Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
Gardner, John - Para ser novelista (Ensayo)
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
superiores; otros están (a pesar de su tal vez escaso talento)<br />
porque creen que <strong>ser</strong> escritor es romántico. Sean cuales fueren<br />
las razones o razonamientos de cada uno de estos subgrupos,<br />
juntos forman un grupo que ayuda al joven escritor a olvidar<br />
sus dudas. Independientemente de la calidad del profesor, el<br />
joven escritor puede estar seguro de que todos los anteriormente<br />
mencionados, por no hablar de esos tres o cuatro<br />
químicos que asisten por gusto a las lecturas, prestarán mucha<br />
atención a lo que haga. El joven escritor escribe, se siente<br />
inseguro respecto a lo que ha hecho y recibe elogios o, como<br />
mínimo, críticas constructivas –o incluso destructivas, pero<br />
de gente que, al menos en apariencia, tiene el mismo interés<br />
en escribir que él–.<br />
En todos los campos ocurre lo mismo, naturalmente. A un<br />
joven empresario que estuviera rodeado de gente que sólo<br />
viera maldad en el mundo de la empresa y los negocios no le<br />
<strong>ser</strong>ía fácil seguir siendo lo que es. Somos animales sociales.<br />
Pocos republicanos por tradición familiar siguen siéndolo en<br />
un contexto donde todos a quienes conocen y respetan son<br />
demócratas. Ya he dicho que la obstinación es importante<br />
para los escritores. Pero con obstinación se puede llegar sólo<br />
hasta cierto punto. Si alguien nacido en una familia feliz se<br />
va a vivir a una comunidad de pesimistas –por ejemplo, si se<br />
ha criado en una próspera y plácida granja de Indiana y se va<br />
a vivir a Nueva York– puede mantenerse firme en su postura,<br />
pero sólo porque guarda en la memoria algo real a lo que<br />
aferrarse. (Lo mismo ocurre a la inversa. Si se ha nacido y<br />
crecido en Manhattan, no resulta fácil cambiar el cinismo<br />
neoyorkino por actitudes más positivas como las que imperan<br />
en el Ohio rural.) Con esto no pretendo simplificar. Se puede<br />
<strong>ser</strong> pesimista por naturaleza habiendo nacido en una familia<br />
feliz de Indiana. Pero en circunstancias adversas –esto es, en<br />
compañía exclusiva de pesimistas– no se puede convertir<br />
fácilmente ese pesimismo en arte, sólo puede sentirse uno<br />
ajeno y desdichado.<br />
115