02.12.2014 Views

Diferencia sexual en los videojuegos - Educar en igualdad

Diferencia sexual en los videojuegos - Educar en igualdad

Diferencia sexual en los videojuegos - Educar en igualdad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

t<strong>en</strong>. Y esto es lo que d<strong>en</strong>uncian la mayoría de las investigaciones y expertos y<br />

expertas <strong>en</strong> el tema. El desconocimi<strong>en</strong>to que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> las personas adultas del mundo<br />

de valores <strong>en</strong> el que están inmersos sus hijos e hijas con estos <strong>videojuegos</strong>.<br />

En un artículo titulado de forma idéntica al informe de De Miguel y De Miguel<br />

(2001) «Los <strong>videojuegos</strong> <strong>en</strong> España”, Lidia Pitzalis (http://www.gamesreview.com)<br />

explica que un 56 % de las familias se declaran partidarias de su uso, un 36 %<br />

contrarias y un 7% indifer<strong>en</strong>te. De <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es aceptan su utilización, el 69 %<br />

son hombres y el 31 % mujeres. El 54 % de <strong>los</strong> padres y madres con hijos/as<br />

m<strong>en</strong>ores de 14 años les han comprado <strong>videojuegos</strong> <strong>en</strong> algún mom<strong>en</strong>to. El 77 % de<br />

<strong>los</strong> padres y madres se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong> tranqui<strong>los</strong> mi<strong>en</strong>tras <strong>los</strong> niños/as juegan. El 56 %<br />

prefier<strong>en</strong> que sus hijos/as se distraigan con el ord<strong>en</strong>ador antes de estar jugando sin<br />

control <strong>en</strong> la calle. El 77% cre<strong>en</strong> que favorec<strong>en</strong> la competitividad, el 76 % que<br />

desarrollan la agilidad m<strong>en</strong>tal, el 53 % que ayudan a apr<strong>en</strong>der idiomas, el 49 %<br />

que pot<strong>en</strong>cian la creatividad y el 45 % que ayudan a mejorar <strong>los</strong> conocimi<strong>en</strong>tos<br />

informáticos. Pero casi todos y todas son unánimes al afirmar que deb<strong>en</strong> increm<strong>en</strong>tar<br />

su at<strong>en</strong>ción sobre <strong>los</strong> <strong>videojuegos</strong> que utilizan sus hijos/as (95%) y que es<br />

necesaria la regulación ética de <strong>los</strong> cont<strong>en</strong>idos (90%), aunque sólo la mitad (el<br />

47%) cree necesario erradicar la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong> <strong>los</strong> argum<strong>en</strong>tos, imág<strong>en</strong>es y sonidos,<br />

a pesar de que se muestran escépticos ante la posibilidad de regular la viol<strong>en</strong>cia<br />

con eficacia (45%).<br />

Pero no podemos considerar estos datos sin t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>los</strong> cambios sociales<br />

que se han producido <strong>en</strong> nuestra cultura <strong>en</strong> <strong>los</strong> últimos tiempos. Se ha reducido el<br />

número de miembros <strong>en</strong> la familia (hermanos, y hermanas, abue<strong>los</strong>…), <strong>en</strong> la actualidad<br />

suele existir mayoritariam<strong>en</strong>te un numero muy bajo de hermanos/as, reduciéndose<br />

las redes de apoyo familiar. También ha cambiado el lugar de resid<strong>en</strong>cia<br />

de la mayoría de la población, pasando de un ambi<strong>en</strong>te rural mayoritario a un<br />

<strong>en</strong>torno urbano, lo cual modifica la utilización y posibilidades del tiempo de ocio.<br />

El mercado se ha convertido <strong>en</strong> el gran regulador del consumo <strong>en</strong> función de la<br />

oferta y la demanda. Es el sujeto individual qui<strong>en</strong> ha de decidir qué es bu<strong>en</strong>o y qué<br />

es malo. Se ha pasado de una regulación social a la “libertad de mercado”. Y<br />

cuando hay m<strong>en</strong>ores la responsabilidad se dice que recae solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>los</strong> padres<br />

y madres para decidir qué deb<strong>en</strong> consumir sus hijos e hijas y qué no.<br />

La difer<strong>en</strong>cia <strong>sexual</strong> <strong>en</strong> el análisis de <strong>los</strong> <strong>videojuegos</strong><br />

405<br />

El problema es que se les pide una responsabilidad individual a las familias sin un<br />

soporte colectivo que sustituya a la regulación social anterior. Si actualm<strong>en</strong>te<br />

están <strong>en</strong> crisis <strong>los</strong> valores, <strong>los</strong> <strong>en</strong>foques sobre lo que es bu<strong>en</strong>o y malo son múltiples<br />

y dispersos, si no hay una formación para ser padre o madre ni para consumir, si el<br />

tiempo que se puede dedicar a educar es tan escaso debido a las condiciones laborales<br />

<strong>en</strong> que se ti<strong>en</strong>e que trabajar, si nuestros conocimi<strong>en</strong>tos sobre las nuevas<br />

tecnologías son tan escasos y superados por <strong>los</strong> de nuestros hijos e hijas, si <strong>los</strong><br />

grandes medios de educación y de creación de m<strong>en</strong>talidades y modas son <strong>los</strong> ‘mass<br />

media’, cómo se les puede exigir a las familias que se conviertan <strong>en</strong> filósofas sobre

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!