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COLABORACIONES
• Que el desplazamiento a territorio
español se produzca como consecuencia
de un contrato de trabajo.
Este requisito se entiende cumplido
cuando la relación laboral se inicie
directamente con un empleador en
España, o bien, cuando el desplazamiento
sea ordenado por su empleador
y exista una carta de desplazamiento
por parte de éste.
• Que el trabajo se realice efectivamente
en España. Esta condición se
entiende cumplida aunque parte del
trabajo se desarrolle en el extranjero,
siempre que las retribuciones percibidas
por los trabajos realizados en
el extranjero no superen, con carácter
general, el 15 % del total de las
retribuciones del trabajo. No obstante,
este porcentaje se eleva al 30 %
en el supuesto de que el desplazado
asuma funciones en otras empresas
del grupo.
• Que dichos trabajos se realicen para
una empresa o entidad residente en
España o para un establecimiento
permanente situado en España de
una entidad no residente en territorio
español. Se entiende cumplida esta
condición cuando los benefi cios redunden
en favor de las empresas,
entidades o establecimientos permanentes
situados en España.
• Que los rendimientos del trabajo que
se deriven de dicha relación laboral
no estén exentos de tributación por
el IRNR.
En relación con lo expuesto, cuando
una persona desplazada cumpla
los citados requisitos, puede optar por
tributar por el impuesto que más le convenga:
(i) IRPF, por el total de sus rentas
mundiales a una escala progresiva del
24 % al 43 % o, (ii) IRNR, por sus rendimientos
obtenidos en España a un tipo
fi jo, con carácter general, del 24 %.
En principio y por lo general, el
presente régimen fi scal va a resultar
mucho más favorable al personal expatriado,
puesto que, normalmente,
las únicas rentas que perciben en España
son los rendimientos del trabajo.
Estos rendimientos suelen corresponderse
con salarios elevados, por lo
que resultará más benefi cioso tributar
a un tipo fi jo del 24 % que atender a
la escala progresiva determinada en
el IRPF. Para la aplicación del referido
régimen debe ejercitarse la opción
de tributación por el mismo, mediante
una comunicación a la Administración
Tributaria en el plazo de seis meses
desde la fecha de inicio de actividad
que conste en el alta de la Seguridad
Social en España, o bien en la documentación
que le permita, en su caso,
el mantenimiento de la legislación de
la Seguridad Social de origen. De esta
manera, y una vez concedido, el citado
régimen especial se hará efectivo en el
primer periodo impositivo en el que el
contribuyente adquiera la residencia
fi scal y durante los cinco períodos impositivos
siguientes, excepto renuncia
o exclusión del mismo.
Asimismo, los contribuyentes que
opten por la aplicación de este régimen
especial tributarán en el Impuesto
del Patrimonio por obligación real, es
decir, por su patrimonio localizado en
España.
Régimen fiscal para los trabajos
efectivamente realizados en el
extranjero
Junto al régimen fi scal que acabamos
de analizar, la normativa fi scal
española vigente contempla también
ciertas ventajas para los contribuyentes
residentes en España que realizan
trabajos en el extranjero.
La Ley 35/2006, de 28 de diciembre,
del Impuesto sobre la Renta de
las Personas Físicas y de modifi cación
parcial de las leyes de los Impuestos
sobre Sociedades, sobre la Renta
de no Residentes y sobre el Patrimonio
establece una exención de hasta
60.100 euros sobre los rendimientos
del trabajo percibidos por trabajos
prestados en el extranjero, siempre
que se cumplan las siguientes condiciones:
• Que los rendimiento correspondan a
trabajos efectivamente realizados en
el extranjero.
• Que dichos trabajos se realicen para
una empresa o entidad no residente
o un establecimiento no permanente
radicado en el extranjero.
• Que en el territorio en el que se realicen
los trabajos se aplique un impuesto
idéntico o análogo al IRPF
español.
• Que el territorio en el que se realicen
los trabajos no haya sido califi cado
como paraíso fi scal.
Esta opción es incompatible con el
régimen de excesos, también recogido
en la citada norma. El referido régimen
permite que queden exentos de tributación
los excesos que perciban los empleados
desplazados al extranjero
sobre las retribuciones totales que
obtendrían por sueldos y demás complementos
en el supuesto de hallarse
destinados en España.
Asimismo, para las rentas obtenidas
en el extranjero, a las que no
resulte de aplicación la exenciones
comentadas, podrá aplicarse, con carácter
general, la deducción por doble
imposición internacional.
En este sentido, cuando el contribuyente
haya percibido rendimientos
del trabajo sujetos a tributación en el
extranjero, podrá deducirse de su cuota
del IRPF el importe satisfecho en
el extranjero sobre dichas rentas. No
obstante lo anterior, habrá que atender
a lo dispuesto en los Convenios de
Doble Imposición suscritos por España.
Por todo lo expuesto, España es
considerado como uno de los destinos
más atractivos para las empresas que
deciden desplazar a sus trabajadores,
debido al favorable trato fi scal que reciben.
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