf Hess. Y aún ahí<br />

combaten una guerra gloriosa y desesperada.<br />

AR<br />

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