Universidad Alberto Hurtado
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la comunidad en que se desarrollan. De forma que por gestión del territorio<br />
entenderemos gestión de los espacios, y por gestión de los espacios, gestión<br />
del Espacio Público 60 . Hecha esta homologación, se debe comprender que a<br />
continuación cuando se habla de gestión del espacio público, se está hablando<br />
indistintamente de gestión del territorio y así viceversa.<br />
La gestión del territorio o de los espacios públicos, es fundamental en<br />
las políticas de intervención de los sectores marginales o de bajos ingresos. Ya<br />
que por lo general los habitantes de estos asentamientos carecen de lugares de<br />
encuentro privados (clubes, centros comerciales, estadios, etc.) que permitan<br />
una interacción social entre ellos; o de la fuerza económica, simbólica o<br />
política para adueñarse parcial o totalmente de un espacio público como ha<br />
ocurrido en algunos sectores de residencia de gente más acomodada 61 .<br />
En este sentido los espacios públicos a nivel barrial juegan un papel mucho<br />
más determinante que a nivel general. Ya que su proximidad con los<br />
residentes les da una atribución única e insustituible. Sobretodo si tenemos<br />
en cuenta la función, casi exclusiva, de lugar de mayor encuentro cotidiano<br />
por carencia de acceso a otros espacios. Como señala Segovia y Oviedo, el<br />
espacio público del barrio está compuesto por el entorno de las residencias, al<br />
cual los vecinos pueden acceder a pie diariamente. Se trata de un espacio<br />
familiar, de pequeña dimensión urbana, de jerarquía intracomunal, que tiene<br />
un valor simbólico para un grupo reducido de personas —los vecinos y<br />
vecinas—; un dominio donde se reconocen las particularidades, la<br />
especificidad de los valores y normas de comportamiento de grupos sociales<br />
particulares de la ciudad 62 . Por su dimensión, el espacio público físico de los<br />
barrios es el lugar para conocerse cara a cara, para acciones cuyo móvil es el<br />
afecto, el encuentro, la recreación cotidiana siendo además el único lugar<br />
donde se da una vida social fuera del trabajo). Por tanto, el espacio “material y<br />
simbólico” para reconocerse como habitantes de un mismo territorio y como<br />
60 La siguiente homología es posible, si se sigue la línea teoría que desarrollamos en la conceptualización del<br />
concepto de espacio público, donde este se presenta como el lugar de convergencia e intercambio por<br />
excelencia de la vida urbana. De tal forma que el espacio urbano pasa a constituir la esencia misma de la<br />
ciudad o de la vida en comunidad.<br />
61 Refiriéndonos con esto a la apropiación de espacios públicos, como calles, playas, áreas verdes, etc, por<br />
medio de barreras o seguridad privada, que limitan el ingreso libre a personas que no cumplan con las<br />
características socioculturales esperadas para dicho sector.<br />
62 Olga Segovia y Enrique Oviedo, Espacios públicos en la ciudad y el barrio, SUR, Corporación de Estudios<br />
Sociales y Educación, Capitulo 3, Pág. 53.<br />
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