Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
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y escriba de forma aceptable). El taller de novela, no tarda<br />
uno en darse cuenta, es asunto <strong>ser</strong>io. Los asistentes esperan<br />
como forajidos de las sierras a que se convoque y entonces<br />
atacan como <strong>ser</strong>pientes.<br />
En el último que di tenía diez alumnos. Les pedí que<br />
prepararan un esquema de novela, para comentarlo en clase,<br />
y que después me presentaran cada semana un nuevo capítulo<br />
y una revisión del anterior (revisado a la luz de lo que se había<br />
dicho al comentarlo). Pensé que nadie conseguiría cumplir el<br />
programa; lo presenté sólo como plan ideal de trabajo y señalé<br />
que cuanto más consiguieran avanzar en la escritura de sus<br />
novelas, más podría enseñarles sobre ritmo del episodio,<br />
construcción general y demás cuestiones. Todos los alumnos<br />
menos uno cumplieron el programa. La excepción, una mujer<br />
que trabajaba a jornada completa, tuvo que <strong>ser</strong> hospitalizada<br />
por agotamiento. No les exigí más que lo que exijo a los<br />
alumnos de otros talleres. (De hecho, exijo poco. Si el alumno<br />
no tiene ganas de escribir, me ahorro el tener que leer su<br />
trabajo.) Los <strong>novelista</strong>s se exigen por norma. El verdadero<br />
joven <strong>novelista</strong> posee el vigor, la paciencia y la tenacidad del<br />
caballo de tiro. Aquellos de mis alumnos que estaban matriculados<br />
de otras asignaturas las dejaron. De los diez que había<br />
en mi clase, a ocho se les publicaron luego sus novelas.<br />
Los estudiantes como los que acabo de citar no se encuentran<br />
cómodos en el elegante y ocioso mundo de los poetas y los<br />
escritores de relatos cortos. En los cursos normales de literatura<br />
creativa, el buen <strong>novelista</strong> en potencia incluso puede parecer<br />
algo obtuso. Uno de los mejores alumnos que he tenido, ahora<br />
escritor famoso, había sacado malas notas en el colegio y había<br />
entrado en la universidad (como jugador de rugby) con una de<br />
las puntuaciones más bajas en aptitud verbal que se habían<br />
registrado en ella. En gramática era un desastre y su aspecto<br />
externo dejaba mucho que desear. <strong>Para</strong> mí es como una especie<br />
de símbolo del joven <strong>novelista</strong>, a pesar de que también los hay<br />
ocurrentes, elegantes y delicados.<br />
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