EL MUNDO hOy. GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD. UN IMPERATIVO ...

INTERNAcionaLIZACIÓN Y CAPITAL HUMANO
En segundo lugar, la mayor complejidad de la gestión de los expatriados
queda reflejada en los grupos de empleados adicionales que
deben tomarse en consideración. Además de las habituales categorías de
clasificación de los empleados que se encuentran en el contexto doméstico
(e.g., cuellos blancos frente a cuellos azules, directivos frente a no
directivos, empleados nucleares frente a periféricos, etc.), en el contexto
internacional los empleados pueden clasificarse también de acuerdo
con su nacionalidad. Por ejemplo, algunos estudios analizan el impacto
negativo que la (elevada) compensación de los expatriados tiene sobre
las actitudes y percepciones de los empleados locales (e.g., Bonache et
al., 2009; Chen et al., 2001; Toh y DeNisi, 2003). Otros (e.g., Ang et
al., 2003; Paik et al., 2007) se centran en las variables que facilitan las
relaciones interpersonales entre locales y expatriados.
En tercer lugar, la mayor complejidad que conlleva la gestión de los
expatriados resulta patente si se toman en consideración los comportamientos
que se esperan de estos empleados. Así pues, la gran mayoría de
los estudios de esta categoría se centran en las cuestiones relacionadas
con el ajuste intercultural de los expatriados (e.g., Bhaskar-Shrinivas et
al., 2005; Breiden et al., 2008; Caligiuri y Lazarova, 2002; Takeuchi et
al., 2007), cuestiones que no suelen aparecer en la agenda de la gestión
doméstica de RRHH.
Finalmente, la complejidad añadida asociada con la gestión de expatriados
queda reflejada en los determinantes de los comportamientos esperados.
Efectivamente, además de los determinantes de tipo individual
y organizativo comunes también al contexto doméstico, los estudios
revisados se han centrado en otras variables del entorno que pueden influir
sobre el desempeño del expatriado, tales como la distancia cultural
del país de destino (e.g., Selmer, 2002; Van Vianen et al., 2004).
Si los estudios sobre los usos planificados de las AI se basan principalmente
en enfoques económicos, en esta segunda categoría de estudios
prevalecen las teorías socio-psicológicas. Esto parece lógico si
se considera que las variables que se estudian están relacionadas con
iniciativas y resultados individuales. Solo uno de los trabajos revisados
(Yan et al., 2002) combina las perspectivas socio-psicológica (i.e., teoría
del contrato psicológico) y económica (i.e., modelo de agencia). Merece
la pena señalar que muchos de los trabajos de esta categoría están orientados
a la construcción de teoría (e.g., Bennet et al., 2000; Mendenhall
and Stahl, 2000; Mezias and Scandura, 2005; Toh and DeNisi, 2003;
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