Implementacion-de-parquimetros_condesa_baja

1. Introducción: los parquímetros como estrategia
de movilidad y espacio público
Una parte importante de la problemática de movilidad de la colonia Hipódromo tiene su
origen en el desplazamiento hacia el poniente y sur de la ciudad de los centros de actividad
económica que anteriormente y hasta mediados del siglo XX se ubicaron en las calles del
primer cuadro de la ciudad. La migración de actividades económicas hacia el sur poniente
ha constituido con el tiempo un corredor de desarrollo cuyo eje va del centro de la ciudad
hasta Periférico Sur a lo largo de la Av. Insurgentes. La conformación de dicho corredor y
la alta concentración de infraestructura y equipamiento urbano que ha gozado la colonia
desde el inicio han presionado desde los años setenta los usos de suelo preponderantemente
habitacionales y la ha convertido en la actualidad en una de las zonas de mayor dinamismo
económico de la ciudad.
A raíz del trágico terremoto de 1985, la colonia sufrió despoblamiento. Hacia finales de
los años noventa e inicios del milenio con la entrada en vigor del Bando 2, la delegación
Cuauhtémoc y en concreto las colonias Hipódromo, Condesa e Hipódromo Condesa
reiniciaron un proceso inmobiliario que ha traído nuevos comercios, oficinas, centros de
entretenimiento y viviendas. Sin embargo, a pesar de los incentivos al desarrollo urbano
de estas zonas no se hicieron los cambios necesarios en la gestión del estacionamiento
que permitieran mitigar la nueva demanda de lugares de estacionamiento que se
estaba gestando.
La colonia Hipódromo ha quedado expuesta a una alta demanda de estacionamiento,
principalmente debido al crecimiento del número de trabajadores que todos los días
ocupan los cajones de estacionamiento en las calles y a la gratuidad en el uso del espacio
público para estacionamiento. Los automovilistas incluso se estacionan en doble fila,
invadiendo las banquetas y accesos peatonales por un tiempo prolongado. Se ha relegado
a los residentes y visitantes de corta estancia a segundo término, obligándolos a invertir
mucho tiempo en encontrar acomodo para su auto.
Entre las consecuencias negativas de la alta demanda de estacionamiento se encuentra un
incremento en la congestión de la zona, que aumenta la emisión de gases contaminantes y
reduce la seguridad vial para peatones y ciclistas. Otra consecuencia ha sido la alimentación
del mito sobre la necesidad de construir o generar nuevos espacios de estacionamiento
fuera de la vía pública.
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