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Enfoques institucionales teóricos <strong>de</strong>l bicameralismo y <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto aplicado a tres<br />

países en perspectiva comparada: <strong>Argentina</strong>, Brasil y Chile<br />

Bevilacqua Victor<br />

.<br />

Los estudios institucionales versaron en distintos objetos estudios. Entre ellos citamos el<br />

<strong>de</strong>bate presi<strong>de</strong>ncialismo y parlamentarismo en Latinoamérica, estudios concentrados en las<br />

coaliciones <strong>de</strong> gobierno, las crisis <strong>de</strong> gobernabilidad, gobiernos divididos, sistemas<br />

electorales, formación <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> partidos, entre otros. Un nuevo acento en los<br />

estudios institucionales fueron en torno al bicameralismo y la concepción <strong>de</strong> veto player <strong>de</strong><br />

Goerge Tsebelis. Des<strong>de</strong> el enfoque <strong>de</strong>l neo institucionalismo la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> veto player<br />

<strong>de</strong>sato una gran gama <strong>de</strong> <strong>de</strong>bates y análisis en las instituciones. Al mismo tiempo la postura<br />

critica <strong>de</strong> Linz (1989) al presi<strong>de</strong>ncialismo <strong>de</strong>finió en la ciencia política un gran interés en<br />

estudiar las instituciones presi<strong>de</strong>nciales (Valenzuela, 1989; Stepan y Skach, 1994) y<br />

discutir la critica <strong>de</strong> Linz (Mainwaring y Shugart, 1994, 1997; Deheza, 1997; Shugart,<br />

2001) El <strong>de</strong>bate teórico en torno al institucionalismo <strong>de</strong> G. Tsebelis aun tiene un largo<br />

trecho por recorrer.<br />

El presente trabajo <strong>de</strong>scribe un recorrido <strong>de</strong>l marco teórico <strong>de</strong> análisis institucional<br />

haciendo un extenso recorrido <strong>de</strong> autores. Los objetos <strong>de</strong> estudio se concentran en el<br />

funcionamiento <strong>de</strong>l bicameralismo, el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto, las coaliciones <strong>de</strong> gobierno, la<br />

presi<strong>de</strong>ncia, la legislatura en la aplicación <strong>de</strong> tres casos ejemplificadores. Los países<br />

seleccionados son <strong>Argentina</strong>, Brasil y Chile. El trabajo se encuentra divido en dos partes.<br />

La primera se enmarca en el análisis teórico <strong>de</strong> las instituciones y el recorrido extenso <strong>de</strong><br />

autores y la segunda parte se concentra en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong> los tres países<br />

mencionados. Ambas partes se divi<strong>de</strong>n a su vez en subtítulos indicados en el transcurso <strong>de</strong>l<br />

trabajo. Finalmente, una conclusión a modo <strong>de</strong> cierre.<br />

Marco Teórico <strong>de</strong>l análisis institucional<br />

Po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto, cámaras legislativas y bicameralismo<br />

1


Este trabajo reconoce en Tsebelis la <strong>de</strong>uda <strong>de</strong>l marco teórico. El enfoque reconoce la<br />

importancia <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r judicial y la estabilidad <strong>de</strong>l gobierno en un sistema presi<strong>de</strong>ncial. El<br />

autor diseño su mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> análisis para la política comparada en distintos regimenes ya<br />

sean presi<strong>de</strong>ncialistas o parlamentaristas; bicamerales o unicamerales. El trabajo que se<br />

presenta aquí se concentra en los sistemas presi<strong>de</strong>nciales con bicameralismo acor<strong>de</strong> al<br />

diseño <strong>de</strong> frenos y contrapesos. El marco teórico posee el concepto <strong>de</strong> Veto player (actor <strong>de</strong><br />

veto). La <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l autor es que “Un actor <strong>de</strong> veto es un actor individual o colectivo<br />

cuyo acuerdo es requerido para tomar una <strong>de</strong>cisión política” y “un actor <strong>de</strong> veto es<br />

cualquier actor –institucional o partidario- que pue<strong>de</strong> obstaculizar la adopción <strong>de</strong> una<br />

política” (Tsebelis, 1998; 293 y 307). Teniendo en cuenta que a mayor cantidad <strong>de</strong> actores<br />

<strong>de</strong> veto mayor estabilidad en las políticas. Otro aspecto que <strong>de</strong>fine el autor es la lógica “<strong>de</strong><br />

los procesos <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones políticas es tal que, para que ocurra un cambio <strong>de</strong>l status<br />

quo en particular, un numero <strong>de</strong> actores <strong>de</strong> veto <strong>de</strong>ben estar <strong>de</strong> acuerdo con él. Según esta<br />

perspectiva, solo importan tras características <strong>de</strong> los actores <strong>de</strong> veto: el numero <strong>de</strong> actores<br />

<strong>de</strong> veto, su congruencia y su cohesión” (Tsebelis, 1998: 321) Los actores institucionales<br />

son aquellos con po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto. Tsebelis remarca que los presi<strong>de</strong>ntes pue<strong>de</strong>n ser<br />

consi<strong>de</strong>rados fuertes y carecer <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto (Francia, Finlandia, Venezuela, Haití,<br />

Perú). Los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto en los presi<strong>de</strong>ntes son condiciones expresadas por intermedio <strong>de</strong><br />

las leyes y las constituciones. Los actores partidarios son idiosincráticos que varían según la<br />

política. Estos actores son difíciles <strong>de</strong> clasificar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Tsebelis. La<br />

perspectiva <strong>de</strong> este trabajo propone que si bien los actores partidarios son difíciles <strong>de</strong><br />

clasificar y <strong>de</strong> medir (Tsebelis, 1998). La acción <strong>de</strong> estos actores con su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto<br />

genera visibilidad en el resultado <strong>de</strong> sus actos.<br />

Matthew Shugart <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva similar <strong>de</strong>fine a los actores <strong>de</strong> veto <strong>de</strong> esta forma:<br />

“cuando nos referimos a actores con po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto aludimos a un actor especifico –por<br />

ejemplo, una persona u organización que pueda consi<strong>de</strong>rarse unitaria- que ocupa una<br />

instancia <strong>de</strong> veto” (Shugart, 2001, p 156) A continuación <strong>de</strong>sarrollaremos la presi<strong>de</strong>ncia<br />

como po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto y la legislatura como po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto para Shugart teniendo en cuanta<br />

que en este trabajo como se a<strong>de</strong>lanto se efectuara un mayor hincapié en <strong>Argentina</strong>, Brasil y<br />

Chile. El presi<strong>de</strong>nte elegido constitucionalmente en América Latina es un actor <strong>de</strong> veto. Por<br />

2


supuesto, existen presi<strong>de</strong>ntes con po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto frágiles y otros fuertes. Los presi<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong>tentan los siguientes po<strong>de</strong>res: Veto, <strong>de</strong>cretos, competencias <strong>de</strong> políticas reservadas e<br />

iniciativa presupuestaria extraordinaria. Al contrario en la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Estados Unidos<br />

solo existe la capacidad para vetar la legislación. Esto nos da una i<strong>de</strong>a general <strong>de</strong> las<br />

diferencias en los frenos y contrapesos <strong>de</strong> los presi<strong>de</strong>ncialismos latinoamericanos en<br />

comparación con los Estados Unidos. Los mecanismos institucionales <strong>de</strong>l veto hacen<br />

necesario en distintos países un porcentaje <strong>de</strong> apoyo legislativo para anularlo tal cual dicta<br />

las constituciones <strong>de</strong> los países. Los casos <strong>de</strong> <strong>Argentina</strong>, Bolivia, Chile, El Salvador,<br />

Guatemala, Panamá y Rep. Dominicana es necesario los 2/3 <strong>de</strong>l legislativo para anularlo.<br />

Los casos <strong>de</strong> Brasil, Colombia, Nicaragua, Paraguay y Uruguay es necesario para anularlo<br />

el 50% + 1. La expedición <strong>de</strong> <strong>de</strong>cretos es comprendida como actos inherentes al Ejecutivo<br />

<strong>de</strong> cualquier país y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ya existen distintos tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cretos. Nos concentraremos en los<br />

<strong>de</strong>cretos con capacidad <strong>de</strong> implantar leyes nuevas sin consentimiento previo <strong>de</strong>l legislativo.<br />

Los casos <strong>de</strong> <strong>Argentina</strong> y Brasil el Presi<strong>de</strong>nte pue<strong>de</strong> emitir <strong>de</strong>cretos legalmente sin previa<br />

<strong>de</strong>legación parlamentaria extendiéndose a distintas áreas <strong>de</strong> políticas. Por supuesto existen<br />

restricciones constitucionales. En Chile el <strong>de</strong>creto es restricto. La competencia <strong>de</strong> política<br />

reservada se encuentra en algunas constituciones latinoamericanas. La facultad permite al<br />

Presi<strong>de</strong>nte mantener el statu quo no promoviendo un proyecto <strong>de</strong> ley. Tal facultad impi<strong>de</strong><br />

los intentos <strong>de</strong> cambios <strong>de</strong>l statu quo por el Congreso. La <strong>Argentina</strong> carece <strong>de</strong> esta facultad<br />

al contrario <strong>de</strong> Brasil y Chile con la salvedad <strong>de</strong> que el Congreso pue<strong>de</strong> reformar<br />

libremente. Normalmente los presi<strong>de</strong>ntes hacen uso <strong>de</strong> esta facultad para tratar temas<br />

vinculados al presupuesto público, Fuerzas Armadas, distintas leyes, etc. La iniciativa<br />

presupuestaria se refiere a la capacidad <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo <strong>de</strong> presentar los proyectos <strong>de</strong><br />

ley <strong>de</strong> los presupuestos anuales. Los casos <strong>de</strong> Brasil y Chile limitan al Congreso en su<br />

participación en la elaboración <strong>de</strong>l presupuesto. Aun así los legislativos pue<strong>de</strong>n efectuar<br />

que el po<strong>de</strong>r ejecutivo anticipe las preferencias legislativas durante la preparación <strong>de</strong>l<br />

proyecto. La <strong>Argentina</strong> carece <strong>de</strong> tal facultad.<br />

País<br />

Po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Veto Decreto<br />

Política reservada Presupuesto<br />

<strong>Argentina</strong><br />

2/3 para anular<br />

restricción –<br />

ninguna<br />

ninguna<br />

Brasil<br />

50% +1 anular<br />

restricción –<br />

legislativo pue<strong>de</strong> reformar<br />

restricciones<br />

en<br />

Chile<br />

2/3 para anular<br />

restricto<br />

enmiendas<br />

3


Datos extraídos <strong>de</strong> Shugart (2001) (restricción- significa restricción mínima constitucional)<br />

Otra perspectiva en torno al po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto se concentra en las funciones y el accionar <strong>de</strong><br />

los sistemas bicamerales <strong>de</strong> América Latina teniendo en cuenta en que el bicameralismo<br />

funcione en su mejor expresión es necesario un sistema fe<strong>de</strong>ral. En especial se hace<br />

hincapié en la importancia <strong>de</strong>l senado. Detlef Nolte siguiendo a Tsebelis argumenta que la<br />

perspectiva neo institucional <strong>de</strong> los senados actúa como veto player y propone que la<br />

existencia <strong>de</strong> una segunda cámara favorece el status quo y retrasa el cambio político. Nolte<br />

aboga por el concepto <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> veto <strong>de</strong>sarrollado por André Kaiser que a diferencia <strong>de</strong>l<br />

concepto <strong>de</strong> Tsebelis el punto <strong>de</strong> veto se refiere a la capacidad <strong>de</strong> influencia o bloqueo y no<br />

un accionar mecánico según el autor (Nolte, 2003). La segunda cámara se convierte en una<br />

arena <strong>de</strong> negociaciones y la capacidad <strong>de</strong> bloqueo <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> las atribuciones<br />

constitucionales y la distribución <strong>de</strong> los partidos. El autor indica que la “variación en el<br />

funcionamiento <strong>de</strong> las segundas cámaras en los sistemas bicameral se <strong>de</strong>be a las<br />

características que adquieran las siguientes estructuras institucionales o ejes institucionales.<br />

Las que, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> su labor, pue<strong>de</strong>n potenciar o reprimir la función <strong>de</strong> las segundas<br />

cámaras como punto <strong>de</strong> veto en los sistemas bicamerales <strong>de</strong> América Latina” (Nolte, 2003)<br />

Los atributos que el autor propone a tener en cuenta son:<br />

• La fuerza <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo: se <strong>de</strong>be averiguar si se trata <strong>de</strong> un presi<strong>de</strong>ncialismo<br />

fuerte o débil (un presi<strong>de</strong>ncialismos fuerte pue<strong>de</strong> disminuir las atribuciones reales<br />

<strong>de</strong> la segunda cámara)<br />

• La fuerza <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scentralización territorial <strong>de</strong> la política (centralización o<br />

<strong>de</strong>scentralización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r) como el elemento más importante para fortalecer el<br />

papel <strong>de</strong> las segundas cámaras en el régimen institucional.<br />

• El sistema <strong>de</strong> partidos (concentración / fragmentación; li<strong>de</strong>razgo centralizado/<br />

<strong>de</strong>scentralizado). Partidos con una fuerte influencia y control en las dos cámaras<br />

subvierten la especificad <strong>de</strong> las segundas cámaras. (D. Nolte, 2003)<br />

Continuando con la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto continuamos con el análisis <strong>de</strong> Gary Cox<br />

y Scott Morgenstern. Los autores <strong>de</strong>finen que “las legislaturas y presi<strong>de</strong>ntes<br />

latinoamericanos participan <strong>de</strong> una manera o otra en una subfamilia especifica <strong>de</strong> juegos <strong>de</strong><br />

4


veto bilaterales” (G. Cox y S. Morgenstern, 2001: 375). Los autores <strong>de</strong>scriben cuatro<br />

probables modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acción <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte ante cuatro tipos <strong>de</strong> legislatura.<br />

• Primero: recalcitrante (un escaso porcentaje <strong>de</strong> legisladores apoyan al presi<strong>de</strong>nte)<br />

• Segundo: negociadora (le exige al presi<strong>de</strong>nte tener voz y voto en la discusión <strong>de</strong><br />

las <strong>de</strong>cisiones) un altísimo porcentaje <strong>de</strong> legisladores esta en <strong>de</strong>uda con el<br />

presi<strong>de</strong>nte)<br />

• Tercero: parroquial venal (la legislatura esta dispuesta a hacer concesiones en<br />

materia <strong>de</strong> políticas publicas a cambio <strong>de</strong> favores menudos u otros beneficios)<br />

• Cuarto: Subordinada (un altísimo porcentaje es en <strong>de</strong>uda con el presi<strong>de</strong>nte y<br />

acepta cualquier propuesta <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte)<br />

Cox y Morgenstern proponen cuatro tipos <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>ncia acor<strong>de</strong> a los tipos <strong>de</strong> legislaturas:<br />

• Primero: imperial (Presi<strong>de</strong>ncia ante una legislatura recalcitrante que utiliza sus<br />

capacida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sortear el veto <strong>de</strong> la legislatura recurriendo a sus po<strong>de</strong>res<br />

unilaterales)<br />

• Segundo: dominante (Presi<strong>de</strong>ncia ante una legislatura subordinada)<br />

• Tercero y cuarto: coalicional y orientada nacionalmente (la legislatura esta<br />

dispuesta a hacer concesiones y a su vez el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>be negociar. Las<br />

presi<strong>de</strong>ncias ante este tipos <strong>de</strong> legislatura son parroquial venal y negociadora)<br />

Durante el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l trabajo se efectuara un mayor análisis encuadrando los casos <strong>de</strong><br />

<strong>Argentina</strong>, Brasil y Chile. A continuación explicaremos el papel <strong>de</strong>l bicameralismo para<br />

Josep Colomer 1 . El autor <strong>de</strong>finiendo la importancia <strong>de</strong> dos cámaras y la separación <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>res nos dice “En la medida en que existe separación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res, diversas instituciones<br />

controladas por diferentes partidos pue<strong>de</strong>n satisfacer las preferencias <strong>de</strong> los ciudadanos en<br />

diferentes temas” […] “las negociaciones Inter.-institucionales pue<strong>de</strong>n conducir a<br />

compromisos intermedios mo<strong>de</strong>rados capaces <strong>de</strong> producir alta utilidad social” (Colomer,<br />

2001, p. 160). El análisis <strong>de</strong>l autor, inicialmente, distingue entre gobierno unificado y<br />

1 La postura <strong>de</strong>l autor se encuentra influenciada por Kenneth Shepsle.<br />

5


dividido. Los gobiernos unificados se caracterizan cuando un solo partido tiene po<strong>de</strong>res<br />

absolutos en el legislativo y ejecutivo 2 . Colomer distingue distintos esquemas para los<br />

diferentes sistemas presi<strong>de</strong>ncial y parlamentario. Aquí nos <strong>de</strong>tendremos en el presi<strong>de</strong>ncial:<br />

• El partido <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte tiene una mayoría en la Asamblea, en los regimenes<br />

presi<strong>de</strong>nciales y semipresi<strong>de</strong>nciales, como tien<strong>de</strong> a ocurrir en elecciones concurrentes.<br />

Colomer nos aclara que la concentración <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r se autorrefuerza cuando las diferentes<br />

instituciones caen bajo el control <strong>de</strong>l mismo partido convirtiéndose en un solo actor<br />

concentrado. La situación es un <strong>de</strong>sequilibrio si se mi<strong>de</strong> con respecto a los otros partidos.<br />

Al mismo tiempo la capacidad <strong>de</strong>cisión rápida aumenta e incluso “un Presi<strong>de</strong>nte que<br />

disfrute <strong>de</strong> un gobierno unificado pue<strong>de</strong> reforzar la disciplina <strong>de</strong> su partido mayoritario en<br />

la Asamblea e imponer iniciativas presi<strong>de</strong>nciales incluso en arenas que estén<br />

constitucionalmente fuera <strong>de</strong> su dominio presi<strong>de</strong>ncial” (Colomer, 2001, p. 166). La<br />

<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> gobierno dividido indica que se produce cuando varios partidos tienen<br />

po<strong>de</strong>r en instituciones relevantes. El esquema que se presenta para el sistema presi<strong>de</strong>ncial<br />

es el siguiente:<br />

• El partido <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte no tiene mayoría en la Asamblea, en los regimenes<br />

presi<strong>de</strong>nciales y semipresi<strong>de</strong>nciales, como tien<strong>de</strong> a ocurrir en elecciones no-concurrentes.<br />

Para Colomer existen dos tipos <strong>de</strong> gobierno dividido: el primero <strong>de</strong> ellos es<br />

horizontalmente y el segundo es verticalmente. Los gobiernos divididos horizontalmente<br />

son los gabinetes <strong>de</strong> coalición multipartidista y la dispersión partidaria entre Presi<strong>de</strong>nte y la<br />

Asamblea. Los gobiernos divididos verticalmente es la <strong>de</strong>scentralización política fe<strong>de</strong>ral y<br />

electoral. Antes <strong>de</strong> continuar encuentro pertinente explicar que las elecciones no<br />

concurrentes permiten que los partidos amplíen su agenda electoral dando pie a que los<br />

ciudadanos amplíen sus preferencias en los distintos temas. A su vez este tipo <strong>de</strong><br />

elecciones crean el incentivo para el voto dividido. Si las elecciones a la Presi<strong>de</strong>ncia son no<br />

concurrentes con las <strong>de</strong> la Asamblea los partidos <strong>de</strong> la oposición tienen la oportunidad <strong>de</strong><br />

2 El ejecutivo dominado por un único partido no implica que no se este hablando <strong>de</strong> una coalición. Más<br />

a<strong>de</strong>lante se efectuara un verda<strong>de</strong>ro hincapié en el sistema presi<strong>de</strong>ncial.<br />

6


introducirse a la arena política a diferencia en una elección concurrente los casos <strong>de</strong><br />

gobierno dividido en América Latina disminuyen notablemente. Aun así Colomer nos<br />

aclara que en un sistema presi<strong>de</strong>ncial los gobiernos divididos se producen en escala menor<br />

que en los sistemas parlamentarios. Tal situación es producto por el premio único que<br />

implica la presi<strong>de</strong>ncia. Durante el análisis <strong>de</strong> los países verificaremos este tipo <strong>de</strong><br />

elecciones y los gobiernos divididos horizontales y verticales profundizando la explicación<br />

<strong>de</strong> Colomer 3 .<br />

Elecciones no-concurrentes y gobierno dividido horizontalmente en América <strong>de</strong>l Norte y<br />

<strong>de</strong>l Sur (1945-1995) 4<br />

Elecciones concurrentes<br />

Elecciones parciales o no concurrentes<br />

Brasil (1945-50)………….50<br />

Brasil (1954-62, 1989-94)………..100<br />

Estados Unidos…………...54<br />

Estados Unidos…………………….71<br />

Costa Rica………………...45<br />

Chile (1946-70)…………………….77<br />

Perú (1980-95)……………50<br />

Ecuador……………………………100<br />

Uruguay…………………...55<br />

Venezuela…………………63<br />

Media elecciones:…………53<br />

Media elecciones……………………86<br />

Media países:……………...53 Media países……………………….. 87<br />

Las investigaciones sobre el bicameralismo nos muestran los resultados <strong>de</strong>l proceso<br />

legislativo. Normalmente se cree que las cámaras altas carecen <strong>de</strong> gran relevancia. Los<br />

órganos legislativos son percibidos como débiles y en algunos casos inexistentes. La<br />

postura sobre la <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong>l legislativo es repensada por George Tsebelis y Jeannette<br />

Money por la cual hacen hincapié sobre la importancia <strong>de</strong> los arreglos bicamerales en la<br />

producción <strong>de</strong> los resultados legislativos y el rediseño <strong>de</strong> las constituciones efectuadas en<br />

América Latina durante la década <strong>de</strong>l ’90. Los autores ponen el énfasis en la noción <strong>de</strong><br />

eficiencia en la cual se establece el control <strong>de</strong> calidad <strong>de</strong> la elaboración <strong>de</strong> la norma. El<br />

proceso efectuado por los dos órganos legislativos enriquece y perfecciona la norma. El<br />

bicameralismo en comparación con el unicameralismo, fortalece el status quo haciendo más<br />

3 El análisis <strong>de</strong> J. Colomer se ha vuelto totalmente indispensable por la notable rigurosidad <strong>de</strong> su trabajo.<br />

4 Datos extraídos <strong>de</strong> Colomer (2001).<br />

7


difícil el cambio. La segunda conclusión que efectúan los autores es que los bicameralismos<br />

generan mayor complejidad para un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> análisis don<strong>de</strong> aumentan la cantidad <strong>de</strong><br />

actores con capacidad <strong>de</strong> negociación. Finalmente concluyen que los arreglos bicamerales<br />

son mecanismos institucionales don<strong>de</strong> los conflictos y clivajes políticos <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s<br />

son representados con mayor importancia que en un unicameralismo. (Tsebelis y Money,<br />

1997) Una perspectiva similar hay en Colomer don<strong>de</strong> el bicameralismo reúne los efectos <strong>de</strong><br />

la división <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> forma horizontal y vertical. Los partidos tienen mayores<br />

incentivos para ampliar la agenda <strong>de</strong> temas y el bicameralismo ofrece formas <strong>de</strong><br />

cooperación entre los partidos (Colomer, 2001). Una <strong>de</strong> las innovaciones que se produjeron<br />

durantes las reformas constitucionales en los ’90 en América Latina fue la incorporación <strong>de</strong><br />

presentar una moción <strong>de</strong> censura a los miembros <strong>de</strong> un gabinete (los países son: <strong>Argentina</strong>,<br />

Colombia, Paraguay, Bolivia, Perú, Venezuela, entre otros). Esta capacidad <strong>de</strong>bería<br />

correspon<strong>de</strong>r a la cámara baja pero todos estos países necesitan la aprobación <strong>de</strong> las dos<br />

cámaras. La segunda cámara <strong>de</strong>sempeña un papel <strong>de</strong> representación regional con base<br />

territorial dando pie para funcionar como un escenario <strong>de</strong> cooperación Inter.-territorial. Esta<br />

posición es la <strong>de</strong> Negretto y Colomer en la cual hacen hincapié en los po<strong>de</strong>res divididos<br />

pue<strong>de</strong>n producir una buena gobernanza si cuentan con los a<strong>de</strong>cuados arreglos<br />

institucionales (Colomer y Negretto, 2003). Riker <strong>de</strong>finió que el bicameralismo poseía<br />

mayores meritos que el unicameralismo a la hora <strong>de</strong> tomar <strong>de</strong>cisiones. Tsebelis se<br />

diferencia <strong>de</strong> Riker al opinar que el autor “sostiene que el bicameralismo no altera los<br />

resultados legislativos cuando se consi<strong>de</strong>ran políticas en una sola dimensión, pero que en<br />

casos bidimensionales las <strong>de</strong>cisiones se <strong>de</strong>moran hasta que se alcance un acuerdo” mientras<br />

que Tsebelis argumenta que esta postura “es parcial e incorrecta porque es bastante<br />

improbable que una legislatura bicameral <strong>de</strong>cida en forma unidimensional. Es incorrecto,<br />

porque, el bicameralismo permite una gran cantidad <strong>de</strong> resultados (conjuntos ganadores<br />

frente al status quo” (Tsebelis, 1998: 290)<br />

El <strong>de</strong>bate en torno al presi<strong>de</strong>ncialismo<br />

Nuestra postura <strong>de</strong> análisis nos concentra en los temas a<strong>de</strong>lantados en la introducción<br />

aunque a modo <strong>de</strong> recordatorio consi<strong>de</strong>ramos conveniente revisar el <strong>de</strong>bate<br />

8


presi<strong>de</strong>ncialismo y parlamentarismo recordando los argumentos <strong>de</strong> Linz. Principalmente el<br />

<strong>de</strong>bate es rico porque introdujo un estudio exhaustivo sobre el papel <strong>de</strong> las instituciones<br />

como columnas que sostienen a la <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> América Latina. La riqueza <strong>de</strong> la<br />

discusión comienza cuando Juan J. Linz postulo que los sistemas presi<strong>de</strong>nciales generan los<br />

siguientes inconvenientes:<br />

• El Presi<strong>de</strong>nte implica una total legitimidad <strong>de</strong>mocrática con componentes plebiscitarios<br />

y <strong>de</strong> personalización <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. El Presi<strong>de</strong>nte como ganador <strong>de</strong> una elección que<br />

representa a la nación entera se expresa como el po<strong>de</strong>r principal que genera una sombra<br />

sobre los otros po<strong>de</strong>res como el legislativo que también es producto <strong>de</strong> una elección<br />

libre y competitiva.<br />

• El presi<strong>de</strong>ncialismo conduce a un juego <strong>de</strong> suma cero don<strong>de</strong> existe un ganador único y<br />

le da al ejecutivo la sensación <strong>de</strong> poseer un po<strong>de</strong>r in<strong>de</strong>pendiente durante su gestión.<br />

• Los partidos opositores se encuadran <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> este marco como per<strong>de</strong>dores a la espera<br />

<strong>de</strong> una próxima elección. Ante esta situación aumentan las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> tensiones y<br />

polarización entre ambas partes. Incluso ante la posibilidad <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r una elección<br />

presi<strong>de</strong>ncial los partidos estarán dispuestos a efectuar alianzas con partidos extremistas<br />

para sumar votos.<br />

• El carácter presi<strong>de</strong>ncial plebiscitario genera que el Presi<strong>de</strong>nte asocie su ejerció <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

con la voluntad mayoritaria mientras que la oposición termina cercana a los intereses <strong>de</strong><br />

distintos grupos que no representan al pueblo o a la mayoría.<br />

• El sistema presi<strong>de</strong>ncial latinoamericano carece <strong>de</strong> un po<strong>de</strong>r mo<strong>de</strong>rador funcionando<br />

como neutral y flexibilicé una situación <strong>de</strong> crisis como por ejemplo un Rey.<br />

• A su vez la población pondrá mayores expectativas en el Presi<strong>de</strong>nte que en otros<br />

po<strong>de</strong>res.<br />

• El gabinete <strong>de</strong> ministros se encuentra protegido por el Presi<strong>de</strong>nte ante el Parlamento<br />

que <strong>de</strong>see respuestas, interpelaciones, votos <strong>de</strong> censura (Estas dos ultimas características<br />

son propias <strong>de</strong>l sistema parlamentario)<br />

• Un Presi<strong>de</strong>nte con un Legislativo en contra tiene mayores posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> hacer que su<br />

gestión pública se vincule con los intereses <strong>de</strong> la población mayoritaria colocando al<br />

Legislativo en una débil situación.<br />

9


• En el sistema presi<strong>de</strong>ncial existen menos incentivos a gestar coaliciones <strong>de</strong> gobiernos<br />

estables don<strong>de</strong> compartir tal po<strong>de</strong>r que representa el ejecutivo con los otros partidos <strong>de</strong><br />

una coalición generando muchas veces rupturas y crisis institucionales. (Linz; 1990)<br />

Los postulados aquí <strong>de</strong>sarrollados por Juan Linz fueron presentados en un trabajo en 1985<br />

con el título <strong>de</strong> “Democracia: Presi<strong>de</strong>ncialismo o Parlamentarismo. ¿Hace alguna<br />

diferencia?” 5 . El impacto <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> Linz tuvo rápidamente muchos adscriptos<br />

investigadores <strong>de</strong> la disciplina sin dudar. Mientras que otros acompañaron la investigación<br />

aportando nuevos ítems que sostienen la tesis <strong>de</strong> Linz (A. Valenzuela; A. Stepan; entre<br />

otros). El éxito durante la década <strong>de</strong>l ’80 <strong>de</strong> esta interpretación llevo automáticamente a la<br />

propuesta <strong>de</strong> un sistema parlamentario europeo para América Latina. Arturo Valenzuela<br />

quien colaboró junto con Linz propuso un sistema parlamentario para Chile <strong>de</strong>bido a las<br />

cercanías <strong>de</strong> este país con los legislativos estables y efectivos <strong>de</strong>l viejo continente (A.<br />

Valenzuela; 1990) 6 . Mientras Alfred Stepan llevo el <strong>de</strong>bate al Brasil e incluso hace tiempo<br />

no muy lejano en una entrevista expresó “Debido a una combinación <strong>de</strong> presi<strong>de</strong>ncialismo y<br />

ballotage, Brasil se ha convertido en una <strong>de</strong> las pocas <strong>de</strong>mocracias en el mundo que<br />

virtualmente no tendrá un gobierno efectivo durante un período <strong>de</strong> tres meses y esto es un<br />

problema. Si se tratara <strong>de</strong> un sistema parlamentario, sería más sencillo por dos razones: la<br />

formación <strong>de</strong> un gobierno sería menos complicada y, a<strong>de</strong>más, la creación <strong>de</strong> una coalición<br />

para gobernar también se facilitaría.” (Entrevista a Stepan; 2002). Por otro lado en la<br />

arena política los lí<strong>de</strong>res políticos <strong>de</strong> <strong>Argentina</strong>, Brasil y Chile comenzaron a testear la<br />

posibilidad <strong>de</strong> llevar la transición a la <strong>de</strong>mocracia por los carriles <strong>de</strong>l parlamentarismo.<br />

Finalmente, ningún país adopto el sistema parlamentario. El <strong>de</strong>bate continuo en la ciencia<br />

política y otros autores argumentaron una postura diferente.<br />

Scott Mainwaring y Matthew Shugart argumentaron que los críticos a los sistemas<br />

presi<strong>de</strong>ncialistas no basaron sus afirmaciones en datos empíricos concluyentes. Ambos<br />

autores remarcaron “Estamos en <strong>de</strong>sacuerdo con la afirmación <strong>de</strong> Linz <strong>de</strong> que el<br />

presin<strong>de</strong>cialismo induce más que el parlamentarismo a un enfoque <strong>de</strong> la política en que el<br />

5 El mismo republicado en 1990 en castellano y en ingles con una actualización <strong>de</strong>l original. La versión <strong>de</strong><br />

1990 es la que se tomo en este trabajo.<br />

6 Ver también los trabajos que estudian la tradición institucional y partidaria <strong>de</strong> Chile: A. Valenzuela; 1989,<br />

S. Valenzuela; 1985, T. Scully; 1992.<br />

10


ganador se lleva todo” (Mainwaring y Shugart; 2002 p. 47) Los autores esbozaron que el<br />

sistema <strong>de</strong> frenos y contrapesos diseñado por los autores <strong>de</strong>l Fe<strong>de</strong>ralista o Fe<strong>de</strong>ralist Paper:<br />

principalmente por A. Hamilton y J. Madison evita y limita la posibilidad <strong>de</strong> que exista un<br />

ganador único y se que<strong>de</strong> con todo tal como lo ve Linz. De hecho si los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l<br />

ejecutivo son “solamente reactivos (po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto, pero no po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> <strong>de</strong>creto o <strong>de</strong> fijación<br />

<strong>de</strong> agenda), un Congreso controlado por la oposición pue<strong>de</strong> incluso conservar la<br />

iniciativa en la legislación […] es posible que el control <strong>de</strong>l Congreso no siempre sea el<br />

premio mayor” (Mainwaring y Shugart; 2002, p. 48) aunque da un margen <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y<br />

gobierno legislador importante. A las restantes críticas contra el sistema presi<strong>de</strong>ncial se<br />

planteo que:<br />

• La elección <strong>de</strong>l sistema presi<strong>de</strong>ncial da mayores posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> elección para el<br />

electorado. El mismo podrá votar para un Ejecutivo y un Legislativo en sus distintas<br />

cámaras dispersando el po<strong>de</strong>r.<br />

• Los votantes se i<strong>de</strong>ntifican mediante el voto con el postulante ya sea en su figura política<br />

o su programa <strong>de</strong> gobierno. El sistema genera una accountability electoral como medio <strong>de</strong><br />

control y <strong>de</strong> castigo. El postulante será entonces responsable ante el elector. La<br />

accountability funciona con la posibilidad <strong>de</strong> reelección. Linz argumenta que los<br />

presi<strong>de</strong>ncialismos en América Latina en su mayoría carecen <strong>de</strong> esta posibilidad. Años<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l ’80 esta cláusula constitucional que impedía la reelección fue<br />

cambiando permitiendo la reelección presi<strong>de</strong>ncial. Sin embargo <strong>de</strong> no existir esta<br />

posibilidad siempre se le podrá pedir una rendición <strong>de</strong> cuentas a los partidos.<br />

• Según Linz la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l Legislativo pue<strong>de</strong> conducir al inmovilismo aunque tal<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia pue<strong>de</strong> incentivar a generar coaliciones ante una situación crítica don<strong>de</strong> es<br />

necesario generar una mayoría amplia.<br />

• El mandato fijo fue otro <strong>de</strong> las críticas que el presi<strong>de</strong>ncialismo tuvo que soportar. Los<br />

autores expusieron que coinci<strong>de</strong>n en algunos aspectos con Linz pero hicieron un llamado<br />

<strong>de</strong> atención en que la espera a una próxima elección por parte <strong>de</strong> la oposición ayudaba a<br />

las instituciones en fortalecerse dando una mayor pre<strong>de</strong>cibilidad al sistema <strong>de</strong> reglas.<br />

Ambos proponen que los mandatos duren <strong>de</strong> tres a cuatro años y evitar los mandatos <strong>de</strong><br />

seis años o más. Muchas <strong>de</strong> las nuevas constituciones reformadas durante los ’90 tuvieron<br />

11


en cuenta tal advertencia como por ejemplo <strong>Argentina</strong> en su reforma constitucional en<br />

1994.<br />

Mainwaring y Shugart sostuvieron que “creemos que Linz subestimo la importancia <strong>de</strong> las<br />

diferencias entre los diseños constitucionales e institucionales <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la amplia<br />

categoría <strong>de</strong> los sistemas presi<strong>de</strong>nciales” (Mainwaring y Shugart. 1994 p. 417). Con la<br />

<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo por estos autores se revirtió el <strong>de</strong>bate e incluso se volvieron a<br />

las lecturas <strong>de</strong> Hamilton como teórico <strong>de</strong>l Ejecutivo y Madison como exponente <strong>de</strong>l<br />

Legislativo que introdujeron la noción <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> frenos y contrapesos en contra <strong>de</strong><br />

abusos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y mitigación <strong>de</strong> las facciones políticas (Hamilton y Madison; [1780]<br />

1994).<br />

Juan Linz argumento las dificulta<strong>de</strong>s que encuentran los sistemas presi<strong>de</strong>nciales en forjar<br />

coaliciones <strong>de</strong> gobierno. Esto provoco cierto <strong>de</strong>sdén <strong>de</strong> los investigadores en estudiar las<br />

coaliciones <strong>de</strong> gobierno en Latinoamérica. Grace Ivana Deheza es autora <strong>de</strong> una tesis<br />

doctoral don<strong>de</strong> construye un mo<strong>de</strong>lo teórico <strong>de</strong> comprensión <strong>de</strong> las coaliciones con estudios<br />

<strong>de</strong> casos comparados en América <strong>de</strong>l Sur invirtiendo así la postura <strong>de</strong> Linz (1997) y<br />

nuevamente expuso sus i<strong>de</strong>as en (1998) 7 . Los autores que le siguieron en el estudio <strong>de</strong><br />

coaliciones como objetos <strong>de</strong> estudio centrales fueron Daniel Chasquetti (2001) y Javier<br />

Zelaznik con otra tesis doctoral (2001)<br />

Grace Ivana Deheza adopta la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> coalición mínima ganadora <strong>de</strong> William Riker<br />

que la <strong>de</strong>fine como:“una coalición vencedora mínima es una coalición que volvería a ser<br />

per<strong>de</strong>dora o bloqueadora con la sustracción <strong>de</strong> cualquiera <strong>de</strong> sus miembros” (Riker, s/año:<br />

166) La autora explica la formación <strong>de</strong> coaliciones advirtiendo que existen dos tipos <strong>de</strong><br />

coaliciones: coaliciones electorales y coaliciones post electorales. Las coaliciones pre<br />

electorales se forman cuando dos partidos se alían para obtener la presi<strong>de</strong>ncia. Son<br />

producto <strong>de</strong> un cálculo estratégico entre los partidos para las elecciones. Las coaliciones<br />

post electorales son posteriores a la elección y se gestan cuando un presi<strong>de</strong>nte necesite una<br />

7 Tesis Essex University “The building of coalitions in the presi<strong>de</strong>ncial systems of Latin America: an inquiary<br />

into the political conditions of governability”, 2001.<br />

12


mayoría o mayoría extraordinaria en el congreso (Deheza, 1997). La autora calculo que<br />

América Latina han existido un porcentaje <strong>de</strong> 30.50% <strong>de</strong> gobiernos con coalición pre<br />

electoral. Aquí existe el objetivo <strong>de</strong> conquista <strong>de</strong>l gobierno y un acuerdo programático. La<br />

formación <strong>de</strong> coaliciones post electorales se producen cuando el presi<strong>de</strong>nte necesita <strong>de</strong> una<br />

mayoría en el congreso para po<strong>de</strong>r gobernar. Cuando las situaciones son minoritarias los<br />

presi<strong>de</strong>ntes intentan una coalición mínima ganadora aunque algunos presi<strong>de</strong>ntes no<br />

conforman coaliciones aun siendo minoritarios. La explicación seria que cuentan con el<br />

apoyo <strong>de</strong> alguna <strong>de</strong> las cámaras o con una minoría sustancial que les permite gobernar<br />

(Deheza, 1997). Las coaliciones en situaciones minoritarias se producen cuando “los<br />

presi<strong>de</strong>ntes forman acuerdos con los partidos con representación parlamentaria cuando<br />

tienen un representación inferior al 45% en el congreso” (Deheza, 1997: 72) Es posible que<br />

en esas circunstancias los presi<strong>de</strong>ntes no formen coaliciones. Las razones son que los<br />

presi<strong>de</strong>ntes tienen una minoría substancial en el congreso, compartir con otro partido el<br />

gobierno implicaría costo <strong>de</strong> elaboración y ejecución <strong>de</strong> las políticas, los partidos en el<br />

congreso se niegan a formar la coalición <strong>de</strong>bido a diferencias i<strong>de</strong>ológicas o programáticas y<br />

el presi<strong>de</strong>nte podría preferir mantener el status minoritario en el gobierno a incrementar<br />

miembros al gobierno. La formación <strong>de</strong> coaliciones mayoritarias se produce<br />

paradójicamente cuando los presi<strong>de</strong>ntes poseen una mayoría en el congreso y <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n<br />

coaligarse con la oposición. La explicación es la necesidad <strong>de</strong> controlar ambas cámaras en<br />

el congreso aunque Deheza nos aclara que eso solo explica un caso <strong>de</strong> coalición (Belaun<strong>de</strong><br />

en Perú). La formación <strong>de</strong> largas coaliciones se produce luego que los presi<strong>de</strong>ntes fueran<br />

electos aunque en escasas oportunida<strong>de</strong>s se producen. Aquí las mencionamos ya que Brasil<br />

es el país que las tuvo frecuentemente entre otros países como Colombia. La intención <strong>de</strong><br />

formarlas es la necesidad <strong>de</strong> lograr la unidad nacional, la necesidad que tienen los<br />

gobiernos <strong>de</strong> contar con mayorías extraordinarias para aprobar proyectos <strong>de</strong> leyes en el<br />

congreso <strong>de</strong>bido a la alta indisciplinidad <strong>de</strong> los partidos políticos y ante la intención <strong>de</strong><br />

cambiar <strong>de</strong> orientación política es conveniente sumar otras ten<strong>de</strong>ncias para la aprobación <strong>de</strong><br />

políticas en el congreso o compartir los ministerios asegurando que la coalición <strong>de</strong> gobierno<br />

sea la misma que en el congreso (Deheza, 1997).<br />

13


Estas coaliciones respon<strong>de</strong>n a una lógica <strong>de</strong> formación <strong>de</strong> los partidos políticos en los<br />

respectivos países. La medición <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> partidos se efectuara según el criterio<br />

numérico siguiendo los índices <strong>de</strong> Deheza 8 . Para esto tendremos en cuenta la fragmentación<br />

<strong>de</strong> partidos y la polarización i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>finida por la distancia i<strong>de</strong>ológica influenciada por<br />

los partidos antisistema tal cual lo explica Sartori (1976). El presente trabajo es conciente<br />

<strong>de</strong>l impacto electoral en los sistemas <strong>de</strong> partidos aunque el eje central se encuentre<br />

enmarcado en las instituciones y sus inter-relaciones. Las explicaciones notables <strong>de</strong> los<br />

sistemas <strong>de</strong> partidos se podrían dividir en dos corrientes. La primera conocida como<br />

sociología política comparada expositora <strong>de</strong> que los partidos se producen por las<br />

variaciones <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> partidos en términos <strong>de</strong> las fracturas sociales y clivajes<br />

sociales subyacentes. Los máximos teóricos <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong> la sociología política<br />

comparada son Lipset y Rokkan (1967) y la otra perspectiva que explica el surgimiento <strong>de</strong><br />

los partidos acor<strong>de</strong> al incentivo electoral se origino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Duverger (1951, 1966) a Sartori<br />

(1968). Nosotros adoptaremos en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l trabajo que ambas tesis combinadas<br />

podrían explicar mejor los sistemas <strong>de</strong> partidos. Tal conclusión la adoptamos <strong>de</strong> Susan<br />

Stokes (Stokes, 1999). Durante el trabajo convenimos advertir que la ten<strong>de</strong>ncia es la<br />

fragmentación <strong>de</strong> partidos generalizada en Latino América don<strong>de</strong> los bipartidismo se<br />

convierten multipartidismo mo<strong>de</strong>rado y los mo<strong>de</strong>rados en extremo. (Ver cuadro, Chasqueti 2001)<br />

Bipartidismo Multip. Mod. Multip. Ext. Total<br />

Gobiernos<br />

18<br />

Porcentaje<br />

35,3%<br />

Países<br />

14<br />

27,4%<br />

Multipartidismo mo<strong>de</strong>rado:<br />

<strong>Argentina</strong>,<br />

19<br />

51<br />

37,3% 100,0%<br />

Multipartidismo extremo:<br />

Brasil; Chile,<br />

• Ejemplos <strong>de</strong> multipartidismo mo<strong>de</strong>rados:<br />

<strong>Argentina</strong>: De la Rua 1999 - 2001<br />

Ejemplos <strong>de</strong> multipartidismo extremos: Coaliciones mayoritarias<br />

Chile: Aylwin 1990-1994. Frei 1994-2000. Lagos 2000 - …<br />

Brasil: Cardoso 1994-1998 y 1998-2002<br />

• Ejemplos <strong>de</strong> multipartidismo extremo: Coaliciones minoritarias. Collor <strong>de</strong> Mello.<br />

8 Como en el análisis <strong>de</strong> coaliciones se adopta <strong>de</strong> la tesis <strong>de</strong> G. Deheza “Gobiernos <strong>de</strong> coalición en el sistema<br />

presi<strong>de</strong>ncial: América <strong>de</strong>l sur” Instituto Universitario Europeo, grado <strong>de</strong> doctor, 1997 continuaremos con los<br />

mismos datos <strong>de</strong> la autora para que exista una correlación con el análisis <strong>de</strong>l trabajo.<br />

14


El presente trabajo se concentrara escasamente en el mo<strong>de</strong>lo teórico <strong>de</strong> sistemas <strong>de</strong> partidos<br />

haciendo un mayor hincapié en los partidos como actores con po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto. Para el<br />

análisis <strong>de</strong> sistemas <strong>de</strong> partidos volvemos a recurrir a G. Tsebelis entendiéndolos como<br />

actores partidarios <strong>de</strong> veto. La perspectiva propuesta por este trabajo es enten<strong>de</strong>r a los<br />

partidos políticos en el congreso como actores institucionales pero por fuera <strong>de</strong>l congreso<br />

como actores partidarios junto con otros actores partidarios que como explica Tsebelis se<br />

caracterizan por ser “diferentes unos <strong>de</strong> otros, porque en general, los partidos tienen<br />

diferentes posiciones respecto <strong>de</strong> las políticas. Aquellos casos en los cuales dos partidos<br />

diferentes abogan por posiciones políticas casi idénticas son muy poco comunes”<br />

(Tsebelis, 1998: 312). Ahora pasaremos a analizar los casos <strong>de</strong> <strong>Argentina</strong>, Brasil y Chile<br />

teniendo en cuenta el concepto <strong>de</strong> veto player <strong>de</strong> Tsebelis, los conceptos <strong>de</strong> Deheza sobre<br />

coaliciones y las legislaturas en la perspectiva <strong>de</strong> Cox y Morgestern.<br />

Los actores <strong>de</strong> veto en perspectiva comparada en <strong>Argentina</strong>, Brasil y Chile durante<br />

los años ’90. Unos análisis <strong>de</strong> los ejecutivos, legislaturas, coaliciones <strong>de</strong> gobierno, como<br />

actores <strong>de</strong> veto.<br />

El ejecutivo en el sistema presi<strong>de</strong>ncial es el centro <strong>de</strong> elaboración y <strong>de</strong> ejecución <strong>de</strong> las<br />

políticas <strong>de</strong> los estados. El presi<strong>de</strong>nte es el jefe <strong>de</strong> gobierno y jefe <strong>de</strong> estado. El presi<strong>de</strong>nte<br />

junto con el vicepresi<strong>de</strong>nte son electos mientras que los ministros que conforman el<br />

gabinete se encuentran a selección <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte. Los ministros son cuerpos <strong>de</strong> apoyo,<br />

consulta y ejecución <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong>l ejecutivo. Los ministros son responsables ante el<br />

presi<strong>de</strong>nte. En el sistema parlamentario los ministros como el primer ministro son elegidos<br />

por el congreso y su permanencia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> este último órgano. En el sistema presi<strong>de</strong>ncial<br />

los presi<strong>de</strong>ntes pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>stituir a un ministro (Molinelli, 1995; Deheza, 1997). Los<br />

ejecutivos cuentan con una característica que los convierte en actores <strong>de</strong> veto “la capacidad<br />

para introducir cambios en las políticas” (Tsebelis, 1998).<br />

15


La capacidad <strong>de</strong> producción y <strong>de</strong> generar cambios en las políticas en la <strong>Argentina</strong>: El<br />

ejecutivo como po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto.<br />

En la <strong>Argentina</strong> el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo pue<strong>de</strong> generar cambios rotundos en la política haciendo<br />

uso <strong>de</strong> su capacidad para generar <strong>de</strong>cretos. Antes <strong>de</strong> la reforma constitucional <strong>de</strong> 1994 el<br />

ejecutivo podía producir dos tipos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cretos: reglamentarios y autónomos. Los<br />

reglamentarios se concentran en la facultad <strong>de</strong> reglamentar las leyes, precisar <strong>de</strong>talles,<br />

aspectos secundarios o accesorios y <strong>de</strong> los contenidos <strong>de</strong> las leyes. A ejercer aun en<br />

ausencia <strong>de</strong> directivas <strong>de</strong>l Congreso al respecto con la salvedad <strong>de</strong> que no <strong>de</strong>be contra<strong>de</strong>cir<br />

la ley (art.99 inc.2 C.N.) (Molinelli, 1995). Los autónomos se refieren a la administración<br />

pública interna al Ejecutivo y no están vinculados a una ley. En este caso el Ejecutivo<br />

pue<strong>de</strong> establecer sus propias reglas (Molinelli, 1995). Aquí nos concentraremos en un tipo<br />

diferente <strong>de</strong> <strong>de</strong>creto: <strong>de</strong> necesidad y urgencia (en a<strong>de</strong>lante DNU). El mismo no se<br />

encontraba previsto en la Constitución. Los DNU surgieron antes <strong>de</strong> 1983 aunque su uso tal<br />

cual lo conocemos comenzó durante el gobierno nacional <strong>de</strong> Alfonsin don<strong>de</strong> se modificaron<br />

leyes <strong>de</strong> seguridad social, se modificaban feriados nacionales y se modificaba la ley <strong>de</strong><br />

emergencia agropecuaria entre otras cosas. En este trabajo nos concentraremos en la década<br />

<strong>de</strong>l ’90.<br />

Carlos Menem asumió la presi<strong>de</strong>ncia en julio <strong>de</strong> 1989, seis meses antes <strong>de</strong> lo que hubiera<br />

correspondido <strong>de</strong>bido a la crisis político institucional y económica <strong>de</strong>l anterior presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la UCR. El PJ gano las elecciones presi<strong>de</strong>nciales y simultaneas para diputados pero estos<br />

recién asumieron seis meses <strong>de</strong>spués. Ante la crisis económica que sufría el país, altos<br />

niveles <strong>de</strong> inflación e inestabilidad la solución que encontró el Ejecutivo fue el envió <strong>de</strong> dos<br />

leyes al congreso que diseñaron la política económica <strong>de</strong>l periodo tratado. Las leyes fueron:<br />

emergencia administrativa (ley 23.696) y emergencia económica (ley 23.697). Las leyes<br />

fueron aprobadas por el congreso. Aquí comienza la capacidad <strong>de</strong> producción y generar<br />

cambios con la capacidad <strong>de</strong> iniciativa, es <strong>de</strong>cir la facultad <strong>de</strong> presentar proyectos <strong>de</strong> ley. El<br />

Ejecutivo “envió numerosos proyectos a las cámaras y presiono públicamente para una<br />

sanción rápida y sin modificaciones. La presión se manifestó a través <strong>de</strong> la amenaza <strong>de</strong> la<br />

utilización <strong>de</strong> dos herramientas: el veto, si se introducían modificaciones, y el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong><br />

16


necesidad y urgencia, si el Congreso no sancionaba las iniciativas 9 ” (Rubio y Goretti,<br />

1996: 445). Como vemos la amenaza <strong>de</strong> veto y el <strong>de</strong>creto convierten al ejecutivo en un<br />

actor <strong>de</strong> veto con capacidad <strong>de</strong> imponer cambios al status quo. A comienzos <strong>de</strong> 1991<br />

asumió como ministro <strong>de</strong> economía Domingo Cavallo y ese año se aprobó en el congreso la<br />

ley <strong>de</strong> convertibilidad siendo también el año record en DNU. Entre julio <strong>de</strong> 1989 y agosto<br />

<strong>de</strong> 1994 el presi<strong>de</strong>nte Menem <strong>de</strong>creto 336 DNU, <strong>de</strong>bemos tener en cuenta que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1853 a<br />

1989 se <strong>de</strong>cretaron un total <strong>de</strong> 35 DNU. Esto nos da una pauta <strong>de</strong> una conversión <strong>de</strong>l<br />

ejecutivo en un actor <strong>de</strong> veto. Después <strong>de</strong> la reforma constitucional <strong>de</strong> 1994 el ejecutivo<br />

sufrió una reducción <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r pero no su <strong>de</strong>saparición como actor <strong>de</strong> veto fundamental.<br />

Las reformas se concentraron en establecer límites a legislar por <strong>de</strong>creto, introdujo<br />

mecanismos <strong>de</strong> responsabilidad gubernamental, fortaleció el fe<strong>de</strong>ralismo, y los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong><br />

control <strong>de</strong>l congreso y garantías <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los jueces. Todo esto por intermedio<br />

<strong>de</strong> un acuerdo con la oposición don<strong>de</strong> una coalición <strong>de</strong> actores en un proceso <strong>de</strong> elección<br />

colectiva <strong>de</strong>terminados por las preferencias, po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> negociación y restricciones dio como<br />

resultado la reforma (Negretto, 2001). El ejecutivo consiguió la reelección y una reducción<br />

<strong>de</strong>l mandato a cuatro años. Durante el proceso <strong>de</strong> negociación el presi<strong>de</strong>nte Menem<br />

amenazo “con un plebiscito que tenia altas posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ganar, la reforma <strong>de</strong>jo una<br />

figura presi<strong>de</strong>ncial todavía muy po<strong>de</strong>rosa” (Negretto, 2001: 439) Gabriel Negretto nos<br />

aclara que el status quo posterior a la reforma <strong>de</strong>jaba pie para un po<strong>de</strong>r compartido entre<br />

gobierno y oposición. Des<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> este trabajo coincidimos con tal análisis. Los<br />

DNU <strong>de</strong>cayeron notablemente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la reforma constitucional aunque pasaron a ser<br />

reconocidos por la Constitución Nacional <strong>de</strong> 1994. Otra perspectiva i<strong>de</strong>ntifica tres fases<br />

durante el periodo <strong>de</strong> Menem. M. Llanos <strong>de</strong>nomina a la primera fase como <strong>de</strong>legativia:<br />

don<strong>de</strong> se aprobó en el congreso la ley <strong>de</strong> Reforma <strong>de</strong>l Estado consi<strong>de</strong>ra pilar <strong>de</strong> las<br />

privatizaciones don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>jo en claro “que el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo y su gabinete eran los<br />

encargados <strong>de</strong> conducir el proceso <strong>de</strong> reestructuración <strong>de</strong>l sector publico, y no el Congreso”<br />

[..] “el congreso <strong>de</strong>lego en el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo la facultad <strong>de</strong> implementar la política por<br />

medio <strong>de</strong> <strong>de</strong>cretos, renunciando a sus potesta<strong>de</strong>s legislativas” (Llanos, 1997: 753) La<br />

segunda fase cooperativa: <strong>de</strong>finió un Ejecutivo cooperativo con un Congreso que había<br />

recuperado capacidad <strong>de</strong> reacción. Sin embargo, la cooperación <strong>de</strong>finió la aprobación <strong>de</strong> la<br />

9 La frase en negrita no pertenece al original.<br />

17


mayoría <strong>de</strong> todos los proyectos <strong>de</strong>l ejecutivo con la salvedad <strong>de</strong> una negociación, aceptar<br />

<strong>de</strong>moras y modificaciones (Llanos, 1997). En materia económica fueron privatización al fin<br />

y por lo tanto en este trabajo se entien<strong>de</strong> que una <strong>de</strong>mora o negociación no altera la política<br />

económica <strong>de</strong> Menem. La tercera fase es la conflictiva: don<strong>de</strong> el PJ triunfa en las elecciones<br />

presi<strong>de</strong>nciales <strong>de</strong> 1995 e incorpora una mayor mayoría en ambas cámaras legislativas en<br />

comparación con el cuerpo legislativo. Aquí la conflictividad se da a través <strong>de</strong> la sucesión<br />

presi<strong>de</strong>ncial al interior <strong>de</strong>l partido (Llanos, 1997). Esto hace difícil una continuidad con el<br />

plan económico <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Menem.<br />

Pasemos a analizar esto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los conceptos <strong>de</strong> Cox y Morgenstern. Como vemos en la<br />

primera fase que <strong>de</strong>scribe Llanos <strong>de</strong>l gobierno <strong>de</strong> Menem cierra en el concepto <strong>de</strong><br />

presi<strong>de</strong>ncia dominante con una legislatura subordinada. La segunda fase la presi<strong>de</strong>ncia es<br />

coalicional y orientada nacionalmente don<strong>de</strong> la legislatura esta dispuesta a hacer<br />

concesiones y a su vez el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>be negociar. La tercera fase <strong>de</strong> Llanos fortalece aún<br />

más esta última ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la segunda fase. Des<strong>de</strong> la legislatura como actor <strong>de</strong> veto<br />

institucional la <strong>de</strong>scribimos en su primera fase diciendo que es subordinada (Cox y<br />

Morgestern). La segunda fase <strong>de</strong> la legislatura es negociadora y parroquial. Como vimos<br />

es más negociadora ya que exige la presencia <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia. La tercera fase es mas<br />

parroquial y recalcitrante tal cual vimos lentamente la legislatura se vuelve mucho mas<br />

activa y difícil <strong>de</strong> no tener en cuenta (Cox y Morgestern, 2001).<br />

Otro actor <strong>de</strong> veto institucional a tener en cuenta es el Po<strong>de</strong>r Judicial aunque <strong>de</strong>bemos tener<br />

en cuenta que no es un actor con capacidad <strong>de</strong> veto en términos <strong>de</strong> legislar o vetar otros<br />

po<strong>de</strong>res. Aun así para Tsebelis “el Po<strong>de</strong>r Judicial […] constituye un actor <strong>de</strong> veto<br />

adicional” (Tsebelis, 1999: 310) En esta perspectiva adaptaremos a este actor como otro<br />

peso mas para la negociación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r cambiar el status quo o mantenerlo. En el caso<br />

argentino la Corte Suprema en diciembre <strong>de</strong> 1990 resolvió la constitucionalidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto<br />

36/90, <strong>de</strong>termino la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los DNU con la salvedad <strong>de</strong> que <strong>de</strong>bería existir un serio<br />

peligro social y que el Congreso no adoptara medidas diferentes a los DNU. Tal actividad<br />

<strong>de</strong> la corte la observamos en el caso <strong>de</strong>nominado “Peralta” don<strong>de</strong> se dictamino “En<br />

momentos <strong>de</strong> perturbación social y económica y en otras situaciones semejantes <strong>de</strong><br />

18


emergencia y ante la urgencia en aten<strong>de</strong>r a la solución <strong>de</strong> los problemas que crean es<br />

posible el ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado en forma mas enérgica que la admisible en<br />

periodos <strong>de</strong> sosiego y normalidad” 10 . Tal comportamiento <strong>de</strong> la Corte fue muy criticado por<br />

sectores políticos, académicos y periodísticos. 11<br />

Los actores partidarios con impacto en la elaboración <strong>de</strong>l nuevo status quo en los ’90<br />

podrían ser el mismo partido justicialista en su interna partidaria, en su adaptabilidad y <strong>de</strong>s<br />

organización (Levitsky, 2002). Aquí agregamos el fe<strong>de</strong>ralismo <strong>de</strong> una oposición que se<br />

perfilaba para las elecciones <strong>de</strong> 1999, tal es el caso <strong>de</strong> E. Duhal<strong>de</strong> gobernador <strong>de</strong> la<br />

provincia <strong>de</strong> Buenos Aires y junto con otros gobernadores (Jones, 2002) Así como también<br />

los sectores empresariales y sindicatos que se manifestaron en negociaciones <strong>de</strong> regimenes<br />

especiales <strong>de</strong> tarifas, <strong>de</strong>sregulación incompleta <strong>de</strong> obras sociales. Un caso para mencionar<br />

es el Sindicato Unido <strong>de</strong> Petróleos <strong>de</strong>l Estado que prefirió una estrategia <strong>de</strong> negociación<br />

antes que el conflicto, la –Unión Obrera Metalurgixa logro obtener un porcentaje <strong>de</strong><br />

acciones <strong>de</strong> Si<strong>de</strong>rar, entre otros actores partidarios sindicales (Echemendy, 2001).<br />

Otros autores han puesto relevancia en que el ejecutivo ante los ministros y la burocracia no<br />

hace y <strong>de</strong>sase. De hecho V. Coelho encuentra que en materia <strong>de</strong> la reforma <strong>de</strong> seguridad<br />

social el ejecutivo argentino se encontró negociando constantemente entre ministros y la<br />

burocracia. La autora explica esta relación al interior <strong>de</strong>l ejecutivo diciendo “que hay un<br />

juego <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r al interior <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo por la conducción <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> reforma, y<br />

que en cada país diferentes recursos <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r estuvieron a disposición <strong>de</strong> los actores<br />

estatales” (Coelho, 2002: 59).<br />

La capacidad <strong>de</strong> producción y <strong>de</strong> generar cambios en las políticas en Brasil: El<br />

ejecutivo como po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto.<br />

El Po<strong>de</strong>r Ejecutivo <strong>de</strong> Brasil posee capacidad <strong>de</strong> generar <strong>de</strong>cretos con naturaleza legislativa<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un marco <strong>de</strong> división <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res y un sistema bicameral. El <strong>de</strong>creto que funciona<br />

10 Suplemento universitario La Ley, 2001.<br />

11 Ver Hacer la corte, Horacio Verbitsky, Planeta, BS AS, 1993.<br />

19


en Brasil actualmente proviene <strong>de</strong> la reforma constitucional <strong>de</strong> 1988. El artículo 62 <strong>de</strong> la<br />

Constitución indica que en situaciones <strong>de</strong> relevancia y <strong>de</strong> urgencia presi<strong>de</strong>nte pue<strong>de</strong> recurrir<br />

a medidas provisorias (MP) 12 . La herramienta MP actúan en el ejecutivo como actor <strong>de</strong><br />

veto para intentar cambiar el status quo por ejemplo las medidas claves <strong>de</strong> implementación<br />

por intermedio <strong>de</strong> las MD fueron: el plan económico <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte Collor <strong>de</strong> Mello en<br />

1990 y <strong>de</strong>l Plan Real <strong>de</strong> Cardoso en 1994. Las MP son consi<strong>de</strong>radas en el legislativo<br />

durante un plazo <strong>de</strong> 30 días, para Deheza “esta facultad da po<strong>de</strong>res pro-activos al presi<strong>de</strong>nte<br />

porque aunque el congreso apruebe o no la medida <strong>de</strong> emergencia muchas MP tienen un<br />

carácter irreversible” (Deheza, 1997:196). Actualmente por una enmienda N°32 el plazo se<br />

extendió a 60 días. El Ejecutivo cuanta con varios atributos que lo convierten en un actor <strong>de</strong><br />

veto institucional: tienen capacidad <strong>de</strong> dar prioridad a los proyectos <strong>de</strong> ley enviados por el<br />

gobierno, capacidad <strong>de</strong> iniciar legislación por <strong>de</strong>creto, entre otros. La capacidad <strong>de</strong><br />

producción <strong>de</strong>l Ejecutivo brasileño durante los años ’90 la observamos que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> 1980<br />

a 1997 el 86% <strong>de</strong> las iniciativas promulgadas en Brasil fueron introducidas por el<br />

presi<strong>de</strong>ntes (Negretto, 2002). Si el plazo expira en el congreso el presi<strong>de</strong>nte pue<strong>de</strong> insistir<br />

teniendo un gran po<strong>de</strong>r para imponer sus preferencias por otro lado Negretto nos aclara que<br />

en realidad las veces que se produjeron insistencias estas pertenecían a estrategias <strong>de</strong><br />

legisladores para controlar las iniciativas <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte (Negretto, 2002). Otro enfoque nos<br />

dice “la practica <strong>de</strong> facto ha sido que los <strong>de</strong>cretos presi<strong>de</strong>nciales pue<strong>de</strong>n permanecer<br />

vigentes a menos que el Congreso los rechace” (Mainwaring, 2002:73). Negretto respon<strong>de</strong><br />

que tal interpretación presenta varios problemas por ejemplo los <strong>de</strong>cretos reeditados para<br />

mantenenerse en vigor <strong>de</strong> su estado legal es muy débil dando una potencial inestabilidad en<br />

un proceso continuo <strong>de</strong> reedición <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto. Los legisladores poseen un interés en la<br />

reedición <strong>de</strong> un <strong>de</strong>creto ya que eva<strong>de</strong>n los costos políticos que implica el <strong>de</strong>creto y obligan<br />

al ejecutivo a negociar modificaciones <strong>de</strong> forma indirecta (Negretto, 2002). Este hecho nos<br />

revela que el congreso tuvo participación en las mismas MP. La postura <strong>de</strong> este trabajo es<br />

mostrar que el cuerpo legislativo como actor <strong>de</strong> veto se encuentra parejamente nivelado al<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto presi<strong>de</strong>ncial. La estructura bicameral <strong>de</strong>l congreso obliga a los <strong>de</strong>cretos<br />

convertirse en ley solo con el respaldo <strong>de</strong> una mayoría legislativa en cada cámara. Aquí<br />

12 Medidas provisorias <strong>de</strong> ahora en más MP. Las MP son las equivalentes a los <strong>de</strong>cretos <strong>de</strong> necesidad y<br />

urgencia en <strong>Argentina</strong> (DNU) con diferencias <strong>de</strong> funcionamiento institucionales.<br />

20


encontramos un serio problema para el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo ya que <strong>de</strong>bería <strong>de</strong> contar con una<br />

mayoría parlamentaria. Tal coalición partidaria resulta muy complicada <strong>de</strong> generar para el<br />

Ejecutivo. Como vemos esta legislatura pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>finida en los términos <strong>de</strong> Cox y<br />

Morgestern como negociadora le exige al presi<strong>de</strong>nte tener voz y voto en la discusión <strong>de</strong> las<br />

<strong>de</strong>cisiones y parroquial venal la legislatura esta dispuesta a hacer concesiones en materia<br />

<strong>de</strong> políticas públicas a cambio <strong>de</strong> favores menudos u otros beneficios. La presi<strong>de</strong>ncia es<br />

coalicional y orientada nacionalmente, la legislatura esta dispuesta a hacer concesiones y a<br />

su vez el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>be negociar.<br />

El análisis efectuado nos obliga a estudiar <strong>de</strong> cerca la legislatura <strong>de</strong> Brasil en su disciplina<br />

partidaria y las coaliciones <strong>de</strong> gobierno. Si se compara la disciplina partidaria <strong>de</strong> <strong>Argentina</strong><br />

con Brasil encontramos que <strong>Argentina</strong> posee altos índices <strong>de</strong> disciplina partidaria (Jones,<br />

2002) mientras que Brasil posee altos índices <strong>de</strong> indisciplina partidaria (Mainwaring, 2002;<br />

Ames, 2000). Por otro lado los hallazgos <strong>de</strong> Limongi y Figueiredo encuentran un<br />

crecimiento en la disciplina partidaria adoptando en términos <strong>de</strong> Tsebelis un nivel cohesión<br />

en el que los diputados se ponen <strong>de</strong>acuerdo entre si (Limongi y Figuereido, 1995). Barry<br />

Ames advierte que los presi<strong>de</strong>ntes enfrentan dificulta<strong>de</strong>s para imponer su agenda en la<br />

legislatura, las iniciativas no llegan a la votación, otras no pue<strong>de</strong>n salir <strong>de</strong> las comisiones, y<br />

otras no llegan al Congreso. Los legisladores actúan con autonomía y con capacidad <strong>de</strong><br />

resistencia a los lí<strong>de</strong>res partidarios. Las motivaciones <strong>de</strong> resistencia para el autor pue<strong>de</strong>n ser<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología, <strong>de</strong> las características <strong>de</strong> los votantes y <strong>de</strong> los antece<strong>de</strong>ntes políticos. Los<br />

lí<strong>de</strong>res partidarios carecen <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r para obligar a una cooperación y los legisladores<br />

cooperan cuando necesitan tasas mayores ante la <strong>de</strong>bilitada electoral <strong>de</strong> una elección. La<br />

necesidad <strong>de</strong> recursos clientelares pue<strong>de</strong> hacer virar al legislador <strong>de</strong> una posición a otra<br />

(Ames, 200). Aquí enten<strong>de</strong>mos que los legisladores brasileños actúan como actores<br />

individuales o coaliciones a partidarias separadas <strong>de</strong> la coalición pos electoral usando el<br />

término <strong>de</strong> Deheza. Otra perspectiva como la <strong>de</strong> Mainwaring señala que la fragmentación<br />

partidaria alta actúa como un factor que hace peligrar la gobernabilidad (Mainwaring,<br />

2000) pero como observamos bajos niveles <strong>de</strong> disciplina y fragmentación partidaria genera<br />

una relación activa entre dos po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto institucionales. A su vez Cardoso por<br />

intermedio <strong>de</strong> una coalición pos electoral sostenida en el tiempo en la legislatura alcanzó un<br />

21


importante nivel en términos <strong>de</strong> Tsebelis <strong>de</strong> cohesión en torno a políticas bajo un mismo<br />

acuerdo.<br />

Por en<strong>de</strong> la coalición pos electoral también actúa como actor <strong>de</strong> veto. Esta perspectiva la<br />

sostenemos en términos <strong>de</strong> que para mantener una gobernabilidad es necesario sostener una<br />

coalición legislativa ganadora. La elección presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> 1989 tuvo como colorario que<br />

ningún candidato obtuvo la mayoría <strong>de</strong> los votos. La segunda vuelta tuvo que <strong>de</strong>cidirse<br />

entre Collor <strong>de</strong> Mello y Lulla. Deheza <strong>de</strong>scribe una polarización i<strong>de</strong>ológica entre ambos<br />

candidatos don<strong>de</strong> Collor <strong>de</strong> Mello represento la centro <strong>de</strong>recha y Lulla la centro izquierda.<br />

Cuando la segunda vuelta se produce Collor <strong>de</strong> Mello triunfa con el 53% frente al 46% <strong>de</strong><br />

Lula. Collor <strong>de</strong> Mello se conformo como un gobierno minoritario con un porcentaje menor<br />

a la minoría substancial (33%). La presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Collor <strong>de</strong> Mello contó con un gabinete<br />

ministerial conformado por miembros <strong>de</strong> su coalición (PFL y <strong>de</strong>l PDS) con una escasa<br />

participación <strong>de</strong> los aliados <strong>de</strong> la coalición en la formación <strong>de</strong>l gobierno teniendo en cuenta<br />

que la coalición real era PFL, PTB, PDS, PL. Aunque incluso Deheza nos aclara que la<br />

presencia <strong>de</strong> esos dos aliados no implica participación ya que el presi<strong>de</strong>nte y una pequeño<br />

circulo cercano al presi<strong>de</strong>nte tomaban las <strong>de</strong>cisiones (Deheza, 1997). Para Amorim Neto el<br />

gobierno <strong>de</strong> Collor <strong>de</strong> Mello (1990-1992) es ilustrativo para notar la difícil situación <strong>de</strong> esta<br />

presi<strong>de</strong>ncia ya que el partido <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte (PRN 13 ) solo controlaba apenas 5,1% <strong>de</strong> las dos<br />

cámaras. Para reunir una mayoría parlamentaria estable el presi<strong>de</strong>nte tenía que forzar un<br />

número enorme en concesiones a los principales partidos. Su gobierno ejerció las MP<br />

durante todo su mandato, en especial el primer año, acrecentando el <strong>de</strong>scontento entre el<br />

Congreso por el <strong>de</strong>sempeño general <strong>de</strong> su gobierno (Amorim Neto, 2000). Recor<strong>de</strong>mos que<br />

el plan económico <strong>de</strong> Collor <strong>de</strong> Mello se concentro inicialmente en eliminar el monopolio<br />

estatal <strong>de</strong>l petróleo, controlar las finanzas estatales y municipales, poner fin a la educación<br />

universitaria gratuita. Como vimos con Ames muy posiblemente los legisladores no estaban<br />

interesados en sufrir costos políticos. Finalmente, Collor <strong>de</strong> Mello sufrió un impechment.<br />

Las dificulta<strong>de</strong>s que tuvo Collor <strong>de</strong> Mello ubican su legislatura en términos <strong>de</strong> Cox y<br />

Morgenstern en recalcitrante con un escaso porcentaje <strong>de</strong> legisladores que apoyen al<br />

presi<strong>de</strong>nte. Lo sucedió Itamar Franco y luego Cardoso elegido dos veces. Estas últimas<br />

13 PRN es la sigla <strong>de</strong>l partido <strong>de</strong> reconstrucción nacional.<br />

22


presi<strong>de</strong>ncias contaron con una coalición mayoritaria post electoral sostenida en el tiempo.<br />

Como vemos la legislatura actúa con po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto en vetar la presi<strong>de</strong>ncia y proponer un<br />

cambio <strong>de</strong> status quo. La habilidad <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> Cardoso es la complementariedad<br />

con tal legislatura. Tal complementariedad <strong>de</strong>vino en una constante negociación.<br />

Un actor partidario digno <strong>de</strong> mencionara con po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Veto son los gobernadores. El<br />

fe<strong>de</strong>ralismo <strong>de</strong> Brasil que para Mainwaring dispersa el po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong>bilita la gobernabilidad<br />

(Mainwaring, 2000) <strong>de</strong>bería <strong>de</strong> ser percibido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> este trabajo como un<br />

actor <strong>de</strong> veto activo que obliga a la negociación y a la cooperación. Otros actores<br />

partidarios po<strong>de</strong>mos observarlos en la burocracia y el equipo técnico que asesora las<br />

reformas económicas brasileñas (Iazzetta, 1997) cabe señalar que tal actor escaseo en la<br />

reforma <strong>Argentina</strong> <strong>de</strong> Menem. Vera Coelho señala que en materia <strong>de</strong> la reforma provisional<br />

la cantidad <strong>de</strong> actores durante el gobierno <strong>de</strong> Cardoso implico una constante discusión <strong>de</strong><br />

distintos intereses que conspiraron en que no se avanzara en el camino <strong>de</strong> la reforma. Como<br />

señalamos en el caso argentino la autora sostiene la existencia <strong>de</strong> un juego <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r al<br />

interior <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo. Tales actores aquí los consi<strong>de</strong>ramos con po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto<br />

(Coelho, 2002). Como vemos Brasil presenta altos niveles <strong>de</strong> vetos institucionales y<br />

partidarios. Algunos autores observaron estos actores como dificultadores <strong>de</strong> la<br />

gobernabilidad y otros como los generadores <strong>de</strong> la gobernabilidad. En este último punto se<br />

<strong>de</strong>lineo esta interpretación sobre Brasil. Tal interpretación la sustenta Vicente Palermo “si<br />

se asocia gobernabilidad con producción <strong>de</strong>cisoria, no vemos razones para creer que Brasil<br />

es ingobernable […] el sistema político brasileño pue<strong>de</strong> parir un Collor, pero también<br />

pue<strong>de</strong> darle un basta” (Palermo, 2000).<br />

La capacidad <strong>de</strong> producción y <strong>de</strong> generar cambios en las políticas en Chile: El<br />

ejecutivo como po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto.<br />

Chile retorno a la <strong>de</strong>mocracia, en marzo <strong>de</strong> 1990, las institución presi<strong>de</strong>nciales <strong>de</strong> división<br />

<strong>de</strong> po<strong>de</strong>res volvieron a tomar su curso <strong>de</strong> acción con la salvedad <strong>de</strong> que existía una nueva<br />

Constitución Política <strong>de</strong> la República <strong>de</strong> Chile (1980). La bibliografía que remarca los altos<br />

niveles institucionales históricos <strong>de</strong> Chile comparables a los países <strong>de</strong>sarrollados es muy<br />

23


amplia 14 . Juan Linz y A.Valenzuela remarcaron las imperfecciones <strong>de</strong>l sistema presi<strong>de</strong>ncial<br />

chileno argumentando que el ejecutivo fuerte minoritario con una doble legitimidad<br />

electoral genero en una <strong>de</strong>sestabilización institucional provocando el quiebre <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>mocracia (Valenzuela, 1978, 1985 y 1990). Una literatura posterior como mostramos en<br />

la primera parte <strong>de</strong>l trabajo Mainwaring y Shugart puso en duda y revirtió el <strong>de</strong>bate a favor<br />

<strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>ncialismo contra la propuesta <strong>de</strong> J. Linz y A. Valenzuela <strong>de</strong> un sistema<br />

parlamentario. La literatura actual se concentra en estudiar el funcionamiento <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r<br />

Ejecutivo y el Po<strong>de</strong>r Legislativo bajo un enfoque empírico y concreto (Carey; 1999;<br />

Siavelis, 1997).<br />

Una diferencia importante <strong>de</strong>l caso chileno junto con los otros dos casos en este trabajo es<br />

que el po<strong>de</strong>r ejecutivo o el po<strong>de</strong>r legislativo <strong>de</strong> Chile no tenía necesidad <strong>de</strong> empren<strong>de</strong>r<br />

reformas que cambien el status quo económico en Chile. Sí cambia el status quo con el<br />

venir <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia con la salvedad <strong>de</strong> que la reforma económica <strong>de</strong> gran magnitud en<br />

Chile comienza con el gobierno militar <strong>de</strong> Pinochet (Meller, 1996; Scully, 1992) 15 . Por lo<br />

tanto, analizaremos con mayor <strong>de</strong>tenimiento los po<strong>de</strong>res presi<strong>de</strong>nciales para intentar<br />

mantener el status quo y <strong>de</strong> forma similar observaremos a la legislatura. Mainwaring y<br />

Shugart señalan que los presi<strong>de</strong>ntes chilenos pue<strong>de</strong>n ser consi<strong>de</strong>rados potencialmente<br />

dominantes con po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> veto y <strong>de</strong> <strong>de</strong>creto. Tal prepon<strong>de</strong>rancia se observa en las cuestiones<br />

<strong>de</strong> índole económicas (S. Mainwaring y M. Shugart, 2002). Siavelis <strong>de</strong>scribe al Po<strong>de</strong>r<br />

Ejecutivo <strong>de</strong> forma similar resaltando su fortaleza.<br />

Las características principales <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo son:<br />

• Capacidad <strong>de</strong> controlar el proceso legislativo.<br />

• Capacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar la agenda legislativa a través <strong>de</strong> <strong>de</strong>claratorias <strong>de</strong><br />

urgencia.<br />

El Presi<strong>de</strong>nte pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>clarar que una propuesta es urgente en cualquier momento que se<br />

consi<strong>de</strong>re en circunstancias extraordinarias. Por otro lado es muy difícil <strong>de</strong> terminar cuando<br />

una situación es extraordinaria. El Po<strong>de</strong>r Legislativo ante la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> urgencia <strong>de</strong>be<br />

14 T. Scully, 1992; A. Valenzuela, 1978; A. Valenzuela, 1985 y 1990; S. Valenzuela, 1985; S. Valenzuela,<br />

2003; R. Barros; 2001; entre otros autores.<br />

15 Ver en especial el libro <strong>de</strong> Patricio Meller, Un siglo <strong>de</strong> economía política chilena 1890-1990, Andres Bello,<br />

Santiago.<br />

24


suspen<strong>de</strong>r los <strong>de</strong>más proyectos en los que se encuentre trabajando. Tal actividad <strong>de</strong> la<br />

presi<strong>de</strong>ncia se encuentra en el art. 71 <strong>de</strong> la Constitución (Siavelis, 1997). Tal actividad fue<br />

muy común durante los años ’90. Por otro lado los presi<strong>de</strong>ntes Aylwin y Frei no abusaron<br />

en <strong>de</strong>masía <strong>de</strong> tal procedimiento. Hasta 1995 el total <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> tal facultad aprobada fue <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>l 59%. Otra actividad <strong>de</strong>l Ejecutivo es causar continuos embotellamientos en la agenda<br />

legislativa manteniendo el control <strong>de</strong> las iniciativas. Todo el proceso legislativo <strong>de</strong> Aylwin<br />

y Frei tuvieron esta característica. Sin embargo, los presi<strong>de</strong>ntes fueron bastantes flexibles<br />

ya que pudieron haber sido mas rigurosos. Por otro lado, el po<strong>de</strong>r presi<strong>de</strong>ncial cuenta con<br />

un alto acceso <strong>de</strong> personal e información que el legislativo posee <strong>de</strong> forma muy <strong>de</strong>sigual. El<br />

Po<strong>de</strong>r Ejecutivo tien<strong>de</strong> a ser muy especializado mientras que la mayoría <strong>de</strong> diputados y<br />

senadores posee un equipo pequeño integrado por asesores y familiares. (Siavelis, 1997).<br />

En las comisiones parlamentarias no existe un cuerpo permanente para asesorarlas.<br />

El Po<strong>de</strong>r Legislativo no pue<strong>de</strong> proponer legislación clientelista, ni patrocinar proyectos <strong>de</strong><br />

ley en materias que influyan en la elaboración <strong>de</strong> políticas públicas. Antes <strong>de</strong> la dictadura<br />

tales restricciones no existían. Los ciudadanos se encontraban acostumbrados en <strong>de</strong>mandar<br />

al legislativo ciertas <strong>de</strong>mandas que hoy no pue<strong>de</strong> cumplir. Esto afecto la percepción que<br />

tenia la ciudadanía y los grupos <strong>de</strong> interés <strong>de</strong> la legislatura (Siavelis, 1997). Las<br />

restricciones en materia presupuestal son áreas propias <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia. El legislador ante<br />

una <strong>de</strong>manda económica recomienda dirigirse al ministerio competente o apelar a las<br />

autorida<strong>de</strong>s municipales. Sin embargo, estas vías no suelen ser exitosas. El legislativo se<br />

convirtió en un órgano que dicta leyes triviales (construcción <strong>de</strong> monumentos, feriados,<br />

etc.). Por otro lado, Carey encuentra que en ambas cámaras los legisladores tienen gran<br />

interés en la reelección y en su mayoría lo logran. Esto nos da según el autor altos índices<br />

<strong>de</strong> experiencia legislativa y estabilidad en el Congreso. Como resultado la experiencia<br />

mejora la eficacia. Las comisiones llevan a<strong>de</strong>lante la mayor parte <strong>de</strong> producción legislativa.<br />

La mayor parte <strong>de</strong> integrantes <strong>de</strong> las comisiones pertenecen a la coalición mayoritaria. En<br />

este caso es la coalición conocida como la Concertación que agrupa 5 partidos (PDC, PR,<br />

PS, PPD y otros) frente a la coalición Unión Por Chile que agrupa 3 partidos (RN, UDI y<br />

otros). Otra institución fundamental que remarca Carey son las mesas directivas. Las mesas<br />

se encargan <strong>de</strong> la comunicación entre las cámaras, con el Ejecutivo y poseen cierto control<br />

25


sobre la agenda legislativa (Carey, 1999). Hemos visto con Siavelis que tal comportamiento<br />

pue<strong>de</strong> ser interrumpido por le Po<strong>de</strong>r Ejecutivo. Esto no quita que exista una recuperación<br />

<strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> la legislatura, en este sentido Carey concluye “el Congreso <strong>de</strong> Chile esta<br />

recuperando su papel <strong>de</strong> legislatura extraordinariamente profesionalizada y técnicamente<br />

competente” (J. Carey, 1999: 398). Por otro lado, el Ejecutivo cuenta con un nivel técnico<br />

superior. Las coaliciones actúan <strong>de</strong> forma cohesiva y no difieren en muchos puntos. La<br />

Concertación parece mantenerse estable en el tiempo durante la década <strong>de</strong>l ’90.<br />

Contrariamente a las objeciones <strong>de</strong> A. Valenzuela. En los términos <strong>de</strong> Cox y Morgestern la<br />

legislatura chilena se encuadra en una parroquial venal con ten<strong>de</strong>ncia a ser negociadora si<br />

seguimos a Carey. La presi<strong>de</strong>ncia tiene po<strong>de</strong>res como para ser imperial sin embargo<br />

durante los años ’90 su actuación fue coalicional.<br />

El actor <strong>de</strong> veto partidario lo volvemos a encontrar al interior <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo en sus<br />

ministros. El presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>be negociar con los ministros y subministros que durante el<br />

gobierno <strong>de</strong> Aylwin y <strong>de</strong> Frei pertenecían a distintos partidos <strong>de</strong> la coalición llamada<br />

concertación. Siabelis nos dice que uno pue<strong>de</strong> observar una clara participación en la toma<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones y <strong>de</strong> colaboración al interior <strong>de</strong> la presi<strong>de</strong>ncia. La coalición gobernante tien<strong>de</strong><br />

a actuar como un actor <strong>de</strong> veto partidario.<br />

Conclusión: Enfoque institucionales y po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto<br />

El trabajo realizado remarca que una mayor “cooperación interinstitucional pue<strong>de</strong> conducir<br />

a <strong>de</strong>cisiones intermedias <strong>de</strong> compromiso apoyadas por amplias mayorías <strong>de</strong> consenso y<br />

capaces <strong>de</strong> producir una alta satisfacción colectiva” (J. Colomer, 2001) Esto nos indica que<br />

una ínter-actuación <strong>de</strong> po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> veto institucionales y partidarios llevan un proceso <strong>de</strong><br />

estabilidad <strong>de</strong>l status quo o <strong>de</strong> un cambio <strong>de</strong> status quo gradual con limitaciones que no<br />

dañen el circuito institucional. La <strong>Argentina</strong> presento en el primer mandato <strong>de</strong> Menem un<br />

Legislativo con bajos niveles <strong>de</strong> actor <strong>de</strong> veto mientras que la legislatura brasileña<br />

<strong>de</strong>muestra mayor acción aún con un presi<strong>de</strong>nte que li<strong>de</strong>re una coalición. Chile nos muestra<br />

la importancia <strong>de</strong> las negociaciones al interior <strong>de</strong> una presi<strong>de</strong>ncia que actúa como soporte y<br />

un crecimiento en experiencia y competencia <strong>de</strong>l legislativo. El presente análisis <strong>de</strong>bería<br />

26


ayudar a pensar en los años <strong>de</strong>l nuevo milenio latinoamericano un mejor balance<br />

institucional para la implementación <strong>de</strong> nuevas reformas institucionales y económicas.<br />

Tener en cuenta que los cambios radicales no son buenos y que los actores <strong>de</strong> veto son<br />

necesarios para la mo<strong>de</strong>ración y la estabilidad.<br />

27


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