Misioneros Oblatos de María Inmaculada Normas Generales para la ...

PRINCIPIOS
a los formandos en esta realidad. La formación, en todos los niveles,
debe cuidar esta conciencia y comprensión (para un programa de
formación en las finanzas véase no. 399-401).
2.5 Disponibilidad para con las necesidades
de la Iglesia
(VC 78-80. 100-103)
22 El carácter internacional de nuestra Congregación es una verdadera
gracia que comporta responsabilidades. Ser miembro de un
organismo misionero como éste exige que se adquieran una actitud
de disponibilidad para responder a las necesidades urgentes del pueblo
de Dios y de la misma congregación, así como una prontitud para
ser enviado dondequiera que se encuentren estas necesidades.
2.6 Proceso comunitario
(VC 67; PI 26-28)
23 El Señor Jesús llamó a sus apóstoles a formar en torno a sí
una comunidad, y a realizar en el mundo una auténtica fraternidad
«para que el mundo crea» (Jn. 17, 21). Para nosotros, oblatos, «la
comunidad de los apóstoles con Jesús es el modelo de su vida» (C. 3;
TCA 32).
24 La formación oblata se realiza en una fidelidad dinámica a la
Iglesia y a nuestra vida comunitaria, religiosa y apostólica. En cada
etapa de la formación, hay que mantener viva la dimensión comunitaria
y eclesial de nuestro carisma. Esto no disminuye en nada el
valor propio de la persona; por el contrario, asegura su pleno desarrollo
humano, social y espiritual. Por tanto los candidatos deben ser
hombres capaces de asumir sus propias responsabilidades y de contribuir
a la construcción de la comunidad apostólica.
25 La comunidad local y el contexto social en el que se inserta
son el marco para el crecimiento personal, el mutuo estímulo, el apoyo
y la participación. La comunidad de formación, en comunicación
con otras comunidades de la provincia o delegación, prepara progresivamente
a los candidatos a ser, después de la formación primera,
miembros y constructores activos de comunidad.
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