Mis Memorias

que unas panochitas uh… rete sabrosas eh… el garbanzo se hacía un atole de garbanzo,
también que sabroso, nadie compraba comida en las fondas, uh… no el que compraba en las
fonditas eran las personas que tenían dinero que se daban el lujo de ir a comprar uno, nada.
Pero acá entre gente amoladona no nos podíamos dar ese lujo, porque por ejemplo una
comidita salía muy cara y con aquel dinero se podía sostener unos tres días, si por que como
decíamos el frijol lo cosechaba uno, los chilitos a veces también los juntaba uno. Solamente se
compraba la mantequita si se fría unos frijolitos, por eso si se iba a comprar para una familia
de unos seis, cuatro siete, pues con eso se mantenía uno en la semana. Pues es que no se
podían dar el lujo, porque se gastaba y no había manera de gastarse ese dinero. Y cuando nos
enfermábamos eh… había la boticas, regularmente había unas boticas, principalmente había
un señor, me acuerdo todavía de el (sonriendo) que yo vivía, cuando me ponía malo, mi
mamá decía pues vamos a llevarte con Manuel el boticario, ese señor se llamaba Manuel, y
ese hombre pues gracias a Dios le dio el conocimiento de saber de medecina. Tenía su botica
y la gente acudía mucho con él a la manera de consulta, normalmente le llevaban a los niños
que tenían esto y esto (movimiento de manos). El no cobraba, solo era la venta de medecina,
ya él lo miraba, lo checaba y que cuando empezó y todo, ya el luego decía mira… ten le voy a
dar esto y esto ya solo cobraba lo de la medecina. Antes o después de ir con él o no había la
necesidad de ir con él, pues las mamás conocían mucho de las hierbitas, por medio de las
comadres, la vecina, la parienta, pues se platicaban, pues cósele esto, úntale esto y ya este…
haciéndole la lucha este había veces que si tocaba la de malas que no funcionaban loas tés.
Cuando ya miraban que los niños no se mejoraban iban con el boticario, el de la botica, el
doctor. Casi no me acuerdo yo que me haya enfermado. Casi no había doctores y si cobraban
mucho pues este la necesidad porque como decíamos ya después que les untaban que unas
pomaditas o que le daban unas hierbitas a tomar eh… o que eh… que un tomatico caliente en
la garganta que hora en la espalda, que tenía fiebre y si no había remedio pues e iba con el
boticario, esa era la manera de salir adelante. Talvez por la edad mía o la poca población que
había gente de mi edad no me daba yo cuenta los muertos, de tanta cosa que hay hora. No
ahora ya hay tantas enfermedades que de esto, que de aquello, no se diga ya ahorita aparte
de lo que es el desde… el este… el mosquito el dengue, que ya están sacando quien sabe que
esta enfermedad, pues si es más aquí nosotros conocemos el dengue como el sancudo y yo
que mi trabajo es en el campo que ahorita voy para allá, eh… así muchos (movimientos con la
mano) sancudos y ¿cuantos no me han picao? Dios me ha dado la licencia de ser fuerte, Dios
me ha dado la licencia y me ha protegido, de que los animales que me han picao no están
infectaos, porque si lo estuvieran si me hubiera infectao y este… no estoy hablando de uno o
de que dos, allá en la noche donde estoy en el campo, ya cuando me quedo dormido cual