Seguridad vial Seguridad vial - Revista Profesiones

editorial
Carlos Carnicer
Presidente de Unión Profesional
Madrid 11-M
Algo nuevo está pasando
Los profesionales tenemos un peculiar sentimiento ante los atentados del 11 de marzo en Madrid. A la natural
reacción ciudadana, de repulsa al execrable hecho y la solidaridad con las víctimas, se une nuestra específica atención
a los Derechos Humanos que la Carta Magna refleja en su ámbito como Derechos Fundamentales.
El derecho a la vida y a la libertad han sido vulnerados; las más de 200 víctimas mortales, el exagerado número
de heridos física y psíquicamente son los directos y materialmente afectados, pero todos lo estamos de alguna
forma.
Los profesionales materializamos unas veces y tutelamos otras estos Derechos Fundamentales. Los sanitarios velan
por la vida, por la salud física y mental; los juristas por la libertad, el acceso a la justicia y el mantenimiento de
las normas de convivencia; los científicos por el desarrollo de las capacidades humanas; los ingenieros y arquitectos
para que todos los servicios funcionen con seguridad y tengamos edificios públicos y viviendas; los economistas
para que el equilibrio de las cifras permita el desarrollo sostenible, y las sociales para que la relación entre las personas
y entre éstas y las instituciones tengan cauces adecuados.
Todo ello ha sido afectado. Los valores supremos de nuestra convivencia han sido vulnerados. Ha sido un atentado
a todo y a todos, incluso más allá de nuestras fronteras.
Estamos ante una espiral de locura que quizá marca una nueva era que tiene que ver con el también desgraciado 11
de septiembre y que tuvo antecedentes a su vez, quizá poco comprendidos y analizados, en las casi mil víctimas de terrorismo
en España que han caído desde hace treinta años con aquel guardia civil que estrenó tan luctuosa y triste lista.
Esta nueva era de conflicto cuyas terribles consecuencias van asociadas a los más avanzados medios tecnológicos
que los permiten transformase en mortíferas armas con tan sólo cambiarles el signo de su normal funcionamiento,
nos ha de hacer reflexionar y analizar la raíz del problema.
Esta luctuosa novedad, aún quizá poco razonada y menos asumida, debe conducir a una reacción estudiada,
que sea congruente con la causa. Una valoración bien calculada del fenómeno es el camino para salir del desconcierto
colectivo en el que nos han dejado sumidos los hechos de estos últimos lustros.
El acomodo al que tantas veces estamos avocados por nuestra esencia de personas, no debe dejar de lado el que
todos sin excepción, y cada uno en su campo de actuación diaria, debe incorporar una inquietud permanentemente
renovada, la atención a este problema y el recuerdo a todas las víctimas producidas en España y en otros países
sin excepción, así como a sus familias y amigos hasta llegar a todos nosotros que naturalmente sentimos que una
parte de nuestra vida se fue con la de tantas víctimas y sus allegados; todos compartimos, queramos o no, esta lacra
social que pese a haber siempre existido de alguna manera ahora toma formas nuevas y terribles bríos.
Sin duda estamos ante algo poco conocido en el que un ingrediente es el espíritu de maldad al que algunos seres
humanos pueden acunar, pero al que la humanidad debe dar humana respuesta.
Las profesiones nos sentimos hoy muy afectadas, como todos, y si algo de nosotros ha muerto con las víctimas del
terrorismo, si algo de nosotros ya no está, hemos de sacar fuerzas para suplir lo que nos falta y activar un espíritu renovado
de Justicia, único elemento que puede hacer realidad la convivencia pacífica entre los hombres, para lo cual hemos
de empezar por tener clara la primera regla de la razón humana: la supervivencia, y hacer por nuestros semejantes
lo que quisiéramos que ellos hagan por nosotros. En el caso de los profesionales, servir, ayudar, hacer aquello que
el otro no sabe, no puede, o no es capaz de hacer. Servir a la vida, a la libertad, a la seguridad y a la razón. Hoy tenemos
que seguir con empeño reforzado porque, no nos engañemos, algo nuevo está aconteciendo y entre todos, cada
uno en su campo y con sus capacidades, hemos de afrontarlo para garantizar la pacífica convivencia en el mundo.
EDITA: Unión Profesional. PRESIDENTE: Carlos Carnicer Díez. CONSEJO EDITORIAL:
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Marzo-Abril 2004 Profesiones |3