Misioneros Oblatos de María Inmaculada Normas Generales para la ...

NORMAS GENERALES PARA LA FORMACIÓN OBLATA
dor, el espíritu de audacia y de creatividad. Cada comunidad, en particular,
debe organizarse de modo que todos sus miembros tengan la
posibilidad de tomar iniciativas y cooperar al bien común, sea en
favor de la vida interna de la comunidad o de sus compromisos en el
exterior.
209 En esta fase de la formación, los escolásticos y los hermanos
oblatos en formación primera pueden vivir en la misma comunidad o
en comunidades distintas.
210 Se obtienen grandes ventajas al formar una sola comunidad
con las categorías de miembros en formación: es un signo tangible de
la unidad de nuestra vocación oblata, y este signo permite aumentar
la estima y el respeto mutuos y da a todos los formandos acceso al
mismo equipo de formadores.
211 Cuando los escolásticos y los jóvenes hermanos en formación
viven en la misma comunidad, ésta debe poder responder a las necesidades
específicas de cada grupo. Aunque ambos grupos se preparan
para los votos perpetuos, los escolásticos deberán también centrarse
en su itinerario hacia el ministerio presbiteral, y los hermanos en su
preparación para un servicio especializado de la misión. No ayudaría
a ninguno de los dos que el terreno de uno fuera invadido por el otro.
212 La segunda parte del artículo 66 de las Constituciones establece
una relación entre la vida de comunidad y la adquisición de una
mentalidad misionera. Incluso durante los estudios, la vida de comunidad
es misionera, dando testimonio entre sí del don de Dios, y de
su poder para transformar el mundo.
213 La organización de la vida común debe ser una ayuda para la
oración, la reflexión, el estudio y los tiempos de ocio. Las reuniones
de comunidad animan a compartir la fe y no se limitan a discusiones
sobre organización; incluyen reflexión sobre la vida religiosa, las
Constituciones y Reglas, la espiritualidad, los votos, la vida sacerdotal,
la llamada de Dios en el mundo de hoy.
214 Las comunidades de formación más numerosas requieren una
atención especial. Una vez en el ministerio, la mayoría de los jóvenes
oblatos experimentarán otro tipo de vida comunitaria: comunidades
pequeñas, comunidades de distrito, vida en parroquias o estaciones
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