Universidad Alberto Hurtado

IV.2. Historia del Morro de Cavalão
El último Censo Demográfico (IBGE 2000) registró que el Morro de
Cavalão tenía 731 domicilios y su población ascendía a las 2.330 personas.
Según los registros del Centro de Salud de la comunidad, en la actualidad
existen alrededor de 900 domicilios, distribuidos en tres sectores (18-19-20)
con una población que ronda los 3.000 habitantes.
Como casi todos los asentamientos “ilegales” del país, la favela Morro de
Cavalão no cuenta con registros oficiales que permitan reconstruir su historia
y evolución, ya que estos asentamientos fueron “ignorados” por los municipios
hasta la década del ´60. Por ello, hemos recurrido a los moradores para
reconstruir los aspectos más relevantes de la comunidad.
Joan Cabral, es un “personaje” reconocido por todos en la comunidad y con
fama de buen conversador. Intentará reconstruir su pasado pero muchas
veces confundirá fechas y acontecimientos. Su profesión lo hace un morador
particular, ya que es jubilado de la Policía Militar “jamás salí de mi casa, ni
entré al morro con el uniforme… si hasta hay vecinos que ni saben que fui
toda mi vida policía”. Según Joan, que es además uno de los más antiguos
moradores de Cavalão, los orígenes de la comunidad pueden remontarse a
más de 60 años. Joan tiene actualmente 72 años de edad, y ha vivido
ininterrumpidamente en la comunidad desde sus 10 años. Recuerda la llegada
al Morro como un pasaje traumático en su vida: su madre había perdido el
trabajo, debido a que había contraído una enfermedad y luego de unos meses
era abandonada por su marido. Sin lugar donde vivir y ante la imposibilidad
de conseguir un trabajo estable, por su estado de salud, él y su madre son
acogidos por un familiar en el morro.
En “esos años el morro todavía estaba cubierto de árboles y no había nada…
Vivían muy pocas familias, ni caminos para subir habían.”
Nos cuenta que los terrenos de la actual comunidad pertenecían a dos o tres
familias adineradas, pero como no vivían allí los primeros habitantes pudieron
establecerse sin mayores dificultades, aunque recuerda que los “dueños”
llegaban de cuando en cuando y sólo se establecían por un tiempo más
prolongado en el verano.
Otros moradores también identifican los orígenes de la comunidad, como un
asentamiento pequeño, conformado por un núcleo de familias que vivían sin
ninguna infraestructura y sin ningún tipo de servicios. “Éramos unas pocas
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