Discusiones-entre-un-protestante-y-los-catolico-romanos

PONTIFICADO DE SAN PEDRO. 351
se diferencian de las del mundo físico,
en que estas
caen ciertamente con ruina estrepitosa, si no tienen
fuertes cimientos: mientras que las primeras, siendo
compuestas de materiales más sutiles, se levantan
muchas veces orgullosamente, sin tener otros fundamentos
que los que existen en la astucia de algunos
y en la ciega preocupación é ignorancia de los
otros.
III. Se nos dispensará el que presentemos aquí
otro ejemplo más de las falsedades de la tradición romana.
Esta refiere, como cosa indudable, lo siguiente:
«que cerca del año 66 ó 67 Pablo y Pedro volvieron á
Roma, si no juntos, al menos casi al mismo tiempo, y
que trabajaron ambos en aquella ciudad, predicando
el Evangelio; que no mucho después
fueron encarcelados
juntos, en cuyo tiempo Pablo escribió su última
epístola (la 2. a á Timoteo) y que por último, los dos
sufrieron la muerte en un mismo dia, el 29 de Junio.
Pero sucede, y muy desgraciadamente para el crédito
de la tradición, que en aquella misma epístola, escrita,
como el mismo Pablo dice, poco tiempo ántes
de su muerte (2. a Tim. 4. 6), el apóstol, tan lejos de
hacer mención de su compañero, dice explícitamente:
«Sólo Lúeas está conmigo,» y que sus otros colaboradores,
Tito, Crescente, Démas y Tichico, se hallaban
fuera de Roma. Por esta razón dice á Timoteo:
«Apresúrate en venir á mí,» y que trajese consigo á
Márcos, para que le ayudase en el ministerio del
Evangelio. (2. a Tim. 4. 9-11.) Aquí, pues, la tradición
y el apóstol están en una contradicción completa. La
tradición dice que Pedro fue preso con él: el apóstol
dice: «Sólo Lúeas está conmigo.» Se nos debe perdo-