Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
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promoción agresiva y cuáles, por más que se insista, no<br />
despegan. Como cualquier hombre de negocios, el editor<br />
invierte en lo que espera que dé beneficios. El excelente<br />
trabajo de promoción que se hizo con el libro de <strong>John</strong> Irving<br />
El mundo según Garp (sobrecubiertas en varios colores;<br />
anuncios grandes en revistas y periódicos importantes; y, por<br />
lo que yo sé, camisetas y pegatinas) evidentemente dio<br />
resultado; pero la misma campaña en el caso de otra novela,<br />
incluso una anterior del propio <strong>John</strong> Irving, podría haber sido<br />
una pérdida de tiempo y de dinero. Garp es una de esas<br />
novelas que tanto se pueden considerar obras de arte como<br />
libros destinados a un público mayoritario, teniendo como<br />
tiene la dosis necesaria de sexo, violencia extravagante e<br />
interés por algún gran tema del momento (verbigracia, el<br />
feminismo). Si el libro no hubiera tenido las virtudes que los<br />
publicitarios proclamaban, la credibilidad del editor habría<br />
caído en picado, los lectores y los libreros se habrían molestado<br />
y a <strong>John</strong> Irving no le habría ido tan bien con su siguiente<br />
novela. Los departamentos de promoción suelen <strong>ser</strong> eficientes,<br />
con lo que probablemente no beneficiará al escritor tratar<br />
de imponerse a gritos ni pedirle al editor que haga constar en<br />
el contrato la cantidad que se destinará a promoción. (Si éste<br />
concede al escritor más dinero para la promoción, ese aumento<br />
tendrá que salir de algún otro capítulo del presupuesto; por<br />
ejemplo, del anticipo del autor. Y si el editor tiene razón en<br />
cuanto al volumen de la campaña de promoción y en cuanto<br />
al punto por encima del cual se traducirá en una disminución<br />
de los beneficios, el escritor que exige mayor promoción y<br />
que para ello se aviene a cobrar un anticipo menor, se está<br />
robando a sí mismo.) En cuanto a las entrevistas televisivas<br />
y en otros medios –que al editor no le cuestan un céntimo–,<br />
el escritor puede escoger entre hacer las que le apetezca o<br />
tantas como pueda conseguir. (Naturalmente, puede que no<br />
consiga ninguna.) El departamento de promoción del editor<br />
puede organizar en varias ciudades presentaciones del libro<br />
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