Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
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psicológicas, si no por otras, hasta un mal taller sirve de<br />
algo.<br />
Y si vale la pena asistir a uno malo, más la vale aún asistir<br />
a uno bueno. Si pudiera, diría cuáles son los buenos talleres.<br />
El de Iowa, por <strong>ser</strong> el más antiguo y conocido, suele atraer a<br />
buenos estudiantes y a veces tiene buenos profesores. El de<br />
Binghampton cuenta con un buen programa sobre ficción,<br />
que es por lo que yo doy clases allí. Ya he mencionado otros,<br />
los de Columbia y Stanford, que considero <strong>ser</strong>ios; y podría<br />
seguir citando sin esforzarme. Pero es difícil aconsejar acertadamente.<br />
Por un lado, en los talleres, el panorama cambia<br />
cada año, ya que los buenos profesores llegan y se van al cabo<br />
de un tiempo; y por otro, quizá el taller que le conviene a<br />
determinada persona es desastroso para otra. A mí, por<br />
ejemplo, no me interesa la llamada literatura experimental,<br />
aunque algo de eso hago a veces y en alguna ocasión me he<br />
conmovido o deleitado con las obras de ficción de William<br />
Gass (que normalmente no enseña literatura) o de Max Apple<br />
(con quien se puede estudiar en Rice). Cuando me doy cuenta<br />
de que tengo en clase a algún alumno no interesado en el tipo<br />
más o menos tradicional de novela que yo cultivo, sé positivamente<br />
que ambos vamos a tener dificultades porque, por<br />
más que quiera ayudarle, no soy el médico que necesita. Por<br />
otro lado, estudiar con <strong>John</strong> Barth, que dirige el programa de<br />
literatura de <strong>John</strong>s Hopkins y ha reunido en torno suyo a un<br />
interesante grupo de escritores que, como él, cultivan lo<br />
novedoso y difícil, puede tener efectos paralizadores sobre el<br />
joven escritor realista. Lo que se desprende de todo esto,<br />
evidentemente, es que el estudiante, a la hora de seleccionar<br />
el programa que quiere seguir, ha de hacerlo en función de<br />
sus profesores, e intentar averiguar cuáles son los más<br />
adecuados para lo que él busca.<br />
Una de las cosas que tiene de beneficioso un buen taller de<br />
literatura es que siempre hay por lo menos uno o dos alumnos<br />
brillantes (y cinco o seis preparados, sensatos, y luego varios<br />
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