Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
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temblando de miedo, de pie a un metro del borde de un<br />
acantilado de pesadilla, me doy cuenta de que, inverosímilmente,<br />
me muevo hacia él. Miro hacia abajo, hacia abajo, hacia una<br />
oscuridad insondable, sintiendo que el oscuro poder se mueve<br />
en mi interior como una corriente marina, como un monstruo<br />
que tuviera dentro de mí, <strong>ser</strong> prodigioso de las profundidades<br />
del mar, pavoroso monarca de la noche inquieto en su cueva,<br />
que me impele lentamente a mi voluntaria pirueta hacia la<br />
muerte.<br />
Durante toda la novela yo había hecho ocasionales alusiones<br />
a la poesía y a la prosa de William Blake, influencia<br />
capital en mis ideas sobre la imaginación (su poder de<br />
transformación y redención). Aquí, cuando yo no hacía más<br />
que seguir a Grendel en mi imaginación, tratando de sentir lo<br />
que debe de <strong>ser</strong> huir a través de un profundo bosque mientras<br />
se desangra uno, caí de pronto, sin haber tenido intención de<br />
hacerlo, en algo que sólo puedo definir como un intenso sueño<br />
de escenario de Blake: las raíces enormes y retorcidas de un<br />
roble, luego una vertiginosa inversión de lo que es arriba y<br />
abajo (me imaginé a Grendel caído de espaldas, mirando a<br />
través de las ramas del árbol pero creyendo que miraba hacia<br />
abajo, imagen que se remonta al temor que tenía en mi<br />
infancia de que si el planeta era en efecto redondo, algún día<br />
podía caer de él). Aunque el roble procede de Blake, en mi<br />
imaginación estaba teñido de otras asociaciones. En la poesía<br />
de Chaucer, de la que entonces estaba embebido, el roble<br />
representa la cruz de Cristo y la pena en general; por otro<br />
lado, está relacionado también con los druidas y el sacrificio<br />
humano, nociones que yo tenía ensombrecidas por la reacción<br />
que de niño provocaban en mí canciones como «The Old<br />
Rugged Cross» (manchada de sangre divina), grises y desagradables<br />
recuerdos de pollos decapitados y vacas descuartizadas,<br />
pensamientos de muerte con tintes de culpabilidad y<br />
la esencial fealdad moral de Dios.<br />
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