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E S P E C I A L 2 4 / 7 CUADERNOS DE BDSM - nº 7
A las tardes solemos ver un poco la TV, luego nos ponemos a hacer cosas de lo más
diversas; a veces, pequeños arreglos de artesanía relacionados con los juguetes; otras
realizamos una pequeña minisesión; otras hablamos de temas que están medio
pendientes; a veces, salimos a dar un paseo; y, casi todas las tardes, nos conectamos un
ratito a Internet para hablar con los conocidos y controlar la sala protocolaria
#D/sumisas.
Por último, solemos cenar y ver un poquillo la TV ya cansados y disfrutando
simplemente de la mutua compañía. Y de ahí a la cama.
Todo el tiempo hablamos de las cosas normales que nos pasan y de lo que tenemos que
hacer; de Nuestros hijos; de Nuestras sumisas y de las cosas que las pasan (Me he
olvidado decir que Mi linda esclava es switch y que las sumisas que tenemos nos
pertenecen a ambos) tanto en su vida convencional como en su relación con Nosotros;
de si vamos a ir a tal fiesta o a tal otra y cómo lo vamos a hacer; de la sala de chat que
dirigimos; en fin de las cosas que nos preocupan que difieren de las de una pareja
convencional pero no tanto como podría parecer.
Todos los días dedicamos un rato ha hablar con Nuestras sumisas y a interesarnos por
cómo están, por dejarlas alguna tarea para hacer y por ver si han cumplido con lo que
tienen establecido.
¿Qué puedo decir Yo que es lo que más nos diferencia de una pareja convencional?
Pues, la verdad... creo que lo que más lo hace es el tema de la toma de decisiones. La
mayoría de ellas está consensuada mientras hablamos pero si, por alfa o beta, Yo quiero
llevar a acabo algo y ella no está de acuerdo, prácticamente siempre acabamos
haciéndolo. Controlo la ropa que suele llevar y siempre lleva en su muñeca su pulsera
collar y en el dedo anular de la mano izquierda un anillo con una argolla como signos de
su sometimiento.
Por ejemplo, Yo suelo decidir cuando y con quién salimos y/o quedamos con la gente; a
qué fiestas vamos; cuando vamos de un lado para otro, etc... pero siempre escucho
previamente lo que ella tiene que decir.
También suele ducharme a menudo, pues gozamos de ese pequeño servicio que Me
presta.
Sí, claro, también está que el que lleva el control de lo que tenemos económicamente
soy Yo y que si estamos tranquilos en algún sitio pero se da una situación que hace
saltar la chispa de la D/s, con una mirada ella sabe que no debe desobedecer lo que la
digo, pero repito, esto son, al parecer, nada más que pequeñas minucias.
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