Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
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consiga hacerlo. Los vendedores de las editoriales tienen<br />
asignadas zonas muy extensas y han de visitar a muchos<br />
libreros. Salvo en el caso excepcional –que se da– de que los<br />
vendedores estén convencidos de la posibilidad de vender<br />
bien un libro poco corriente, un libro que exija invertir en él<br />
más tiempo del habitual, para poder presentarlo de forma<br />
especial al comprador, suelen aludir de pasada al libro en<br />
cuestión y, al no percibir reacción favorable alguna, lo<br />
abandonan y siguen con los demás. Por eso los directores<br />
editoriales no suelen insistir en publicar libros que saben que<br />
<strong>ser</strong>án un fastidio para los vendedores.) Pero lo que principalmente<br />
se pregunta el director literario es: «¿Me gusta de<br />
verdad este libro?» Los experimentados tienen buen ojo para<br />
lo que, según determinado criterio (comercial o estético), es<br />
bueno. Son buenos lectores; es decir, cuando una novela tiene<br />
un final decepcionante o partes farragosas, o resultará incómoda<br />
para los lectores sin que se sepa muy bien por qué, se<br />
dan cuenta.<br />
Cuando el director literario considera que un libro, bien<br />
escrito e inteligente en líneas generales (para el público al<br />
que va dirigido), no acaba de estar logrado, escribe al autor<br />
o a su agente una carta pretendidamente (y a veces efectivamente)<br />
solícita, escrita con ánimo de ayudar. En ella explica<br />
lo que le gusta y lo que no, lo que le parece atinado y<br />
desatinado del libro. El escritor que reciba una de estas cartas<br />
ha de comprender que el director literario en cuestión está<br />
interesado en su obra (si no, le mandaría una respuesta<br />
negativa formularia o ni siquiera eso). Si el autor considera<br />
acertados los comentarios del director literario (transcurrido<br />
el tiempo necesario para que se le pase el enfado o la<br />
depresión), hará bien en revisar el libro y volverlo a mandar<br />
a la editorial. Si el escritor no está de acuerdo con lo que se<br />
le dice, vale más, desde luego, que lo intente por otro lado.<br />
El director literario lee la versión modificada del libro y bien<br />
decide publicarlo o bien pone más (o nuevas) objeciones. Una<br />
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