Discusiones-entre-un-protestante-y-los-catolico-romanos

PONTIFICADO DE SAN PEDRO. 353
ca prueba de que ocurriese una cosa tan improbable
é indecorosa (opinión que algunos escritores papistas
ban adoptado esencialmente) es el testimonio de
la tradición, la cual, aunque pueda admitirse como
testigo, es un testigo que jamás ha sido muy notable
por su veracidad, y la parte principal de cuya
deposición en el caso presente se ha
demostrado hasta
la evidencia, ser completamente falsa.
V. Nos tomamos la libertad de exponer aquí algunas
de las grandes dificultades con que la doctrina
de la supremacía papal tiene que luchar. Aunque
se concediese que San Pedro fuera la «Roca»
en que se edificó la Iglesia de Cristo, y que tuviese
un primado de oficio y de autoridad entre los apóstoles
(hechos que ni uno ni otro pueden ser demostrados)
quedaría todavia el imposible de probar,
que este primado haya sido trasmisible. Estamos
ciertos de que el apostolado no podia ser trasmitido.
Ni uno solo de aquellos pomposamente titulados «sucesores
de los apóstoles,» puede mostrar lo que San
Pablo llama «las señales de mi apostolado,» cuando
sus detractores negaron que él era apóstol, á saber:
«milagros, prodigios y obras portentosas.» 2. a Corintios
12. 12. Tampoco tiene ninguno de ellos los requisitos
para ser apóstol, dos de los cuales son: Primero,
el haber visto á Nuestro Señor personalmente,
1. a Corintios 9. 1; Hechos 1. 21, 22; y segundo el haber
recibido la comisión apostólica inmediatamente
de El. Gálatas 1. 1, 11, 12, 16, 17. El apostolado era
un cargo personal y extraordinario, peculiar á la iglesia
primitiva, el cual cesó con la muerte del último
apóstol. Siendo, pues, intrasmisible el apostolado ¿có-
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