Universidad Alberto Hurtado

• La falta de inclusión de los jóvenes: No existen en la actualidad en la
comunidad, políticas publicas ni acciones informales destinadas a integrar
activamente a los jóvenes a las redes comunitarias existentes. Punto que
también hemos desarrollado a lo largo del informe. Este resulta ser un
factor muy importante, ya que son los jóvenes los únicos capaces de
garantir en el largo plazo el éxito de una intervención. De esta manera una
gran parte de la población queda relegada de los espacios y al margen de
los acontecimientos importantes de la comunidad, negándosele así la
posibilidad de construir imágenes identitarias fuertes, sobre todo aquellas
relacionadas con el territorio y las redes locales.
• Ausencia de moradores con liderazgo y capacidad movilizadora: Siendo tal
vez posible ubicar en la categoría de líder barrial o comunal al presidente
de la Asociación, se observa en la favela una ausencia de actores
individuales y grupales con capacidad para liderar y por lo tanto coordinar
acciones y proyectos en mediano y largo plazo. Se torna necesario la
implementación de talleres y cursos que apunten al reforzamiento y
desarrollo de las habilidades de liderazgo y conducción de grupos sociales.
• La “indefinición” del tipo de policiamiento: el carácter mixto de su accionar
entre policía comunitaria/tolerancia cero, que por definición entran en
contradicción, puede comenzar a operar como un factor desestabilizante a
la hora de mantener el éxito de la intervención. Ya que muchos de sus
logros están basados en el respeto y el reconocimiento por parte de los
moradores para el actual accionar policial, pero si esta no está definida en
función de un lineamiento institucional que garantice su continuidad más
allá del “Capitán” a cargo, el apoyo casi unánime de la población con el que
hoy se cuenta, podría revertirse ante cualquier incidente. Ya que este
apoyo o su aceptación está directamente ligado al éxito en el derrocamiento
del las bandas criminosas y su capacidad para mantener el orden actual.
Esta indefinición podría permitir que cuando los funcionarios a cargo
cambien, lo hagan también sus prácticas, o los lineamientos generales de
acción, afectando directamente el proceso de intervención en la
comunidad. Por último, este comportamiento mixto, impide que la Policía
asuma su responsabilidad en la parte de “empoderar” a la comunidad. Es
decir, de transmitirle por medio del las prácticas y el discurso la certeza de
que son ellos juntos a la comunidad los que logran la coproducción de la
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