Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
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con sus piececitos sólo a la vuelta, ambos con aspecto de niños<br />
dóciles y discretos.<br />
Della tenía las manos tan pequeñas que le cabían en un tarro<br />
de boca pequeña. Durante muchos años fue su única maestra y,<br />
excepto los más jóvenes, todos la tuvieron y desearon con todas<br />
sus fuerzas saberse bien la ortografía y la aritmética, para<br />
complacerla. No había niño que llorase que no se calmara en<br />
sus brazos. Entre las mujeres existía la creencia de que no hacía<br />
falta ir a buscar ayuda o consuelo en momentos de necesidad,<br />
porque Della lo notaba en el aire y acudía. Los viejos del lugar<br />
ya no hablan de ella, pero cómo se les ensombrece la cara, y<br />
parece que hablen de parte de sí mismos; no es sólo que Della<br />
forme parte de los tiempos pasados, sino que cuando ella y<br />
Wilson se hubieron ido, extrañaba que cualquier cosa de<br />
entonces siguiera siendo igual sin ellos *.<br />
El primer detalle visual de este pasaje, la cena improvisada,<br />
no merece especial mención: a cualquiera inmerso en<br />
nuestra cultura se le podría haber ocurrido y Rhodes no se<br />
extiende a ese respecto, aunque vale la pena incluirlo como<br />
manera rápida de caracterizar a Della y Wilson Montgomery.<br />
El «Chevrolet gris» es un poco más específico, ya que sugiere<br />
monotonía, normalidad, falta de pretensiones. Pero es en la<br />
siguiente imagen donde Rhodes comienza a imponerse: Della<br />
agitando el brazo, Wilson «inclinado sobre el volante, conduciendo<br />
con las dos manos». La imagen de Wilson, sin <strong>ser</strong><br />
extraordinaria, es vívida y concreta; con ella sabemos que<br />
estamos ante un autor meticuloso, un autor en el que se puede<br />
confiar. En esa imagen vemos más que el mero hecho de que<br />
Wilson se incline sobre el volante y conduzca con ambas<br />
manos: vemos, sin saber por qué, la expresión de su rostro,<br />
algo sobre la edad que tiene; sabemos, sin preguntamos cómo,<br />
que lleva sombrero. (Los indicios de su miopía, su talante<br />
* David Rhodes, Rock Island Line (Nueva York: Harper & Row, 1975),pág.1<br />
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