EL MUNDO hOy. GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD. UN IMPERATIVO ...

INTERNAcionaLIZACIÓN Y CAPITAL HUMANO
6.2. Formación e idiomas
Las características que se acaban de enumerar deben ser desarrolladas
en el personal que actualmente forma parte de los grupos constructores
o ser contratado externamente a la organización, recomendándose
siempre que sea posible el primer camino. Para ello, es necesario definir
programas de formación que refuercen las habilidades en todos estos
terrenos.
Especial hincapié debe hacerse en el tema de los idiomas, por ser
una asignatura pendiente en muchas personas de nuestro país. Bien es
cierto que uno de nuestros mercados naturales es Latinoamérica; pero,
las actividades ya se han extendido a muchos más países que hablan
otras lenguas, principalmente el inglés, y que la globalización obliga a
contactar con terceros países para otro tipo de funciones: fuentes de
financiación, regiones proveedoras de materias primas y materiales globales,
aseguradoras que actúan en otros países…
6.3. Gestión internacional
Desde el punto de vista de las direcciones de RRHH también hay
mucho camino que recorrer y grandes retos que abordar. La terrible
bajada de actividad en nuestro país, unida al incremento de proyectos
en otros países, provoca un desbalance en los recursos que complica
tremendamente su gestión. Aunque es cierto que se dan movimientos
de personas desde España a estos países y proyectos, está claro que no
puede producirse un deslizamiento total de personal de nuestro país
para cubrir esas necesidades, tanto por presión de costes para ser competitivos
como por necesidad de tener recursos locales que entiendan las
peculiaridades de esos países.
Precisamente el tema de los expatriados es un tema recurrente en
todas las organizaciones, por lo delicado de su tratamiento y porque muchas
veces se necesitan personas de confianza en posiciones clave. Sin
embargo, estas personas tienen que tener encargo claro de estabilizar el
negocio con personal local de confianza en aquellos países en los que se
tenga una clara vocación de permanencia, para que en el medio plazo
se puedan desarrollar filiales con personal local y mínima presencia de
expatriados, como ocurre en las grandes corporaciones globales de otros
sectores.
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