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E S P E C I A L 2 4 / 7 CUADERNOS DE BDSM - nº 7
S a d e y m í s t e r P r o p e r : l a D / s e n l a
v i d a d i a r i a
P o r A D R I A N O
Que hay casi tantas maneras de entender la D/s como practicantes es un principio que,
frecuentemente, aparece esgrimido en los múltiples textos que circulan sobre nuestro
mundo. Idea de tolerancia, en suma. Y, sin embargo, la realidad parece ser otra. Cuando
leemos post, blogs u otro tipo de intervenciones que circulan por internet, vemos un
afán –creo- excesivo de exhibir lo mucho que se sabe y de teorizar sobre cómo debe ser
tal o cual vivencia, tal o cual relación.
Y este hecho, que no considero positivo, es justificable. El mundo del BDSM está
marcado por el fetiche y el rito; es comprensible, por tanto, que tratemos de defender el
“nuestro” como el más “puro” o más “auténtico” frente al del otro.
Rito, rol, fetiche, entrega, conocimiento, sumisión… tienen sentido en actos esporádicos,
sesiones particulares o en clubes de ambiente. Pero
¿qué ocurre en la vida diaria? ¿Hay parejas estables
que viven así? ¿Cómo comparten su vida “real” con
la D/s? En fin, la gran pregunta: ¿La relación 24/7
es una realidad o una ficción?
Cuando me preguntan si vivimos una relación 24/7,
suelo responder que sí. Ahora bien, cuando comparo
nuestra vida con lo que la literatura –entendida en
un sentido amplio- cuenta, creo que nuestras
vivencias, por prosaicas, no resisten comparación.
Así pues, la reflexión es inevitable: ¿Nos
sobrevaloramos como pareja que vive la D/s?
¿Hacemos algo mal? ¿Somos simplemente unos
“bichos raros” que no están en el lugar que creen
estar? Quizás la respuesta la tengas que dar tú,
amigo lector.
Lo que a continuación vas a conocer es lo que nosotros verdaderamente hemos vivido,
vivimos y experimentamos; sin adornos, sin falsedades…, sin dogmatismos. Al final, la
etiqueta quizás no importe tanto.
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