Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
«¿Qué tercio?» (No me contestó.) Meses después, el ya<br />
fallecido David Segal, que entonces trabajaba en New American<br />
Library, leyó mi obra; se vio influido en parte por<br />
William Gass, que me había recomendado (y a quien Segal<br />
publicaba entonces En el corazón del país), y en parte por mi<br />
llegada a su despacho vistiendo una chaqueta de cuero negro<br />
de motorista y llevando una bolsa de la compra llena de<br />
originales: The Resurrection, The Wreckage of Agathon y<br />
Grendel. (El resto de la historia es para avergonzarse pero lo<br />
contaré igualmente.) Deposité en la mesa de Segal las tres<br />
novelas que había traído con mi moto a la ciudad y le dije:<br />
«Mr. Segal, quisiera que leyera estas novelas» y tras una<br />
pausa: «Inmediatamente.» David Segal era un hombre amable,<br />
pero no de ésos con quienes se puede fanfarronear.<br />
Empezó a leer y cuando llevaba dos o tres páginas, me dijo:<br />
«Mr. <strong>Gardner</strong>, no puedo leer lo que ha escrito con usted ahí<br />
mirándome.» Así que me fui. Cuando llegó a su despacho al<br />
día siguiente a las diez me dijo que se las quedaba las tres.<br />
Publicó una en New American Library, después pasó a<br />
trabajar en Harper y publicó otra allí, y luego llegó a Knopf<br />
y mientras se hallaba trabajando en la publicación de Grendel<br />
y Diálogos de la luz del sol, que había aceptado posteriormente,<br />
murió. Fue una gran pérdida.<br />
La manera de hacer las cosas de David Segal no era<br />
corriente en el mundo de la edición. Aceptó mis libros en<br />
virtud del mérito que vio en ellos y sólo tras haberlo hecho<br />
me señaló lo que no le parecía bien. Con<strong>ser</strong>vo una larga carta<br />
suya sobre Diálogos de la luz del sol, en la que me dice dónde<br />
es inadecuado el simbolismo, dónde es excesivo en lenguaje,<br />
etcétera. (Aunque él no lo decía, a consecuencia de su carta<br />
reduje el libro en un tercio.) Dada la forma en que me abordó,<br />
tratándome como si yo fuera un <strong>novelista</strong> importante y<br />
limitándose a criticar mi obra, me resultó muy fácil escucharle.<br />
Más tarde, cuando empecé a trabajar con Bob Gottlieb<br />
después de que Segal muriera, llegué a comprender que<br />
151